PELIGRO, HOSPITAL



Por Laura Vales

Estallo la crisis en los 32 hospitales porteños:
A las falencias estructurales se sumó el cambio en el sistema de compras implementado por Macri, que dejó a los establecimientos sin insumos. Se postergan las operaciones, faltan personal y remedios esenciales, crecen las colas y se demoran los turnos.

CRISIS POR FALTA DE INSUMOS EN LOS HOSPITALES PORTEÑOS

Desabastecidos en salud

La decisión del macrismo de centralizar las compras produjo graves trastornos. En el Argerich suspendieron las operaciones programadas. En el Hospital de Niños piden toallas por la radio. En el servicio de traumatología del Alvarez estuvieron un mes sin analgésicos.

El hospital Argerich debió suspender sus operaciones programadas por falta de insumos. Desde hace dos semanas sólo realiza las de urgencia. “En un día normal, acá hacíamos 40 cirugías. Hoy hicimos tres”, confirma su director, Donato Spaccavento. El Argerich es uno de los centros de atención de mayor consulta de la ciudad y tal vez por eso el lugar donde estalló una crisis que afecta con distinta intensidad a los 32 hospitales de Buenos Aires, todos con problemas de insumos.

–¿Qué falta?

–Varía según el día o el movimiento. Este hospital tiene 3500 renglones de insumos. La semana pasada, por ejemplo, estuvimos al límite con la gasa. Se hace el pedido, dicen que van a mandar, se demoran..., con todo es así. El gobierno de la ciudad no entiende ni la complejidad de los insumos que necesitamos, ni el nivel de producción de servicios que tenemos.

La recorrida por otros centros tiene resultados similares. En el hospital Rivadavia, Rodolfo Arrechea denuncia que “intervenciones simples como una operación de vesícula están pasando para el año que viene por falta de insumos”. En el hospital Alvarez, del barrio de Flores, Iván Sotomayor, jefe de enfermeros de la guardia, apunta que en la sala de traumatología estuvieron un mes sin analgésicos. “Los tuvieron que comprar los propios pacientes.”

Arrechea es secretario adjunto de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), y al contar el problema hace introducción: un mes atrás, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, les pidió a todos los directores de los hospitales la renuncia. La dirección de los hospitales es todavía un cargo político, no concursado, por lo que las renuncias se presentan siempre que hay un cambio de gobierno. En este caso habían sido elevadas en diciembre, y el jefe de Gobierno se las volvió a pedir. Macri inició de esta manera un proceso de renovación de las autoridades, en el que junto al ministro de Salud, Jorge Lemus, decidirá si ratifica o renueva a los directores. Un consejo de especialistas propondrá cinco candidatos para cada hospital, de los que Macri y Lemus elegirán a quién nombrar. Esta situación de limbo en que quedaron los directores, esperando la ratificación o el desplazamiento, ha mantenido a la mayoría en un silencio que poco tiene que ver con la salud, concluye Arrechea. Las denuncias se están haciendo por debajo, desde los sindicatos, algunas asociaciones de profesionales, o los pacientes. Es viernes, y en la radio habla una voluntaria del hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Pide donaciones de toallas, “aunque sean usadas, las que tengan medio viejitas”, dice, porque “hay muchos chicos internados que no tienen”.

Sin stock

Los hospitales sufren una crisis estructural, de arrastre: falta de equipamiento, de personal, una demanda que los supera y que crece cada vez que aumenta la pobreza. Pero este panorama, que parecía difícil que se pusiera peor, se agravó con el cambio en el sistema de compras de los insumos implementado por el macrismo en el mes de junio cuando, tras denunciar la existencia de sobreprecios, el gobierno de la ciudad les quitó la facultad de hacer sus compras y las centralizó, poniéndolas a cargo del Ministerio de Hacienda.

Con este sistema, a los hospitales se les fue terminando el stock. A los tres meses de implementado y en medio de quejas generalizadas, el propio gobierno de la ciudad admitió su error y les devolvió la facultad de hacer una parte de sus compras. Así quedó un sistema mixto: las compras generales, de los insumos de mayor uso, siguen centralizadas, mientras que las específicas, destinadas a prestaciones de mayor complejidad, son realizadas por cada hospital. El cambio, sin embargo, no alcanzó para solucionar las cosas.

La suspensión de las cirugías programadas, o su reprogramación, es uno de sus efectos. Otra consecuencia (de la falta de insumos sumada a la falta de personal) es que hay mayores demoras en la atención médica. Según Arrechea, los pacientes están esperando en promedio cuatro meses para un turno, de acuerdo a la especialidad. El secretario adjunto de ATE señala que las demoras afectan “de manera cíclica distintas áreas. Pero, en todos los casos, dejaron lejos las promesas de campaña de Macri de que no iba a haber más espera en los hospitales”.

El macrismo reconoce la crisis por los insumos, pero asegura que quedará superada antes de fin de año. “Cada vez que se cambia el modelo de compras hay dificultades, hasta que el procedimiento está aceitado. En este caso el problema no está en el presupuesto, sino en la prontitud con que llegan los insumos”, dice Néstor Pérez Baliño, director de la Región Sanitaria nº 1 y designado por el Ministerio de Salud porteño para responder sobre el tema. “Como funcionarios y como médicos, nos da ansiedad que esto pase, pero estamos trabajando en que vuelvan a crecer los stocks, y lentamente nos vamos recuperando. El problema es más que nada de reposición, hay que conseguir que logística distribuya rápido en los hospitales lo que se va comprando.”

