Con Nosotros Si - El programa del Frente Transversal de la Ciudad - Entrevista en piso al diputado, Edgardo Depetri, referente nacional del Frente Transversal


Video streaming by Ustream

En Villa Urquiza muestran el maltrato a un grupo de jóvenes. Una secuencia fotográfica Fue captada por el reportero Horacio Paone, de la revista Veintitrés compromete a efectivos de la Policía Metropolitana

Domingo 28 de julio por la tarde, a plena luz del día, a los costados de las vías del ferrocarril Mitre, cerca de la estación Villa Urquiza, un efectivo de la Metropolitana la emprende a los golpes contra una mujer. El ataque artero comenzó mientras otro efectivo daba apoyo al policía agresor. Todo empezó cuando un grupo de muchachos y chicas que caminaba por la zona se detuvo. Según los efectivos policiales, habían recibido un llamado "de un vecino" advirtiendo que los chicos querían hacer "un fuego".



  Los policías, no obstante, verificaron que no había fuego. En las fotos 1 y 2 puede verse cómo el policía aplica una toma de yudo para reducir a la mujer, aunque ella no ofrece ninguna resistencia. 







En la foto 3 se observa que mientras el policía la tiene inmovilizada los dos muchachos que acompañaban a la chica no atacan a los efectivos de la Metropolitana. Uno de ellos le pregunta por qué la ataca. El policía dice que la llevará detenida "por agresión"



 En la foto  se ve cuando el otro agente llama por radio para pedir más refuerzos mientras el primer agente la tiene inmovilizada sin que la mujer ofrezca resistencia física alguna. Cabe resaltar que el agente, mientras habla por handy, empuña su arma reglamentaria pese a que la mujer estaba completamente reducida.


En la foto siguiente se ve que entre los policías de refuerzo no llega ninguna mujer policía pese a que el procedimiento era claramente contra una mujer y que el primer policía sigue su rutina de agresión contra la mujer al tiempo que hacen los trámites para llevarla. Se puede confirmar también en esa foto que el hombre que acompañaba a la chica no toma ninguna conducta violenta contra los policías a quienes les suplica que no la maltraten ni la lleven detenida. Los policías hacen caso omiso del pedido del hombre. En la foto 6 se ve claramente cómo los policías hombres llevan a la rastra a la mujer que no ofrece ningún tipo de resistencia activa frente al procedimiento represivo fuera de todo protocolo. 






 En la foto siguiente puede observarse que la mujer no sólo no ofreció resistencia sino que se quedó sentada en el patrullero mientras los policías llevan detenido al acompañante al que también subieron por la fuerza al vehículo policial. 
Este registro fotográfico no deja lugar a dudas de que la Metropolitana lleva a cabo procedimientos ilegales a través de efectivos en horas de servicio, con vehículos y ropas, a plena luz del día. Si alguna duda pudiera caber de que se trató de un protocolo ilegal y no del exceso de unos agentes, basta considerar que los primeros dos agentes llegaron al lugar e informaron a sus superiores de la situación que encontraron sin recibir ninguna agresión y que, pese a ello, actuaron con violencia y decidieron detener a dos personas. En segundo lugar, es preciso atender que entre la primera secuencia y la segunda pasaron más de 15 minutos y que todas las decisiones de los policías las hicieron recibiendo instrucciones de su superioridad. Una imagen vale más que mil palabras. Una secuencia de siete imágenes no da lugar a dudas. 




los hechos
C. R. 

El domingo pasado, Horacio Paone, fotógrafo de la Revista Veintitrés, fue el testigo privilegiado de un violento operativo donde la Policía Metropolitana detuvo a una pareja, en el barrio porteño de Villa Urquiza. Paone no sólo pudo ver lo que sucedió al costado de las vías del Ferrocarril General Urquiza, cerca de las 16:30. También logró registrar con su cámara los forcejeos y golpes que terminaron con el traslado de una mujer y su marido a la Comisaría Comunal Nº 12. Según relató el fotógrafo, que subrayó la fuerza excesiva con que se condujeron los uniformados, el hecho ocurrió cerca de la estación Luis María Drago, cuando varios efectivos de la policía macrista se acercaron a un grupo de cuatro o cinco personas que aparentemente estaban terminando de comer un asado junto a las vías del tren. Minutos después, se desencadenaron los hechos que pueden verse en las fotos que acompañan a esta nota y que hablan por sí mismas. 

Desde la Metropolitana, el subjefe Ricardo Pedace admitió la existencia del procedimiento, aunque aseguró que “se hizo acorde a derecho, con un llamado telefónico donde se decía que había personas que estaban consumiendo estupefacientes”. Y si bien Pedace admitió que cuando los efectivos llegaron al lugar “no se les encuentra droga”, sostuvo que “una mujer fue detenida con un arma blanca, con la que impactó en el chaleco antibalas al personal policial”. El subjefe agregó que, de camino a la comisaría, “el marido, la otra persona trasladada, rompió vidrios del patrullero”. Bajo los cargos de “atentado, resistencia a la autoridad y daño en el chaleco antibalas”, la pareja estuvo privada de su libertad hasta ayer a la mañana. “Según me informaron, la persona que se identificó como periodista había manifestado que le extrañaban la actitud y el procedimiento”, indicó Pedace, en referencia al fotógrafo de Revista Veintitrés. “Bueno, yo prefiero actuar antes que me maten a un policía”, concluyó.

la sombra de la ex ucep
Fernando Pittaro 

Si bien la patota de la UCEP está formalmente desactivada, semanas atrás una nueva denuncia puso en alerta a los porteños y dejó en evidencia que las prácticas de violencia y persecución siguen vigentes en la Ciudad de Buenos Aires. Así lo aseguró el 10 de junio pasado a este diario Silvina Pennella, jefa del Área de Derechos Sociales de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. "Tenemos muchas denuncias por lo que nosotros llamamos ‘la nueva UCEP’. No es el mismo cuerpo, pero usa la misma metodología. Son funcionarios del Ministerio de Espacio Público que concurren con la policía y un camión de CLIBA. Van, les sacan las cosas, las tiran al camión y desalojan”, relató Pennella a Tiempo Argentino.

