Un golpe sin militares
La situación creada por ciertos sectores del campo debe servir para reflexionar acerca de sus causas y consecuencias posibles. Al campo le va bien, el país está mucho mejor que hace cinco años, la coyuntura internacional nos favorece, entonces ¿por qué hay un clima encendido y peligroso? Los ruralistas ricos dicen que los piquetes son espontáneos y provienen de los chacareros chicos y en muchos casos rebasan a sus dirigentes de la FAA. Los dirigentes de la FAA encabezan muchos piquetes, con arengas que superan en hostilidad a las más duras de quienes en Buenos Aires paran los subtes o algún hospital. Se arrogan el derecho de impedir el tránsito de camiones con productos imprescindibles para la canasta familiar, con lo cual atizan el desabastecimiento y el obvio encarecimiento de lo poco que queda en las góndolas. Los políticos opositores –Macri, Carrió, entre otros– suman bronca a la bronca y alientan los cacerolazos urbanos, a los que se pretende mostrar como espontáneos. Se cuestiona el derecho de quienes defienden al Gobierno y se los trata como siempre, es decir “son violentos”. ¿Adónde conduce esta situación? Se dice que como los militares ya están fuera de juego, no hay peligro de golpes de Estado. Aquí creo que se comete el mayor error, por parte de la gente y los pocos medios honestos. Si las consignas porteñas son “que se vaya Cristina”, se trata de intento o deseo de golpe. Si los chacareros y sus dirigentes dicen como escuché decir a De Angelis, “que si viene la Gendarmería a hacer circular los camiones con productos alimenticios, que vengan con las ambulancias...”, ¿qué es eso? Los golpes siempre tuvieron base en descontentos justificados o fabricados, y que el protagonista ritual no esté en carrera –los militares– en absoluto les quita el carácter golpista a ciertas acciones y discursos. Ver lo que pasa en Bolivia, Venezuela, Ecuador, donde los ricos se levantan para enfrentar a sus gobiernos, con apoyo de medios y en algún caso con el de Bush, evidencia que aun sin los militares se puede desestabilizar a un gobierno. Mi modesta opinión, aunque se vea como loca, es que como no se vislumbran formas electorales de vencer a este gobierno, se está recurriendo a un desgaste que por más errores en algún eventual porcentaje en las retenciones, nunca justifica encender el país, que no es del campo ni de la clase cheta, sino de casi 40 millones de habitantes.
Rafael Szir
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No les creo a los llorones
Mi mujer heredó una pequeña chacra de 17 hectáreas en Villa Cañás, Santa Fe. Cuando su fallecido padre envejeció, la arrendaba a un vecino, modalidad que se mantiene ahora. En el 2001, con el 1 a 1 y sin retenciones, la chacra le daba una renta anual de alrededor de 3000 pesos, una vez descontados los impuestos inmobiliarios. Hoy, con las necesarias retenciones, esa renta es de 15.000 pesos. Por supuesto que no vivimos de esto, es simplemente un ingreso extra, que nos sirve para medir cómo evolucionaron los ingresos del sector agrario, y tener una idea de los ingresos de los “pequeños productores” que tienen más de 50 hectáreas. No les creo nada a los llorones que dicen que con las retenciones se van a la quiebra. ¿Qué sector multiplicó por cinco sus ingresos en pesos desde el 2001? Si los ingresos fiscales por las retenciones son mal aplicados, eso es harina de otro costal. No voté a los Kirchner, y nunca voté a un candidato del justicialismo, pero lo que más bronca me da es el egoísmo sectorial que reina en este país. Cada cual chilla de acuerdo con dónde le apriete el zapato, y nadie tiene una visión del país en su conjunto. Por eso estamos como estamos. En ese egoísmo incluyo a la mayoría de los políticos.
Diego Linares
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Violencia de la Sociedad Rural
Estuve en Chile antes del golpe de Estado, recuerdo los supermercados vacíos, porque no dejaban llegar las mercaderías los que después llenaron al país de sangre. Veo escenas en televisión y las diferencias con que se trata a unos y a otros grupos. De acuerdo con quiénes son los que manifiestan o hacen piquetes. La violencia no se les asigna a los de piel más clara. Es violento cortar tantos lugares del país al mismo tiempo, no dejar llegar las mercaderías o encarecerlas. Es violento dejar sin comida a la gente. Lo hacen los que ganan sumas fabulosas y están ávidos de más y más. Mañana alguien con un sueldo corto no podrá comprar lo que aumentó, pero eso para muchos medios y muchos opositores no es violencia, el hambre para ellos no es violencia. También sabemos que no sólo ésa es la que pueden usar. Siempre usaron la violencia contra los gobiernos elegidos. Es un momento para hacerles frente. No tema, señora Carrió, los violentos son los que desde el poder económico y los medios avasallan todo.
Cristina Villanueva
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