Del lado de afuera

Con la escasez de recursos, todos los problemas se agravan. Las colas son más largas, la cantidad de enfermos que quedan sin atención es mayor y la relación entre el hospital y los pacientes no es de cooperación sino de guerra. En algunos centros, los pacientes parecen ser considerados como una especie invasora a la que es necesario mantener a raya. En el Hospital Ramos Mejía, este invierno las autoridades pegaron en la puerta una resolución: “Se informa al público en general que a partir del lunes se encuentra totalmente prohibido el ingreso del mismo a formar fila y/o sacar turnos en el interior del hospital antes de las 5.30 hs. Toda persona que desee ingresar deberá formar fila y esperar del lado de afuera, manteniendo el orden y turno de llegada”. ¿Se le puede pedir a un enfermo al que se le hace hacer una cola de cinco o seis horas para ser atendido que además espere en la calle, en pleno invierno?

Los sindicatos señalan que un factor que agrava las demoras para otorgar turnos es la falta de personal, un problema acentuado desde que el macrismo implementó un incentivo que se jubilen 5000 agentes; al parecer, otra medida de ahorro. “Falta personal, y aunque los cargos ya están concursados y designados, los nuevos nombramientos no se concretan.”

En algunos lugares como el Alvarez, los problemas de falta de personal se agudizaron al punto de que este año, en Semana Santa, durante cinco días no se internó a ningún paciente. No había enfermeras para atenderlos. Nunca antes había ocurrido algo así.

En contraste con la lenta toma de decisiones para enviar insumos o nombrar al personal faltante, Macri acaba de concretar la privatización del sistema de facturación y cobranza con que los hospitales recuperan los servicios prestados a quienes tienen obra social o medicina prepaga. La medida ilustra en qué lugar se pone el acento.

Spaccavento advierte sobre los riesgos de privatizar el sistema de facturación: “Todas las experiencias del mundo en esta dirección terminaron impulsando la privatización del hospital. Las empresas facturadoras estimulan a los médicos y el personal a internar y hacer bien los papeles de quienes tienen obras sociales o prepagas. Son empresas que ganan más si el hospital factura más, ganan en función de un canon que se les da por lo que consiguen facturar por encima del promedio histórico. Así, como ya pasó con el Hospital de Clínicas, los hospitales terminan teniendo salas maravillosas para aquellos sectores a los que se les puede facturar, esto es lo que sucedió con el PAMI, y otras de segunda que son para los pacientes del sistema público”.


Medidas PRO

La Ciudad de Buenos Aires atiende 9 millones cien mil consultas externas por año. De ese total, el 35 por ciento son pacientes del conurbano. La falta de recursos de los hospitales bonaerenses empuja a la población de la provincia a atenderse en la Capital. A poco de asumir, Macri intentó implementar un sistema que privilegiara la atención de los porteños, discriminando a los que llegaran de territorio bonaerense. Su idea fue frenada por las denuncias de que se trataba de una propuesta xenófoba y anticonstitucional. Su siguiente anuncio fue el proyecto de cierre de los neuropsiquiátricos Borda y Moyano. La propuesta quedó bajo sospecha de encubrir un negocio inmobiliario. El jefe de Gobierno porteño también les abrió las puertas de los hospitales públicos a las universidades privadas, para que sus alumnos de las privadas puedan hacer las residencias, ocupando plazas que ya son escasas para los estudiantes de las universidades privadas.


Sin aspirinas en el Ramos Mejía

Los residentes del Hospital Ramos Mejía resolvieron hacer un paro cada quince días hasta que les suban el sueldo y solucionen el problema de los insumos. Desde principios de este año, los residentes hicieron cinco paros –los dos últimos, en las últimas dos semanas– y crearon una Asociación de Profesionales en Formación. Nunca fueron recibidos por el gobierno de Mauricio Macri. Al principio, reclamaban un aumento de sueldo –-actualmente, cobran siete pesos la hora–, que se aceleren los trámites para cobrar –tardaron tres meses en liquidar los primeros sueldos– y que se les de una obra social y una ART a los residentes que trabajan ad honorem, bajo la figura de “concurrentes”. “El otro problema grave que se suma a los reclamos es la falta de insumos: desde el punto de vista legal, es una obligación que denunciemos la falta de insumos. Internamos pacientes y no tenemos la medicación para darles la atención mínima. Por ejemplo, ahora en el Ramos Mejía no tenemos aspirinas”, relató a PáginaI12 el residente Nicolás Kreplak.