Ante esta situación, el Observatorio de Derechos Humanos (ODH) de la Ciudad presentó un pedido de informe al ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli. El organismo también realizó el mismo requerimiento ante la Dirección General de Asuntos Legislativos y Organismos de Control, para que las autoridades dieran información pública sobre un desalojo ocurrido en la Avenida Corrientes al 800.

Según el relato recogido por la ODH, "el martes 5 de junio a las 19:47, cuatro personas descendieron de una camioneta dominio KIZ 585 portando cadenas, identificadas con uniforme del Ministerio de Ambiente y Espacio Público y golpearon a un joven en situación de calle en Corrientes, en las inmediaciones del Teatro Gran Rex”.

El pedido de la ODH se basó en el testimonio que prestó Alejandro Cabrera Britos, un músico callejero que denunció el maltrato a una persona sin techo cerca del Gran Rex, cuando "cuatro tipos corpulentos del Ministerio de Espacio Público lo empiezan a correr y agredir".

Como respuesta, desde el macrismo aseguraron desconocer estos episodios. "No tenemos conocimiento alguno de que (…) hayan golpeado a un joven en situación de calle”, se excusó Alex Campbell, director de Asuntos Legislativos y Organismos de Control. De todas formas, el funcionario admitió que ese día hubo un operativo en el lugar en cuestión, aunque sostuvo que ningún miembro de su repartición "porta armas o algún tipo de elemento que pueda ser utilizado como tal para agredir”.

Rodolfo Ortega Peña - Así lo recordaba su socio, amigo y compañero Eduardo Luis Duhalde


Rodolfo Ortega Peña, modelo para armar
El 31 de Julio de 1974 Rodolfo Ortega Peña cae acribillado por las balas de la Alianza Anticomunista Argentina.

Provenía de una ilustre familia y debido a su desmesurada inteligencia pudo haber gozado una existencia prestigiosa en la tranquilidad de los claustros académicos o en el ejercicio de la actividad privada como profesional del Derecho.

Se había recibido de abogado a los 20 años, paralelamente estudió filosofía y ciencias económicas, y también se interesó por la historia y la literatura. Poseía un talento extraordinario y una formación fuera de lo común. Leía en inglés, francés, alemán, italiano, portugués, latín y griego.

Al momento de su muerte "El Pelado" era diputado nacional en ejercicio, defensor de presos políticos y director de la revista Militancia. Fundamentalmente un intelectual solidario comprometido con las causas populares. Tenía 38 años. Quienes le arrebataron la vida privaron a la sociedad argentina -nos privaron- de una de las mentes más lúcidas de la generación del 70. Parafraseando a León Gieco en el sentido tema dedicado a Pocho Leprati, El ángel de la bicicleta, los soretes defensores del sagrado estilo de vida occidental y cristiano nos robaron un genio y a cambio nos dejaron toneladas de mierda.
Así lo recordaba su socio, amigo y compañero Eduardo Luis Duhalde en un artículo del año 1998, reproducido por la revista La Maga en 2003:




Por Eduardo Luis Duhalde
Es lógico que así sea, aunque ello evidencia la profunda ruptura social con el propio proceso histórico. Este desconocimiento sobre Ortega Peña se inscribe en un desconocimiento más amplio y general. El ejercicio del olvido al que han sido condenados los argentinos desde el 24 de marzo de 1976 hasta el presente y los artilugios desarrollados para obliterar el pasado con el ejercicio interesado de la desmemoria forman parte del esfuerzo por ocultar dos décadas intensas y profundas durante las que los jóvenes de entonces (entre los que me incluyo) se plantearon con profundo sentido solidario y colectivo ligar sus vidas con la búsqueda de un mundo mejor, más justo e igualitario, aun a costa de los mayores sacrificios.
A su vez, el olvido no es sólo derogación de la memoria. Tiende a colocar en su lugar una mítica narración del pasado: el silencio ha dado lugar a formas de normalización falsificadas, a través de una unívoca interpretación oficial. Se sustituye la cultura social -que actúa como conciencia crítica - deslizándose el sentido conceptual del pasado a través de la opacidad del presente, resignificando la temporalidad rica y múltiple del saber crítico hasta llegar a la clausura de su significación: ninguna cuestión que pudiese plantearse carece de respuesta dentro del propio sistema articulado por la teoría de los dos demonios como eje de una suerte de fundamentalismo democrático.
Rodolfo Ortega Peña pertenece a esa generación que hace cuatro décadas -recogiendo los legados históricos- soñó la revolución cultural, política, económica y social como un hecho posible y actuó consecuentemente, con-vencida de la irrelevancia ingrávida de toda otra tarea que no fuera promover aquel cambio -de acortar los tiempos a una victoria que pensábamos inevitable por el decurso de la historia -, abandonando en muchos casos la tranquila existencia personal (sentida por unos como opacidad triste, y por otros, pese a su éxito biográfico, como una situación de complicidad con un sistema injusto): dispuestos a ofrendar su propia vida si ello resultare una contingencia inevitable.
Estos proyectos revolucionarios de los años 60 y 70, no siempre se expresaron mediante el ejercicio de la violencia, aunque todos por igual sufrieron la violencia represiva del terrorismo de Estado. En la mayoría de los casos, aquellos portadores de la ilusión se habían acercado a la política huyendo de la inmovilidad del pensamiento, para pasar a la acción -en todas sus variantes- abjurando tanto del revolucionarismo de café de una izquierda tradicional con la que pretendían romper y superar, como del burocratismo peronista entrampado en los pliegos del poder proscriptivo.
Esta instancia política, fuertemente vital, no fue una mera contingencia de un deslizarse crispante del tiempo social en que estaba inmersos sus actores sino el intento de una relectura de la historia argentina, en acto de continuidad y cuestión al mismo tiempo, en una instancia fundante de un devenir diferente. Al mismo tiempo, traducía en el campo nacional el peso de las experiencias universales y contenía en su multiplicidad dicursiva el plexo de aquella herencia inmediata y mediata. Tenía un claro sentido reparador y regeneracionista.

