Fue una fiesta
1 de marzo de 2008- Edgardo Depetri
Bueno. Un día especial. Ver a nuestros compañeros marchando con alegría. Esto es de destacar ¿no? Decir que hay alegría. Durante años estuvimos padeciendo gobiernos que eran empleados de los grupos económicos. Y contra eso, años y años estuvimos saliendo con los dientes apretados, peleando, resistiendo. Por eso ahora resulta un poco extraño esto de la alegría.
Esto hace reflexionar ¿no? Hay muchos -y son compañeros- que prefieren no ver. Es algo que no se quiere ver, pero algo existe, y es un sonido nuevo en el aire. Esta alegría de nuestros compañeros es un reflejo. Venir a festejar.
Y en esta marcha, somos concientes que estamos haciendo una unidad -en la calle- con los movimientos populares. Y que estamos defendiendo lo que hemos conseguido hasta ahora. Y hemos tenido un gobierno que se apoya en el pueblo, que no es ni empleado ni socio de los grupos corporativos. Esto lo tenemos claro. También, ya lo hemos dicho pero no deja de estar de más repetirlo: esto viene de la resistencia al modelo neoliberal, viene de nuestros desaparecidos, viene del 2001, viene de las Madres, de las marchas de los jubilados.
Esta es la construcción de la que hablamos cuando hablamos de movimientos sociales y populares. Y decimos: lo que ganamos en la calle no lo podemos perder.
No perder esto que nos quiere ser arrebatado por los grupos económicos, grupos que quieren que lo conseguido en estos años, quieren desestabilizar y de esta manera, hacernos retroceder, volver a meter en sus bolsillos toda la riqueza que generan los trabajadores. Por eso hay que seguir ganando la calle. Hay que poner toda la fuerza en objetivos que nos permitan seguir avanzando, quebrando la desocupación, la falta de sueños, el creer que todo está mal. No es así, nuestros compañeros en los territorios lo saben: todos los días un vecino, una compañera consigue un trabajo. Esa es la realidad.
La presidenta
Creo que hoy hay una voluntad manifiesta y expresada por la presidenta Cristina de seguir avanzando, de seguir profundizando la democracia y fundamentalmente, la distribución del ingreso. Que es la verdadera democracia, donde se acumulan todas las luchas: que el pueblo tenga trabajo, que tenga para comer, que esté sano, que tenga esperanzas y que participe y sea protagonista.
Por todas estas cosas me pareció una disertación importante: por la ratificación de un rumbo y también por nuestra militancia de la seguridad que va a pelear, de que va a ser protagonista y que va a construir las representaciones que todavía no hemos podido concretar. Representaciones que tendremos que ir discutiendo en unidad y ver desde esa unidad, en que modelo de país queremos vivir los argentinos.
Esto es lo que venimos peleando de toda la vida.
Ahora estamos en otra etapa. Sabemos, se ha corrido el eje de la construcción de los movimientos sociales. Es una nueva realidad: el derecho al trabajo. Los compañeros ya no quieren el peg, quieren trabajo, quieren hacer sus cooperativas, quieren hacer sus viviendas, están los planes agua más trabajo donde cooperativas armadas en las zonas cadenciadas van realizando la obra de llevar agua a sus hogares. Están las cooperativas que ya pueden hacer sistemas cloacales, cooperativas de tejidos...
Digamos. Están protagonizando la perspectiva donde la identidad la da el trabajo. Los compañeros quieren que sus hijos vayan a las escuelas públicas, ellos mismo quieren discutir las orientaciones sociales de cada territorio. Por eso hablamos de paritaria social. Y paritaria es saberse que cada uno de nosotros es parte del Estado y como tal, tiene derecho a discutir el destino de cómo se utilizan los fondos en un municipio o una provincia.
Es cierto.
Hay una nueva realidad, una realidad que gira a partir de que en el país hay más empleo y a su vez una mayor conciencia que, para seguir sosteniendo y avanzando sobre lo que tenemos, hay que pelear por más. En eses sentido, la militancia y los movimientos populares están ingresando en una nueva etapa, ante nuevos interrogantes. Por eso digo: un nuevo tiempo que nos permite discutir una perspectiva más integral y no sólo grupos sectoriales, sino una unidad de pueblo y gobierno que avance hacia los objetivos propuestos.
No.
No va a ser fácil. Pero vuelvo al principio. Hoy, las compañeras, los compañeros, están viviendo una fiesta. Y a eso hay que saber darle la lectura adecuada. Es el nuevo tiempo. No importa lo que falta, importa que nos creamos capaces de romper esa barrera y avanzar hacia los objetivos, que son los de siempre, los de nuestro pueblo: trabajo, educación, salud, una vida digna. Pero lo que he querido decir es esto: no estamos como muchos creen en la época de la resistencia. No: estamos en una nueva etapa, con un gobierno que banca y eso no lo podemos desperdiciar por personalismos, por tener una quintita y desde ahí tirarle piedras a todo lo que hace el gobierno y lo que hacemos nosotros, el pueblo.
Hay que unir por abajo. Y hoy estamos demostrando que eso se puede hacer. La distribución de la riqueza hay que ganarla organizando en el barrio, haciendo cuadros, formando cooperativas y ganando la calle. Es lo que creo.
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