Un paro por sábanas

“La falta de insumos tiene consecuencias visibles y también otras que no lo son a primera vista. Se traduce por ejemplo en mayores infecciones intrahospitalarias, mayor tiempo de recuperación de los internados, más dolor”, señala el enfermero Iván Sotomayor en el Hospital Alvarez. “Y mayores costos. Porque si no tenés manoplas de plástico para hacer una tarea, buscás guantes de látex, y si no hay lo reemplazás por guantes estériles. Finalmente lleva más dinero y más tiempo.” En el servicio de guardia donde trabaja, cuenta, el problema mayor es la falta de equipamiento. “No tenemos respirador. Hace un mes un paciente se descompensó, lo intubamos y hubo que oxigenarlo manualmente durante tres horas, hasta que conseguimos que del Hospital Durand nos mandaran una máquina en ambulancia.” “Hemos suspendido cirugías por falta de gasa y de guantes. La última vez que se rompió la máquina del lavadero reprogramamos todas las operaciones. Demoraron tanto en arreglarla que nos quedamos sin ropa estéril para el quirófano.” En el Rivadavia, Rodolfo Arrechea, secretario adjunto de ATE, dice que cuando faltan insumos “tenemos que generar algún tipo de conflicto, y conseguir que vengan los medios. Cortar la calle, sacar camillas a la vereda, cada vez inventar algo más llamativo. Todas las protestas de este año fueron por falta de insumos o de personal, ninguna por salarios. Tuvimos una serie de conflictos sólo para hacer que los hospitales funcionen”. Arrechea recuerda que cuando en su hospital se quedaron sin sábanas, a la gente que iba a internarse le pedían que las comprara. Para conseguir sábanas, Ate hizo tres días de paro.

Parque público, uso privado



LAS EXCLUSIVIDADES QUE OTORGA EL GOBIERNO PORTEñO EN EL SARMIENTO

Ayer estuvo cerrado para los vecinos por una olimpíada de la UCA. Otra empresa programó un torneo de fútbol. Las quejas.

Por Gustavo Veiga

El espacio público es público hasta que el gobierno porteño decide a quiénes les confiere su uso privado. El Parque Sarmiento se transformó en un ejemplo de esa política donde hay hijos y entenados. Una empresa organiza para octubre un torneo auspiciado por la administración de Mauricio Macri donde deben pagarse 400 pesos de inscripción por equipo y 180 por partido jugado, pero en marzo se cancelaron los entrenamientos de la selección de fútbol gay porque no había vigilancia nocturna. Ahí también se disputó ayer una Olimpíada de la Universidad Católica Argentina (UCA) mientras no se permitía la práctica de deportes a otras personas en todo el predio.

The Futbol Company es una sociedad dedicada a crear y organizar eventos deportivos con el propósito de construir “conexiones duraderas con consumidores, proveedores o empleados” para provocar después “altos niveles de lealtad” a las compañías que la contraten. La Copa Parque Sarmiento, un certamen de fútbol para equipos de nueve jugadores, es una de sus iniciativas y comienza el 8 de octubre. La inscripción para las categorías Sub-20, senior (mayores de 35 años) y libres está abierta, siempre que se paguen 400 pesos de inscripción y 180 por partido disputado. Se jugará en las mejores canchas del parque los sábados y domingos, con una pelota Nike (aclaran en la empresa) y terna arbitral. Los premios son las consabidas copas y medallas, más un juego de camisetas completo.

¿Qué beneficio recibe la ciudad a cambio de la cesión? No se sabe. Sí se conoce que el gobierno porteño auspicia la copa que ideó The Futbol Company, especializada en reuniones de ventas, capacitación, promociones y también en family days.

En el Parque Sarmiento, además de campeonatos de fútbol, también se realizan olimpíadas. La Universidad Católica Argentina (UCA) desarrolló ayer la tercera de sus competencias de este tipo, de la que participaron estudiantes de las distintas facultades de esa casa de estudios privada. La ombudsman adjunta Graciela Muñiz constató que las instalaciones se habían cedido en forma exclusiva. Nadie podía ingresar a realizar actividades deportivas si no era de la UCA. Sólo se podía caminar y contemplar el paisaje.

Según la Subsecretaría de Deportes porteña, que dirige el ex rugbier Francisco Irarrázaval, “alrededor de dos mil estudiantes provenientes de las distintas unidades académicas de Buenos Aires, Mendoza, Paraná, Pergamino y Rosario” se presentaron en diversos deportes.

En ese predio de 70 hectáreas, Boca Juniors disponía del uso exclusivo de seis de las once canchas de fútbol y vestuarios remodelados a nuevo para sus pibes de las divisiones inferiores. Mientras esas instalaciones fueron utilizadas por el club que Macri presidió durante doce años (1995-2007), los fines de semana se cerraban con cadenas y candados para que nadie tuviera acceso a la zona. Pero en marzo pasado, una denuncia terminó con ese convenio de uso precario que se extendía hasta el 2011. Un pedido de informes del legislador socialista Raúl Puy hizo lo demás. A Boca se le fijaba a cambio del beneficio una obligación irrisoria: cortar el pasto de las canchas. Platense, All Boys, Defensores de Belgrano y Excursionistas también practican en el Sarmiento, aunque en condiciones no tan ventajosas como las otorgadas en su momento a la institución xeneize.

El mismo mes en que los chicos de Boca dejaron de ir al parque ubicado en el barrio de Saavedra, curiosamente, la selección nacional de fútbol gay también fue desalojada del lugar. El hecho ocurrió el 19 de marzo, después de que el plantel practicara allí durante algo más de un año por una decisión del gobierno de Jorge Telerman. “Esa noche llegamos como todos los días unos treinta jugadores y otras veinte chicas del seleccionado de lesbianas, pero nos negaron la entrada de manera sorpresiva. Nosotros nos entrenábamos de noche, después de las 20, por razones laborales. Usábamos tres canchas que están al fondo del parque y que no eran tan buenas. El argumento que nos dieron fue que, como no había vigilancia, debíamos abandonar el lugar. Pero antes jamás habíamos tenido algún tipo de problemas”, cuenta Néstor Gammella, el técnico del equipo que salió campeón del mundo el año pasado.