Ningún sector social ni estamento profesional o laboral quedó al margen de esta interpelación convocante de los años 60 y 70. Aquellas generaciones existieron sobradamente y fueron muchísimo más que aisladas ínsulas.
La opción revolucionaria recorrió medularmente la sociedad hasta convencerse a sí misma de la factibilidad de la victoria. Más: estas generaciones fracasaron en su intento, y la mayor parte de quienes encamaron aquellos propósitos transformadores fueron aniquilados por el terrorismo de Estado, en sus formas para estatales antes del 24 de marzo de 1976, y luego por la acción directa de las Fuerzas Armadas.
La revolución quedó como una utopía incumplida, como un sueño desvanecido, transformado en un estallido de dolor y sangre. Llegaron los tiempos de derrota y muerte, que no sólo sesgaron la vida de aquellos que estaban animados por el fuego sagrado de sus convicciones sino que hicieron añicos esos proyectos concretos, personales y organizativos. Y aquellos programas, con 'el tesoro' ideológico revoluciona - no y emocional que le dio su encarnadura, quedaron allí perdidos, bajo un pesado manto de silencio, carente de toda resonancia y haciendo incomprensible para las generaciones futuras la densa textualidad de sus proyectos, la capacidad cuestionadora y movilizadora de su palabra y el profundo sentido político de su accionar. Tan incomprensible la acción como su respuesta represiva. Escamoteo interesado, evitante de las preguntas: ¿Qué estaba en juego esos años? ¿Qué y por qué se peleaba?
Es decir, cuál fue el entramado de sueños, ideas, análisis teóricos, compromisos vitales y prácticas germinadoras de un hombre nuevo como constructor de un mundo diferente que fue el signo distintivo de aquellos 'olvidados y proscriptos' desde el silencio y la descalificación.

Rodolfo Ortega Peña es una figura paradigmática de aquellos jóvenes intelectuales de la generación del 60, que vivió el influjo sartreano de la vida como compromiso existencial, desde sus primeros pasos como estudiante hasta el cargo de diputado nacional que ejercía a la hora de su muerte (con su unipersonal Bloque de Base, conformado tras separarse del frente justicialista por el que había sido elegido). El 31 de julio de 1974, cuando los sicarios de la Triple-A comenzaron su cadena de muertes quitándole la vida a los 38 años de edad, sin duda, en su criminalidad, coincidían en el reconocimiento del carácter paradigmático y la proyección de aquel que comenzaba a trascender los propios planos de la militancia para adquirir una dimensión nacional.
En distintas instancias de estos veinticuatro años transcurridos desde aquel crimen he abordado el análisis de quien fue mi hermano entrañable y compañero en la militancia y en la actividad cultural y profesional. Lo hice en su accidentado entierro, en el homenaje a los diez años del crimen a los veinte años, al inaugurarse la plazoleta que lleva su nombre, y en otras oportunidades, de manera escrita, en algunas publicaciones.
Cada vez que debí evocar a Rodolfo públicamente, fui completando mi visión de sus múltiples y riquísimos perfiles. De aquellos trabajos rescato especialmente dos, que hoy reproduzco parcialmente.
En una extensa nota hace doce años, decía yo: '¿Desde dónde aproximarnos al recuerdo de Rodolfo? Desde el rechazo de todo encasillamiento, reconociendo que él, como todo ser humano, fue una presencia abierta en sus significaciones, que su vida admite plurales lecturas y que no es posible abarcarlo en su totalidad, ni aquella es reproducible sintéticamente con un puñado de anécdotas o juicios de valor'.

Urgencia vital, preparación Intelectual
'En 1962, en la revista Ficción, que dirigía Juan Goyanarte, Ortega Peña publicó un largo análisis de la novela Sobre héroes y tumbas. En esa nota, escrita poco antes de que tomáramos la decisión política de elaborar y firmar conjuntamente todos nuestros trabajos, analiza el tema de la muerte (aun era tiempo de que nuestra generación la visualizara a través de las obras literarias) y dice: Lavalle, Alejandra, Fernando, muertos. ¿Sus muertes tienen algún sentido o carecen absolutamente de él? ¿Por qué ir a Jujuy? ¿ Por qué morir en 'El Mirador'? ¿Azar de una partida que dispara? ¿Libre determinación en incendiar la casa, su propia vida? La muerte, ¿tiene realmente un sentido que no es posible delimitar en lo orgánico? Allí quedan los restos lacerados de Lavalle. Malolientes. Ahí va su corazón con sus hombres. ¿Llevaba Lavalle dentro, muy dentro, su muerte como Alejandra o Fernando? ¿Fue creciendo esta muerte día a día con su vida, hasta surgir galopando desesperadamente? ¿ O, por el contrario, la muerte se cruza en el camino inesperadamente? ¿Es realmente un elemento irracional que no se puede reducir' Quizá no estamos preparados para responder. Pero la existencia sigue su curso: y allí va Martín, como nosotros, proyectando su vida, abierto a lo inesperado.

'Ortega a los 26 años reflexionaba antropológicamente sobre el sentido de la muerte, que es lo mismo que decir que analizaba el sentido de la vida. Y lo hacía desde su propia proyección vital totalmente comprometida, que llevaría -doce años después de esas meditaciones- a que convergieran las balas sobre su cabeza y a que hoy, transcurridos otros doce años, yo rescate este texto y lo repiense no sobre Lavalle sino sobre Rodolfo mismo. Ya que, quienes lo conocimos, sabemos bien con qué urgencia vivió, prodigando su inteligencia tan fuera del nivel común y su cultura de límites incomprobables, con tal vertiginosidad como si llevara 'dentro, muy dentro su muerte' y ésta fuera 'creciendo día a día con su vida'.
'Pareciera -la historia está llena de ejemplos variados- que hay seres que viven presentidamente su muerte joven y que para ellos, los tiempos de ser y hacer, son como una carrera contra el reloj sin resuello ni descanso. Y Ortega Peña no escapaba a esta característica.
'Recibido de abogado a los 20 años, haciendo al mismo tiempo la carrera de Filosofía, estudiando luego Ciencias Económicas; polemizando con Julián Marías sobre la ontología de Unamuno; con Carlos Cossío sobre la teoría ontológica del derecho; con Tulio Halperín Donghi sobre la significación del Facundo: con Marechal y Sabato sobre la estructura de la novela; con Córdova Iturburu sobre las pinturas rupestres de Cerro Colorado; pocos casos debe haber en nuestro país de un intelectual con tanta capacidad y actividad interdisciplinaria. Al mismo tiempo, con tan poco interés en dedicar su vida prioritaria-mente a cualquiera de esas disciplinas, pese a haber sido hasta el fin, un ávido y obsesivo lector de todas ellas, en castellano, inglés, francés, alemán, italiano, portugués, latín y griego.