Ahora, los Dogos (por ese apodo se conoce a la selección gay) gestionan otro sitio donde puedan continuar con los entrenamientos. La Secretaría de Deporte de la Nación les facilitó uno de sus predios en Ezeiza, aunque todavía no decidió si podrán ir en horario nocturno. “El subsecretario Irarrázaval no nos encontró una solución y hasta nos dijo que teníamos privilegios. Fue un golpe muy duro para nosotros, porque hasta perdimos jugadores. Hoy no tenemos la misma cantidad de gente”, agrega Gammella.

El Parque Sarmiento pasó de épocas de un deterioro casi irreversible a períodos donde su infraestructura se cuidaba un poco más. Administrado por el Estado o por empresas privadas, su pileta olímpica llegó a ser utilizada para recitales y hasta funcionó un circo en sus instalaciones. Hoy no parece estar amenazado por una concesión mal otorgada (debería votarla la Legislatura) o la falta de presupuesto, pero sí está claro el uso que se le da a ese espacio público y casi gratuito donde la entrada sale un peso los sábados, domingos y feriados.



“Debería ser para escuelas”

Por Gustavo Veiga

La defensora adjunta Graciela Muñiz visitó ayer el Parque Sarmiento mientras se realizaba la Olimpíada Inter-UCA organizada por la Universidad Católica Argentina. Cuando llegó al lugar comprobó que estaba cerrado para todas las demás actividades. “No entiendo el motivo por el cual lo utiliza la UCA y se cancela todo lo demás –dijo a PáginaI12–, cuando el parque debería ser usado por escuelas del barrio, por el Ministerio de Educación para instituciones de bajos recursos o simplemente por los vecinos. No podemos darle al espacio público un uso privado y dejar a los demás sin hacer prácticas deportivas.”

Muñiz definió la decisión como “política”, no sin antes aclarar que “si estas instituciones dejaran algo para la comunidad a cambio de utilizar el predio, yo lo vería bien”. A los visitantes se les permitía el ingreso, pero con la aclaración de que no podrían realizar actividades recreativas o deportivas. Incluso, a un colaborador de la funcionaria le quiso impedir el paso un guardia de seguridad contratado por la Universidad, que se identificó como tal.

Unasur, un bloque puesto de nuevo en acción




Nueva York

Sin Chávez, los presidentes se reunieron en el edificio de la ONU. Conformarán una comisión para investigar la masacre de Pando, de la que formará parte Rodolfo Mattarollo. Néstor Kirchner, casi seguro, primer secretario de Unasur.

La situación de Bolivia tuvo un espacio en Nueva York, donde la Unasur se reunió en el edificio de las Naciones Unidas para avanzar con lo acordado el 15 de septiembre en Santiago de Chile. Los presidentes Cristina Fernández de Kirchner, Michelle Bachelet, Luiz Inácio Lula da Silva, Alvaro Uribe y el principal interesado, Evo Morales, acordaron conformar la comisión que será enviada a investigar la llamada masacre de Pando y que será coordinada por el argentino Rodolfo Mattarollo. Luego del encuentro, Bachelet anunció también el significativo apoyo de la Unión Europea a la democracia en Bolivia y dijo que en la próxima reunión del organismo regional va a resultar electo su secretario ejecutivo, cargo que Néstor Kirchner tiene casi asegurado.

A la reunión faltaron varios presidentes, algunos porque tenían agenda superpuesta y otros porque no estaban en Nueva York, como el venezolano Hugo Chávez, de gira por China.

El encuentro comenzó con Morales explicando cómo evolucionó favorablemente lo que había comenzado como una cuadro sumamente crítico y en eso le asignó un rol decisivo al que jugó la región. “Ahora cuando nos sentamos a dialogar con la oposición me dicen que no quieren desestabilizar la democracia ni atacar mi investidura presidencial, algo que era impensado que dijeran antes de la reunión de Unasur”, dijo el presidente boliviano, luego de un efusivo agradecimiento.

Bachelet, en su carácter de presidenta pro-témpore del organismo, informó que “hemos recibido una carta de apoyo de la Unión Europea a la declaración que realizamos como Unasur en defensa de la democracia en Bolivia”. La respuesta fue un aplauso cerrado de los presentes, que retumbaron en el inmenso salón. Al abrir la sesión, Bachelet, con una cuota de humor, había hecho referencia a las dimensiones del lugar. “Esta es la única sala que encontramos disponible y si es muy grande deberá ser por la importancia que comienza a tener la Unasur.”

Cuando se avanzó en las formas concretas de acción de Unasur en Bolivia, al tratarse la creación de una comisión para investigar la matanza y desapariciones en Pando, todas ellas de partidarios del oficialismo, la presidenta argentina propuso a Mattarollo.

La reunión fue breve y expeditiva. Lula, que estaba acompañado por su canciller, Celso Amorim, y su asesor en temas internacionales, Marco Aurelio García, no pidió la palabra. Sobre Lula, su vínculo con Unasur y en especial su implicancia en el caso Bolivia corrieron muchas versiones, entre ellas que no iba a ir a la cumbre de Chile ni que tampoco estaría hoy en Nueva York. Contra los rumores, asistió a los dos encuentros.

La prontitud con que resolvieron los temas llevó a Bachelet a decir en el cierre del encuentro que “hoy hemos vuelto a ratificar aquí que somos rápidos y eficientes y de esta manera desterramos prejuicios acerca de las relaciones multilaterales”. Algunos bromearon sobre las verdaderos motivos de tanta velocidad: ya había pasado el mediodía y nadie había almorzado.

Uno de los temas pendientes de Unasur es designar a su secretario ejecutivo, puesto vacante desde mayo, cuando renunció el ecuatoriano Rodrigo Borja. Hay dos candidatos: Néstor Kirchner y el boliviano Pablo Solón. Pero Kirchner tiene casi todos los boletos, porque Morales desistiría de impulsar a su compatriota.

Bachelet oficializó la situación y pidió que sea elegido en la próxima cumbre. “El presidente de Ecuador, Rafael Correa, envió una carta proponiendo al ex presidente Néstor Kirchner para ocupar la Secretaría Ejecutiva de Unasur. Les pido a todos los delegados que para nuestro próximo encuentro vengan con una decisión tomada, así podemos elegir ese día al nuevo secretario ejecutivo”, dijo Bachelet en el recinto.

La presidenta de Chile también propuso que sea postergada la próxima reunión del bloque que se iba a realizar en octubre en Viña del Mar, “ya que nos vamos a volver a ver muchos de nosotros en Caracas o en Bahía y entonces podemos realizar la nueva cumbre allí”. En la capital venezolana se hará en noviembre la cumbre de presidentes de América latina y Africa; y en Bahía, está previsto para diciembre el encuentro semestral del Mercosur. Según explicó Bachelet, para entonces –noviembre o diciembre– habrán tenido el tiempo para avanzar en el acuerdo de algunas acciones en conjunto de los países miembros. La moción fue aprobada. También, el pedido de Bachelet de que el resto de los países designe rápido a los integrantes de la comisión investigadora de los crímenes de Pando, que trabajarán junto a Mattarollo, que el martes próximo se reunirá en La Paz con Morales para empezar su trabajo.

Bachelet cerró el encuentro y tras las fotos de uso y costumbre, se despachó con un saludo original: “Hasta la vista, como dijo Schwarzenegger”.

Al salir de la ONU, Cristina Kirchner resaltó que Morales haya elogiado “la efectividad de la declaración, que tuvo lugar en Santiago de Chile, en La Moneda, y el curso de acción que en ese momento establecimos” y resaltó a Mattarollo, “un especialista en materia de derechos humanos reconocido a nivel internacional”.

Por Daniel Miguez

Desde Nueva York

“La noticia es el poder”



Entrevista a los responsables de "Barcelona"

La revista de periodismo político que habla más en serio en Argentina es la que está escrita e ilustrada en joda de punta a punta. En charla con los periodistas que hacen Barcelona aseguraron que sigue siendo un hobby aunque venda 40 mil ejemplares mensuales, negaron que sea una revista de humor y pusieron en duda a los medios serios: "a nosotros leer Clarín nos hace reír mucho".

Para cada vez más personas, y hablamos de miles, la única revista de periodismo político que habla en serio en Argentina es la que está escrita e ilustrada en joda de punta a punta. Al menos habla mucho más en serio, Barcelona , que el arco de enunciación mediática al cual parodia. En un kiosco de diarios atiborrado de simulaciones, un simulacro asumido como tal devela el carácter de montaje arbitrario de lo demás, transparenta la farsa. Esa clara y honesta distinción atrae transeúntes tan sistemáticamente que los kiosqueros exponen Barcelona a la vista, promocionándola.

Nacida hace cinco años, hoy vende casi veinte mil ejemplares por quincena, mostrando la presencia de una consolidada sensibilidad del desengaño, que no significa escéptica. En sus páginas, la verdad dolorosa entra humanizada por la risa. Una risa, ante todo, que no es cínica porque no se presenta sustraída de las penurias que denuncia: es instinto de supervivencia. Precisamente no esquivarle el bulto al dolor —dolor por las miserias nacionales— permite reírse éticamente.

Revista ZOOM conversó con sus directores Pablo Marchetti, Ingrid Beck y Mariano Lucano, y los subeditores Eduardo Blanco y Fernando Sánchez, aunque el diálogo se reproduce aquí sin distinciones individuales, salvo excepciones necesarias, en fidelidad con la forma de trabajar de este “grupo de amigos con mucho de club”.

—¿Tienen la sensación de que la revista pegó rápido?

—No, no nos da esa sensación, vamos a cumplir seis años en abril y todavía no vivimos de esto. Rápido no es. Que nos siga pareciendo milagroso ver de dónde salimos y a dónde llegamos, que nos parezca increíble, no significa que haya crecimiento rápido. Esto sigue siendo un hobby.

—Están trayendo implícitamente el tema de la independencia. ¿Qué valor creen que le da a la revista ser independiente?

—Fue creada de manera independiente porque no conseguimos que nadie la editara. No nos parece una virtud de empresarios ni lo tomamos como bandera. La revista sale del deseo y no podríamos hacerla de otra manera. Si viene una gran empresa y nos quiere comprar y pagarnos por seguir haciéndola como se nos canta, no le vamos a decir que no. De hecho nos pasó con TXT. Nosotros salimos cuatro números mensuales a la calle pero a la primera semana nos llamó Adolfo Castelo ofreciendo salir junto con la TXT. Arreglamos porque pusimos nuestras condiciones. Eso nos permitió ganar algo parecido a un sueldo y montar esta oficina, porque acordamos una plata mensual. Luego, cuando volvimos a salir solos, éramos más conocidos nacionalmente.