'Urgencia por saber, para hacer: es decir el conocimiento como arma transformadora. Es que para Rodolfo no había actividad científica abstracta, había sólo una práctica teórica, absolutamente enraizada con las tareas de la liberación nacional y social. De él sí que, siguiendo Gramsci, puede decirse era un intelectual orgánico ligado al destino de la clase obrera y del pueblo. Porque toda su actividad estaba puesta al servicio del desarrollo político, del avance en la lucha de las clases postergadas: a las que se había integrado por una firme convicción, saltando por encima de su origen social, tratando de darles lo mejor de sí mismo.
'Pero esta urgencia vital no devenía en un sentimiento trágico de la misma. Todo lo contrario, sólo desde el optimismo esperanzador se puede actuar de ese modo. Por otra parte, Ortega Peña era la contraimagen de la solemnidad, un chico grande con una calidez y una ternura que muchas veces con infantil vergüenza por mostrarse desnudo en sus sentimientos, pretendía sepultar con su aplastante racionalidad, esa que se convertía en un arma implacable sólo con los enemigos de los intereses colectivos.

'De esta manera su vida cotidiana no aparecía escindida entre la alegría de los hechos menores y una solemne y grave actitud ante las grandes perspectivas de su existencia, las que integraba en un continuo sin contradictorias percepciones'.

Su humanismo ético y revolucionario

Hace cuatro años, cuando se inauguró por disposición del Concejo Deliberante de la ciudad de Buenos Aires la plazoleta Rodolfo Ortega Peña en la Avda. 9 de Julio, allí donde le mataron, volví a precisar los rasgos de Rodolfo. Decía entonces:
'¿Cuál es el legado de Ortega Peña, su valor paradigmático, lo históricamente rescatable? Cuáles son los grandes trazos de su personalidad, aquellos que aspiramos a que queden indelebles en el tiempo. Porque la historia con sabiduría olvida la crónica política concreta para abstraer y esencializar los valores ejemplarizantes, dejando aquella, para los estudiosos e investigadores.
'¿Es posible ya, señalar, los valores perdurables de una figura como Rodolfo Ortega Peña que laboró con igual fervor, la política como la historia, el periodismo como el ejercicio de la abogacía aplicada en función social? ¿Es posible hacerlo pese a la complejidad de su postura ideológico-política, de este hombre visceralmente peronista, pero intelectualmente un obstinado gramsciano, que heredó la pasión argentina de su abuelo David Peña y como aquél, tributario del sueño alberdiano de construir una gran nación sobre bases jurídicas y económicas sólidas?

'Estoy convencido de que sí es posible. Sin ánimo de hablar ex-cátedra, apunto aquí algunos rasgos a mi juicio definitorios: fue antes que nada un humanista, en el más puro sentido ontológico del término. Sus estudios de filosofía, su búsqueda del saber de los saberes, no era otra cosa que la búsqueda del hombre, de todos los hombres. Su primer compromiso era entonces con el destino del ser humano como tal.

'De este compromiso fundante, nacieron sus quehaceres: la política como servicio a los demás, asumida con el rigor de quien para ejercerla, no consideró suficiente su formación jurídica y filosófica, sino que estudió con igual dedicación las ciencias económicas. Su casi infinita cultura, fue también parte de su aprendizaje para la acción política. Porque sin estas herramientas jamás Rodolfo se hubiera considerado en condiciones de acceder a algo que consideraba absolutamente serio y responsable: la práctica política.

'De aquélla deriva también su irrenunciable compromiso con los derechos humanos, que lo llevó desde el inicio de su profesión al ejercicio de la defensa de los presos políticos, aun y en muchos casos, de quienes estaban en su antípoda ideológica y política.

Un compromiso racionalmente asumido que le hizo transitar el camino de la muerte, porque éste fue lo que más incomodó a quienes planearon el crimen.

'Necesariamente, también allí, radica su inclaudicable postura a favor de las causas populares, saltando sobre el prefijado destino familiar que le hubiera permitido fácilmente ser un brillante abogado de minorías privilegiadas.

'Otro rasgo esencial -y que en estas épocas aparece mucho más destacable - es la honestidad de este hombre que murió pobre, sin más patrimonio que su biblioteca, no por falta de oportunidad de quien asesoró a encumbrados dirigentes sindicales y que pasó por el Congreso de la Nación, rechazando las ofertas altamente beneficiosas en lo económico con que le tentaron para acallar su voz disidente.


'Es que Rodolfo Ortega Peña fue esencialmente un hombre ético, de una profunda eticidad, que lo llevó a soñar con un Hombre Nuevo capaz de construir revolucionariamente un mundo mejor. Revolucionar, como enseña el Diccionario del uso del español de María Moliner, es imprimir un giro diferente a un tiempo determinado o preconizar un cambio radical de las cosas. Y Ortega Peña desde su ética absoluta, jamás se resignó a aceptar el mundo en que le tocó vivir como algo con lo que debía conformarse. Siempre creyó que la humanidad, y en el caso, los argentinos, nos merecíamos un mundo mejor, mucho más justo e igualitario y luchó apasionadamente para que despuntara el alba.


'Pero no nos confundamos, Ortega Peña, no se planteó para sí, tomar el cielo por asalto, y por el contrario, fue un ferviente partidiario de la lucha de posiciones, en el marco de las instituciones republicanas. Por ello este hombre que no pertenecía a organización alguna, aceptó ser diputado de la Nación conformando un bloque unipersonal, para luchar por una democracia auténtica, fiel al mandato recibido. Y porque creía en los valores de la democracia participativa no usó su banca para convertirla en tribuna del petardismo sino que trabajó con ahínco en mejorar las leyes tanto en las comisiones como en el recinto, dando memorables aportes a los debates y convirtiéndose en un fiscal insobornable. Paralelamente llevó su banca a la calle y allí donde hubo una necesidad o una injusticia, lo encontró presente'.