—¿Pero no creen que tienen el deseo menos condicionado que la mayoría de los medios en Argentina, por no apoyar en una estructura externa ni en publicidad estatal o empresaria?

— Barcelona no surge de decir “vamos a decir lo que nadie dice” sino de ”vamos a decir lo que queremos decir”. Coincide con que nadie lo dice y por eso nos hicimos un lugar. Y si bien está claro que estamos menos condicionados que los que laburan en Clarín o en Atlántida, esa gente cobra un sueldo por su laburo. Nosotros tenemos otros laburos, no vivimos de la revista. Obviamente, una vez que le tomamos el gusto a hacer nuestro proyecto, tratamos de buscar laburos que nos condicionen lo menos posible.

—Si la motivación no es monetaria, ¿de qué orden es la motivación que los impulsa? ¿Política, de diversión?

—Es todo eso. Es diversión, es política. Cuando nos cagamos de risa no es sólo jajaja y reírnos de cualquier cosa; nos divierte decir determinadas cosas, pero permanentemente nos planteamos qué estamos queriendo decir con esto. Hay diversión, hay deseo, resentimiento, indignación, militancia, catarsis, todo eso.

—¿Y qué es lo que centralmente quieren decir? O sea, decodificando el lenguaje satírico, ¿cuál es la noticia que grita Barcelona?

—Nuestra agenda periodística es la agenda de los diarios. La noticia ideal es la tapa del diario de cada momento, así laburamos nosotros, con alguna modificación, muy menor, a veces casi nula, como la tapa con Altamira: decimos prácticamente lo mismo que dijo Aníbal Fernández.

Pero la noticia, en definitiva, es el poder. Y el afán desmesurado de la gente por el poder, y cómo eso lleva a cagar a la gente sin pensarlo siquiera. Eso es lo central. Tanto en el tratamiento de la agenda periodística de los diarios como, en menor medida, el tratamiento de lo que tomamos por omisión de esa agenda, como por ejemplo el caso Julio López. "Nosotros somos periodistas, no humoristas."

—¿Qué es lo que hace que decir “casi lo mismo” produzca risa?

—No siempre produce risa, a veces produce indignación, escozor, odio, bronca. Nuestra búsqueda no es hacer reír sino decir determinadas cosas. Y a nosotros decirlas nos tiene que provocar efecto, pero de alguna manera es un efecto periodístico, como el de cualquier tapa que busca vender, generar una reacción. Genera un extrañamiento, la risa es colateral.

Lo que hacemos tiene contacto con la caricatura, como un dibujo que exalta algunos rasgos específicos de un rostro, las destaca sobre las demás. Resaltamos con flúo cosas que son muy obvias. Al correr un poco el eje salta el condicionamiento que tenemos todos al acercarnos a un medio periodístico, ese preconcepto de que Barcelona es una revista en joda y Clarín es un diario serio; a nosotros leer Clarín nos hace reír mucho. Y nos parece ridículo que se lo tome como patrón, como canon periodístico. Tratamos de romper ese condicionamiento.

—¿Desde el inicio pensaron la revista con una presencia de imágenes tan fuerte?

—Sí, por un lado están las fotos y las infografías, que tienen una función periodística, refieren a una nota y son informativas. Y por otro lado, la participación de dibujantes que hacen una sección ilustrada o una tira, como Langer, Parés, antes Danny the O, Gustavo Sala. Además creamos la sección Barceloneta, ilustrada cada vez por un dibujante distinto que la lleva para el lado que quiere.

— Barceloneta es la parte más netamente cómica de la revista, ¿no?

—La más lúdica. Es como la parte de ocio de los diarios, de los juegos. La revista de punta a punta es una sátira a los diarios, pero negamos que sea una revista de humor, nosotros somos periodistas, no humoristas.

También es parte de Barceloneta el correo de lectores, que fue ganando presencia con el tiempo. Al principio tenía una página y ahora tres. Y va a ir teniendo más a medida que vayamos teniendo más fiaca.

—Pero es un laburo, ¿o no?

—Es mucho laburo el correo de lectores, pero se lo toma uno solo. Funciona casi como un chat entre los lectores, o como un blog no virtual, se escriben entre ellos, de todo. "Mientras haya Clarín puede haber Barcelona, no importan los gobiernos"

—¿Es verdad lo de la empleada que murió dentro de Clarín?

—Sí, se le desplomó una puerta, o algo así. Eso es verdad y somos el único medio gráfico que publicó algo, después salió en un par de sitios de Internet.

—¿Están al tanto de que mucha gente se informa con Barcelona?

—No sabíamos, pero nos vamos enterando de a poco. No está bien eso, es gente que tiene problemas. Pero bueno, no mucho mayores a los problemas que tiene la gente que se informa con Clarín.

—¿A quiénes respetan en el periodismo?

—(Ingrid Beck): A nivel profesional, a mis compañeros de la revista. Después por supuesto que hay mucha gente que labura en los medios a quienes respeto. Yo laburo con la negra Vernaci y es como que me paguen por aprender radio. Pero no hay ningún medio que me parezca interesante entero.