24 años después, hoy, al cumplirse un nuevo aniversario del crimen, quisiera agregar, un hecho sustancial, implícito en todo lo antes dicho. Poco a poco, y por la fuerza de los acontecimientos, el campo popular y revolucionario estaba encontrando la figura capaz de unirlo y liderarlo, en aquel hombre que hizo del antisectarismo y de la unidad, un estilo de vida. Junto a Agustín Tosco, Rodolfo Ortega Peña, aparecía en el escenario político argentino con la capacidad para convertirse en la amalgama que superara las dicotomías y las obstinaciones, y de conducir en el campo de las instituciones republicanas, ese gran movimiento transformador que agitaba la Argentina. No fue casual entonces que su prematura muerte inaugurara la etapa sangrienta del último terrorismo de Estado padecido en el país.


Fuente: Revista La Maga, 11/07/03. Nota escrita por Eduardo Luis Duhalde en 1998.





COMPRAS COMUNITARIAS EN SAAVEDRA


OPERATIVO DE LA ANSES EN SAAVEDRA


SEGUNDO OPERATIVO DE VACUNACION Y ATENCION PRIMARIA DE LA SALUD

El Frente Transversal, Concertación Forja, la Red Carpani y la Agrupación 

Entrepueblo de la 

Comuna 12, junto al Grupo de 

Voluntarios ACME de QRS de la UBA, realizamos en nuestro local del Frente de Superi 

4428 del 

barrio de Saavedra, tareas de 

vacunación y atención primaria de la salud








Cristina encabezó el acto por el 60 aniversario de la muerte de Eva Perón


“Eva volvió en millones de puestos de trabajo”


Cristina Fernández de Kirchner encabezó el acto por el 60 aniversario de la muerte de Eva Perón en el Mercado Concentrador de José C. Paz, con la participación de miles de personas.


DISEÑO DE FOTO OSCAR ROVITO

La Presidenta hizo un repaso de los logros del kirchnerismo. Criticó, sin mencionarlo, a Moyano. Hubo mayoría de jóvenes.



“Eva Perón ha vuelto hoy en la dignidad de una patria que ha dejado de ser colonia”, sostuvo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ante miles de personas –cien mil según los organizadores– en el acto en conmemoración del 60° aniversario del fallecimiento de Eva Duarte. Una multitud integrada mayoritariamente por jóvenes no cesó de cantar y de apoyar a la Presidenta en José C. Paz, donde encabezó un acto de entrega de viviendas sociales y, principalmente, de homenaje a Evita. “Lo que más me cuesta entender es cómo algunos de nosotros venidos de abajo se juntan con los que siempre nos atacaron para socavar la unidad de este movimiento”, sostuvo parafraseando a Eva Perón y enviando un tiro por elevación al camionero Hugo Moyano, quien por estos días aparece cercano a las entidades ruralistas.
“Treinta años más tarde de los ‘70 en que luchamos por el retorno de Perón, ese presidente (en referencia a Néstor Kirchner) y esta presidenta ya no luchamos por el retorno de Perón sino por el retorno eterno de Eva, que volvió en millones de puestos de trabajo, en las nuevas universidades, en el presupuesto educativo y en la recuperación de los fondos de los trabajadores que habían sido privatizados en los ‘90”, enfatizó la Presidenta tomando la figura y las propuestas de Eva Duarte para proyectarlas al modelo iniciado en 2003. Con parte del gabinete y gran cantidad de intendentes y dirigentes de organizaciones sociales y políticas, el Mercado Concentrador de José C. Paz fue el escenario elegido para homenajear a la figura emblemática del peronismo y realizar un balance de los nueve años de gestión kirchnerista.



Desde temprano comenzaron a llegar los micros cargados de militantes que se acercaron hasta las inmediaciones del mercado para participar del acto. “Venimos para que (Jesús) Cariglino sepa que en Malvinas Argentinas somos más kirchneristas de los que él cree”, dijo a Página/12 Carlos, un joven de 23 años acompañado por su esposa y su hijo. “Se llama Néstor, no tengo que aclararte por qué, ¿no?”, agregó con una sonrisa. Las bandas de jóvenes llegaban a borbotones enfundados en las banderas de sus organizaciones: JP Bonaerense Mercedes, Corriente Martín Fierro y las flameadoras naranjas de Segundo Centenario. La columna de La Cámpora engrosó el caudal de gente con los estandartes con la imagen del “Nestornauta” y los bombos que sonaban sin parar junto a los militantes de la Corriente Peronista Descamisados. El Kolina de Alicia Kirchner se mezclaba con el Peronismo Militante y las banderas blancas de la Tupac Amaru de Milagro Sala.
Con la remera amarilla de su agrupación, la Juventud Peronismo Kirchnerista, Maru, 19 años, explicó que “un montón de nosotros tiene familia que fue desocupada durante mucho tiempo, y ahora casi todos tienen laburo. ¿Cómo no vamos a venir?”, se preguntó. Sus compañeros asentían. A un lado, Karen comentaba que era “vecina de la zona” y se había acercado con su hija de un año “porque quería que conozca a Cristina”. Entre la gente suelta andaba también Carlos, un tucumano que vive en Malvinas Argentinas “hace ya un tiempo –explica–. Me llamó mi vieja para decirme que la abuela quería que venga porque ella todavía tiene la máquina de coser que le mandó Evita”.
Las políticas neoliberales que se implementaron en los años ’90 fueron el blanco de la Presidenta en su discurso cuando volvió a enfrentarlas con el modelo kirchnerista. “Evita predijo: vamos a dejar de ser colonia o la bandera flameará sobre sus ruinas”, señaló CFK y luego bramó: “Evita ha vuelto en la dignidad de una patria que dejó de ser colonia”, y los bombos, las banderas y la gente se levantaron con mayor fuerza. “Pero déjenme decirles que si hay un lugar donde hoy la veo a ella –apuntó la Presidenta– donde la veo más que nada es en los cientos de miles de jóvenes argentinos que se han incorporado a la política y que la llevan en su corazón, que la llevan en sus bandera, que la llevan estampadas en sus remeras, en los movimientos sociales juveniles, en las universidades, en los sindicatos”, enumeró y la muchachada se lanzó a cantar “Eva, Eva de mi vida, vos sos la alegría de mi corazón. Vos sos, sos el sentimiento de este movimiento de liberación”.