—(Pablo Marchetti): Hay miles de cosas, no es que pensemos que esta es la única forma de hacer periodismo, es la nuestra, muy vinculada, además, a trabajar juntos, somos un grupo de amigos de hace muchos años. Lo que no veo por ahí es un medio que me llene. En ese sentido me siento privilegiado de trabajar acá. Gente sí, un montón. Por poner un nombre, para mí fue un lujo haber trabajado con Eduardo Aliverti [NdelaR: hicieron en televisión un repaso anual de noticias].

—¿Y en el campo de la política, se sienten representados por alguien?

—(Beck): No me dan ni ganas de pensar.

—(Marchetti): No. Votamos a alguna gente, algunos te hacen sentir más cerca, te puedo decir que me gustan las columnas que escribe Claudio Lozano en Crítica, ahora, que se haya aliado con María América González.... Me parece bien el cine militante de Solanas. Pero no me siento representado por nadie.

—¿Le vino bien a Barcelona aparecer bajo un gobierno “progresista”?

—En verdad salió durante el gobierno de Duhalde. Y además ya la teníamos pensada de antes, con De La Rúa. La revista salió cuando apareció la guita. Pero sí es cierto que no sé cómo hubiese sido durante el menemismo, con una clase política que se reía tanto de sí misma, que cuidaba menos las formas… no quedaba mucho espacio. En cambio esta es una gestión más linda para trabajar. Igualmente, mientras haya Clarín puede haber Barcelona , no importan los gobiernos.

—¿Trabajan con o desde el escepticismo?

—No, no desde el escepticismo. Sí desde la inquina, y también la esperanza. Uno por supuesto es escéptico de determinadas cosas, pero desde el pleno escepticismo no se puede hacer nada. De hecho, antes hablamos de las cosas que nos llevan a hacer esto y entre las mencionadas estuvo la palabra militancia.

—¿Ustedes tuvieron experiencias militantes?

—(Beck): Algunos sí. Yo en el radicalismo, hace mucho, en la primavera alfonsinista.

—(Eduardo Blanco): yo milité tres años en el PI en los ochenta. Me fui cuando se formó el FREJUPO. Gorila, soy gorila.

—(Fernando Sánchez): Yo en el secundario. No me afilié a ningún partido pero formaba parte del centro de estudiantes, marchaba, hacía revistas, todo eso. Entre el ‘83 y el ‘88, época en que siendo joven si no militabas estabas por ahí.

—(Pablo Marchetti): Yo estuve en el peronismo revolucionario, en el montonerismo pos dictadura. En los ochenta, en la época del secundario y un poco después. Mi militancia se terminó con Menem. Venía de la renovación peronista la gente que después formó el grupo de los ocho. Y ganaba Cafiero, ganaba Cafiero y no, no ganó. Yo creo que Barcelona es un poco peronista, de entender esa cultura....

—(Beck): Dejá, lo hablamos después....

—¿Cómo que Barcelona es peronista?

—(Marchetti): En realidad, como decía Perón, peronista es todo. Me refiero al peronismo como parte de la cultura: entender ese fenómeno forma parte de lo que es Barcelona . No se puede hacer una revista así en un país sin peronismo.

Por Agustín Valle - Fuente R. Zoom

La gestión es como tirar margaritas a los chanchos




Por Jorge Luis Devincenzi

Aunque intente ocultarlo, a Mauricio Macri no le faltan problemas de gobernance interna. El día a día ha limitado ese stock de espíritu emprendedor que lo catapultara al Palacio Municipal sin mayores merecimientos que la muñeca de un asesor ecuatoriano.

Desde el vamos, arrancó con un policy-making process sumamente complejo, juntando (porque es un rejunte) a justicialistas que se quedaron en los ‘90, liberales de prosapia, tecnócratas de la universidad Di Tella, empleados de Socma y gente de edad media que simplemente está allí para ganar plata.

Ese notable policy-making process sedujo al votante porteño acaso porque el amarillo es un color PRO, o porque el progresismo venía haciendo agua.

En carrera hacia la Rosada, Mauricio dijo:

—No vamos a poder cumplir la promesa de construir subtes porque el Poder Ejecutivo Nacional no nos da avales—, y todos entendimos que habrá que votarlo a presidente para que se den al fin esas garantías absolutamente pertinentes. Curiosa manera de hacer política, mediante endeudamiento del Estado. Así, cualquier cacatúa sueña.

Los ocho meses de “gestión”, esa entelequia que los neoliberales presentan como un conocimiento iniciático que solo la empresa y sus universidades anexas pueden brindar, muestran poco más que mediocridad, metidas de pata y negocios privados. Sobre el eventual éxito de la gestión neoliberal, está la Argentina desmantelada para dar fe.

Pero la memoria no abunda, falta.

Complicidades

Las feroces peleas internas entre la vicejefa Gabriela Michetti (que construye mediáticamente su imagen de Santa Cecilia con la bendición del Banco Mundial y el Vaticano), el Guasón Rodríguez Larreta y el Guapo Santilli no logran tapar que aquí hay un pacto de gobernabilidad al que no es ajeno Diego Kravetz, jefe del bloque de legisladores del Frente para la Victoria. Todos quieren quedarse con la herencia si el patrón acierta con un pleno, que está muy verde, pero cuentan a favor con un FpV en estado comatoso y un progresismo deslucido y afrancesado.