Los sectores concentrados de la economía y sus aliados que atacan las políticas del Gobierno se llevaron su parte. La Presidenta recordó un pasaje del último libro de Evita, Mi Mensaje. “Por ahí puedo entender que la oligarquía no nos quiera o nos desprecie, pero lo que más me cuesta entender es cuando alguno de nosotros, venido de abajo, se junta frente y junto a los que siempre nos atacaron para, precisamente, socavar la unidad de este movimiento”, enviando un dardo envenenado a Moyano, hasta fines del año pasado aliado incondicional y hoy acercándose a las entidades rurales. Antes de que hablara la Presidenta, el caudillo de la zona, Mario Ishii, ex intendente y titular del PJ distrital, apuntó para el mismo lado. “Les diría a los que conducen la CGT que se vayan. Que realmente son una vergüenza para el movimiento obrero. Tenemos una CGT que no responde al pueblo sino que está respondiendo a intereses personales”, destacó Ishii. Dijo que se trataba de “cuatro atorrantes”.
“El camino que hemos elegido es el de lograr que en la Argentina haya cada vez menos pobres, y esto significa enfrentar intereses”, reflexionó en voz alta la Presidenta casi al final de su mensaje, cuando la tarde ya empezaba a ponerse fría por el viento. “Unidos y organizados solidariamente en unión y libertad sentiremos que ella ha cumplido su legado histórico y es más eterna que nunca 60 años después de haber pasado a la inmortalidad”, dijo al terminar el homenaje e iniciar el saludo con los militantes y los vecinos que se habían acercado a verla.


La presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó el nuevo billete de 100 pesos que llevará la imagen de Evita



Cristina Fernández de Kirchner presentó el nuevo billete de 100 pesos que llevará la imagen de Eva Duarte de Perón. El acto se llevó a cabo en la Casa de Gobierno. "Es un homenaje de todos", afirmó.



La presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció hoy la emisión de un billete de 100 pesos con la cara de Eva Perón como "un homenaje que nos hacemos los argentinos" y también "reparando nuestros errores, nuestras propias equivocaciones" respecto a esa "humilde mujer de pueblo que tuvo la inmensa suerte de encontrarse con un hombre como (Juan) Perón".
La Presidenta pidió a las autoridades monetarias que implementen los mecanismos operativos para que el billete reemplace al que lleva la imagen de Julio Argentino Roca y tenga curso legal.
"Darle el billete a ella es reparar la injusticia que hemos cometido los argentinos contra nosotros mismos", insistió Cristina, en un acto en Casa de Gobierno.
"Voy a pedir -y no quiero entrar en ninguna polémica- que las autoridades monetarias del Ministerio de Economía puedan arbitrar todas las medidas legales y operativas para que este sea el nuevo billete de 100 pesos", dijo la presidenta, ante el aplauso del auditorio del salón de las Mujeres del Bicentenario.
"Después de 200 años es la primera vez que una mujer aparece en un billete" y recordó los que tienen las caras de "San Martín, Belgrano, Roca, Sarmiento".
Cristina subrayó que "si tenemos que hacer" un homenaje "al género, quién mejor que Eva Perón para estar estampada en este billete de 100 pesos".
Al mostrar a los presentes el billete, describió que la imagen de la cara de Evita "da una sensación de paz y de tranquilidad muy impresionante" y citó que el nuevo billete "tiene una balanza de la justicia social, y símbolos como el laurel, el ceibo".
"Estamos muy contentos de poder haber hecho esto", puntualizó, y felicitó a "los más de 1100 empleados de la Casa de Moneda", quienes realizaron la "tarea muy importante" de confeccionar el billete.
En un tramo de su discurso, Cristina mostró la foto de "José Luis San Pedro, literato y economista español muy importante que recibió en 2011 el premio nacional de las Letras españolas".
Contó que "en una carta dirigida al presidente de España (Mariano Rajoy) había una frase que creo que define un poco el momento y que tiene tanta actualidad y antigüedad" a la vez.
"Me encantó -citó la mandataria- la frase que dice que hay economistas que sólo trabajan para que los ricos sean más ricos y hay economistas que trabajan para que los pobres sean menos pobres".
Precisó que ello "define cuál es el problema, que es actual pero que es antiguo y ha venido discutiéndose a los largo de los 200 años de historia argentina".
Al elogiar a Evita, manifestó que "cuando alguien toma la dirección que es la de que los pobres sean menos pobres obviamente recibe durísimo ataques".
"Qué no se ha dicho de esta mujer en la República Argentina, le han hecho cosas horrendas, después de muerta inclusive", dijo la presidenta, mirando al auditorio, y agregó: "Por eso el rescate y la reivindicación".
Cristina volvió a criticar a la "cadena del miedo y desánimo", al citar una tapa de ayer de "Clarín, jefes de la cadena nacional del miedo y del desánimo", por los giros que hace la Anses para casos como los préstamos "a la empresa General Motor o a la provincia de Buenos Aires para pagar el aguinaldo".
Seguidamente, contó "lo que hizo este monopolio con los fondos de los jubilados cuando las AFJP eran privadas", cuyas acciones compraron a un precio y luego pasaron a valer muchísimo menos, y definió: "Estos son los que enjuician y los que dicen qué mal que se gastan los dineros de los jubilados".
Asimismo, se preguntó cómo puede ser que "se avance tan lentamente" en las causas en la justicia cuando las inicia el Estado y cuando son "cautelares" en contra ""salen como pan caliente".
"La verdad es que llama mucho la atención la premura, la rapidez cuando se trata de condenar al Estado", que tiene el deber de defender "a los sectores más vulnerables", insistió.
La mandataria también hizo referencia a un "articulito ayer en La Nación, en Economía y Negocios, sobre una reunión de la Rural con empresarios periodísticos que señalaron la preocupación por la falta de diálogo con el gobierno y el desencanto que enfrenta la actividad agropecuaria".
"No se puede creer", exclamó Cristina, y citó que en esa reunión estuvieron "José Aranda, de Clarín, Jorge Fontevechia,de Perfil, Julio César y Fernán Saguier, de La Nación, y José Claudio Escribano, de La Nación, como se ve, el comando en jefe de la cadena nacional del miedo y del desánimo".
Sostuvo que "estarían hablando con qué titulo nos van a enchufar mañana, con qué título nos van a salir pasado mañana, es un poco la prueba de cómo es la coordinación".
En otro orden, Cristina anunció que mañana concurrirá a José C.Paz para "inaugurar viviendas populares" y enfatizó que Evita "quería eso".
"Evita era lo que yo denomino inteligencia emocional, inteligencia de corazón, tenía esa forma de contacto, por eso también es que dio tanto, nada menos que su vida”, finalizó la presidenta.


MEDIOS Y COMUNICACION - ShowMatch: graduados en los noventa

LA VENTANA PAGINA 12

Apelando a las referencias de dos programas televisivos (ShowMatch y Graduados), Pablo Castillo interpela acerca de la necesidad de usar creativamente la televisión para dar la batalla política de los sentidos y de la interpretación.



Por Pablo Castillo*

Una mirada descarnada –y quizás un poco sesgada– diría que en el interior de la pelea entre Graduados y ShowMatch, por ver cuál de los dos programas acapara mayor audiencia, se exterioriza un juego poblado de sobre y malos entendidos. Hay una irrupción –en el primer plano televisivo– de las huellas de un pasado que, simplificando, podría expresarse como las marcas culturales de una época que va desde el fin de la ilusión de la “primavera radical” hasta el “menemismo”. No es la única lectura, pero sí una posible.
De un lado, tenemos a los simpáticos y algunos hasta queribles personajes de la novela del canal de las pelotas. Como dice la canción de Serrat: “un buen colegio de pago/el mejor de los bocados...”, donde la libertad que hay que defender es la individual, frente a una sociedad que trata de oprimirnos y un Estado que sólo en la ficción puede figurar como ausente. Seguramente ya fueron arrancadas las etiquetas con RA (Raúl Alfonsín/República Argentina) de sus carpetas escolares. Hoy, los imprevistos y los desencantos de la vida cotidiana, combinados con la entrada a los cuarenta de los protagonistas principales, parecen volverse un cóctel explosivo. Equiparando, bastante democráticamente, encontramos que los tonos angustiantes y resbaladizos que transitan estos sujetos nos demuestran fácticamente que aparentemente solo con la plata no alcanza para ser feliz...
Por el otro, nos topamos con un Marcelo Hugo disfrazado simultáneamente de mago y equilibrista junto a los hijos de Claudio Paul Caniggia y Mariana Nannis, dándole visibilidad a esa mezcla de pizza con champagne reactualizada; hablada desde los márgenes de Marbella, de la Europa eterna, nunca en crisis. De la ausencia-presencia de un padre que es más como uno. Porque solo en la vida y en el fútbol nos pueden pelotear todo el partido –como Brasil nos arrinconó, en el Mundial de 1990– y casi milagrosamente hacer aparecer una oportunidad que transforme, de repente, todo el relato. Un descuido, una desatención, una negligencia de los dominadores basta para filtrarte entre líneas y cambiar la Historia (con y sin mayúscula). Sólo se trata de estar ahí y, llegado el momento, navegar en el justo límite que, según lo que uno decida y cómo lo ejecute, nos convierte en héroe o villano, sin mediación simbólica que valga.
Es cierto que en los dos programas pasan otras cosas, gestos tiernos y nuevas complicidades (algunas tan marketineras como efectivas) pero que funcionan en un segundo plano. Las marcas ordenan los discursos y, cuando hay que tomar alguna decisión sobre el futuro de los hijos, las respuestas siempre están allende los mares. Para pasarla bien o estudiar, tanto los Caniggia como la familia de Martín, el hijo de Loly en la ficción de Telefe, miran a Europa o Estados Unidos.
Podríamos concluir con algo así como que los millones de espectadores que miramos en forma permanente o a través del zapping estas emisiones televisivas nocturnas lo hacemos desde otro lugar al acostumbrado. Los que padecimos los noventa hoy podemos entretenernos con sus restos anclados en otro territorio cubiertos por una dignidad, antes no alcanzada. Pero lo cierto es que, como imagen, puede tranquilizar pero es insuficiente.
La lucha por el sentido, por fijar la verdad de una posición, es también una disputa de poder. Y el campo de la masividad de lo mediático es una batalla pendiente que debemos abordar creativamente; en el marco de los cambios que la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual permite, pero entendiendo que la televisión en particular tiene sus propias especificidades. Sin prejuicios elitistas pero tampoco, parafraseando a Néstor Kirchner, “dejando las convicciones en las puertas de un estudio de televisión...”.
La política siempre va a ser el principal bagaje con el que contarán los silenciados por la historia escrita por los vencedores de Caseros, para alcanzar visibilidad y transformar el yo (liberal o fenomenológico) en un nosotros. Por eso mismo, no reflexionar sobre cómo se conforman esos movimientos, las percepciones (muchas de ellas contradictorias) que nuestros televidentes tienen de sus triunfos y fracasos, de sus alegrías y tristezas, de sus formas de entretenerse y pasarla bien, es para la academia un error conceptual grave pero, para los que militamos en la ancha alameda de lo comunicacional, supone asumir una actitud casi suicida.
* Psicólogo UBA. Magister en Planificación y Gestión de Procesos Comunicacionales, UNLP. Referente del Frente Transversal N y P de la Ciudad de Buenos Aires



RECLAMO A MACRI POR EL SUBTE


Vecinos y trabajadores porteños criticaron la desidia del Jefe de Gobierno porteño y pidieron por la apertura de las nuevas estaciones Rosas y Echeverría, las cuales aseguraron están "listas hace tiempo".

 
Roberto Beto Pianelli -  Secretario General del Sindicato del Subte (AGTSyP)



En el encuentro estuvieron presentes, entre otros, el Secretario General del Sindicato del Subte (AGTSyP), Roberto Beto Pianelli; el diputado nacional de Nuevo Encuentro, Juan Carlos Junio; los legisladores porteños Edgardo Form y Delia Bisutti; y el comunero del Frente para la Victoria Pablo Ortiz Maldonado.

 Los dirigentes denunciaron la desidia macrista y aseguraron que “la Ciudad tiene los recursos para hacerse cargo del subte e inaugurar las estaciones que están listas desde hace meses, aguardando la llegada de nuevos trenes”.

 Bajo la consigna “Basta Macri”, esta mañana, dirigentes y militantes del Frente Nuevo Encuentro y del Frente para la Victoria que componen la mesa Unidos y Organizados de la Comuna 12, reclamaron junto a vecinos e integrantes de organizaciones sociales y políticas, por la inauguración de las estaciones de subte Juan Manuel de Rosas y Esteban Echeverría, de la Línea B.

La convocatoria se llevó a cabo en la esquina de Monroe y Triunvirato de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de dos estaciones que extenderían el trazado de la línea de subterráneos que actualmente finaliza en De los Incas.

La apertura de estas paradas resulta una medida clave para mejorar la conectividad de los vecinos y vecinas de la Comuna 12 con el centro de la Ciudad. Además, se lograría descongestionar el tránsito automotor en la zona y optimizar la conexión con el Área Metropolitana, ya que la estación Rosas combinaría directamente con el ferrocarril Mitre.

 Durante el reclamo, los participantes criticaron el desgobierno macrista, su irresponsabilidad para hacerse cargo del servicio de subtes que le corresponde, la desinversión y el aumento del boleto del 127%, que tiene como único beneficiario a la empresa Metrovías del grupo Roggio.

Lanús: apertura de una nueva sede del Frente Transversal con la presencia de Boudou, Díaz Pérez, Larroque y Depetri

Con una importante asistencia de militantes y dirigentes de los diferentes sectores que componen el Frente para la Victoria de Lanús, el acto dio inicio con la lectura de adhesiones al encuentro y apertura por parte del dirigente Oscar Laborde quien en primer lugar le dio la palabra intendente anfitrión Darío Díaz Pérez: “Lanús ha tenido un gran protagonismo en la historia del peronismo, por sobre todo en aquella gesta inicial del 17 de Octubre del 45. También 274 compañeros de nuestro distrito perdieron la vida en la hora más oscura de la patria, luego del golpe de 1976. El recordado Néstor Kirchner, el día que sintió que los gorilas y los golpistas merodeaban la plaza, nos llamó a los lanusenses a ocuparla, y demostrar que el pueblo lo respaldaba. Y ahora también defendemos y respaldamos a nuestra presidenta, porque no tenemos doble discurso, hagan los operaciones que hagan los multimedios y la oligarquía”.
Luego de los saludos de Marcelo ‘Nono’ Frondizi, dirigente de ATE en la CTA, y del intendente de San Vicente, Daniel Di Sabatino, tomó la palabra el secretario general de La Cámpora, y Diputado Nacional Andrés ‘Cuervo’ Larroque, quien se refirió a versiones infundadas sobre las intenciones de dicha agrupación juvenil en el distrito de Lanús: “Quiero dejar bien en claro que nosotros apoyamos a Darío, porque el Intendente de Lanús es Darío y punto. Eso no se discute. Es el enemigo el que nos quiere dividir. Por eso estamos en este local del Frente Transversal Peronista de Lanús, junto a Darío y junto a Edgardo, porque tanto ellos como nosotros somos lo mismo, porque juntos dimos un montón de peleas, juntos llegamos a aquel inolvidable y multitudinario acto de Vélez Sarfield, y juntos seguiremos acompañando a la presidenta Coraje”.
El dirigente de Remedios de Escalada y referente del Frente Transversal, Edgardo Depetri, sin medias tintas, describió a la oposición: “Los enemigos del pueblo, los que quieren que este proceso económico, político, social y cultural se detenga tienen nombre y apellido: Biolcatti, con su Mesa de Enlace sojera que quiere el dólar a 7 pesos; el Grupo Techint; los sectores de los multimedios de comunicación, y el conductor de la oposición que es el Grupo Clarín y quien sintetiza todo el discurso opositor, Héctor Magnetto, y los sectores industriales que si bien nos acompañaron todos estos años, en los que se la llevaron con pala, pero a la hora de discutir mejoras salariales terminan apostando por sus ganancias escandalosas”.
El cierre estuvo a cargo del vicepresidente de la Nación, Amado Boudou: “En la Argentina hay un solo liderazgo, que es el de Cristina Fernández de Kirchner, y todo el pueblo encolumnado detrás de su figura. Es ese camino que iniciamos en 2003 o la vuelta al 2001, por eso hay que mantenerse unidos y organizados, porque es muy fuerte lo que hay del otro lado. Por eso hoy aquí estamos todos juntos: El Frente Transversal, La Cámpora, el Peronismo, Kolina, el Movimiento Evita, Forja, el Socialismo, el Partido Humanista, y todas las fuerzas que entienden que hay seguir juntos para defender a este proceso histórico que por primera vez en la argentina cumple un tercer período consecutivo para transformar la calidad de vida del pueblo argentino”.

MACRI HACETE CARGO

Macri HACETE CARGO 

Este sábado

 TODOS Y TODAS a Monroe y Triunvirato

UNIDOS Y ORGANIZADOS





Segundo Operativo de vacunacion y atención primaria de la salud en Saavedra

El Frente Transversal, Concertacion Forja, la Red Carpani y la Agrupacion Entrepueblo de la Comuna 12, junto al Grupo de Voluntarios ACME de QRS de la UBA, realizaremos en nuestro local del Frente de Superi 4428 del barrio de Saavedra, tareas de vacunacion y atención primaria de la salud.