Mucha promesa electoral como revolución productiva y salariazo sin que el vecino porteño haya logrado ese amistoso empowderment que lo recicle en feliz consumidor de gestión.

Entre todos los macaneos macristas, es patético el caso del señor Mariano Narodowski, ministro de Educación, quien viene construyendo su discurso desde años atrás junto a su ex-mujer, la licenciada en comunicación Silvina Gvirtz, empleada de la Fundación Noble.

Es el viejo truco de un discurso para la gilada.

Mientras Mariano incrementa la financiación para la educación privada (considerada oficialmente como un proxy) y recorta becas y subsidios para cooperadoras del sector público (considerado oficialmente como un quasi market), avanza en la reingeniería necesaria para convertir el sistema en algo que se parezca a las acreditadas grant maintained schools.

Todo administrado por sospechosas fundaciones privadas.

Para que se entienda: proxy es, por ejemplo, una empresa ligada a Macri que consigue un contrato de largo plazo con el gobierno de la ciudad. Por caso, el alquiler de automóviles oficiales, o la administración contable de las escuelas públicas, o el negocio de los adoquines.

Tal enchastro de negocios privados y política pública llamada gestión alumbró en Educación un nuevo proxy amigable con los cortes de ruta de los campesinos enriquecidos. Trisoja en el comedor

Ese proxy es la Compañía Latinoamericana de Alimentos SA, propietaria de la marca registrada “Trisoja”: maíz, soja y trigo. Con sede en Lobos, ha logrado hacer pasar por alimento humano un forraje para cerdos que ya ha sido adquirido por Serbia y Montenegro para consumo en hospitales, cuarteles y cárceles.

Varias páginas de Internet dedicadas a las dietas alternativas, a la literatura de Paulo Coelho y al buen vivir en el country, sponsoreadas por la Compañía Latinoamericana de Alimentos, alaban la marca “Trisoja”® como el nuevo comestible del futuro, superior incluso a las salchichas, el dogui y los big-mac.

La directora de Comedores Escolares del gobierno de la ciudad aventuró una opinión científica sobre la “Trisoja”®:

–¡Es riquísimaaaaa…!

El objetivo empresario de la Compañía Latinoamericana de Alimentos SA es el gran mercado chino, pero ellos no son tontos: le tiran la “Trisoja”® a los chanchos. Aquí no, aquí preferimos la soja para que Biolcatti y Miguens puedan exportar toda la carne.

Desde que el Lole ingresó a la política, lo porcino está presente en la clase dirigente argentina: recorriendo todos los medios, Omar Chabán, tras repetir que se siente como un vegetal (bastante activo para malvón), opinó que “cuando promovía el rock chabón estaba tirando margaritas a los chanchos”.

Con el eufemismo de “cazuela mixta”, la “Trisoja”® ha reemplazado a la carne en la dieta de todos los comedores escolares de la ciudad de Buenos Aires. Y aumentó de $5,60 a $7,20 el costo unitario de cada ración de catering para que ese proxy haga cash.

El que reparte, comparte.

La “cazuela mixta” tiene un alto grado de accountability para el molino que la fabrica, pero cierta responsiveness estatal hacia los padres de los alumnos perjudicados, quienes no fueron consultados en esa degradación de la school choice.

No es ese el único síntoma de revolución productiva y salariazo. Amonestaciones en el aula

En uno de sus infrecuentes textos sin jerga school trade, y citando recurrentemente a Milton Fridman, Narodowski escribió en 1999 (“Hiperregulación en escuelas públicas”) respecto de las amonestaciones que se evidenciaba la ineficacia de esta herramienta pedagógica para controlar o al menos contener el conflicto en las escuelas. Nueve años mas tarde reimpone las amonestaciones para controlar o al menos contener el conflicto en las escuelas.

Es incomprensible.

La “Trisoja”® contiene suficientes isoflavonas y estrógenos como para situar a sus consumidores en las nuevas orientaciones de género del siglo XXI, pero también los deja mansitos mansitos, con lo que la amenaza de las amonestaciones se convierte en una cuestión abstracta. Solo falta que el ex-ingeniero Blumberg proponga agregar un ansiolítico a la ración para controlar o al menos contener la violencia escolar.

El alto tenor de fibras presentes en la “Trisoja”® también augura serios problemas para Aysa.

La saludable reacción estudiantil ante el tema de las becas muestra, sin embargo, que nuevamente están tirando margaritas a los chanchos.

Mariano, Mariano, la Argentina es una máquina de fabricar chantas con título.

Fuente: Revista Zoom

Operación Ceferino



Por Juan Salinas

El cadáver de Rucci, ariete de un nuevo intento de reflotar la “teoría de los dos demonios” y torpedear la política de Derechos Humanos del Gobierno so pretexto de la aparición de un libro muy oportuno.

El asesinato de José Ignacio Rucci es una mancha negra indeleble en la breve historia de la organización Montoneros, que —a pesar de su inapelable derrota— en otros aspectos fue fulgurante, como en la abnegación de la mayor parte de sus militantes, que dejaron la vida en un intento que originariamente persiguió instaurar un régimen de gobierno de las mayorías con el objetivo de que reinara la justicia social y la noble igualdad.

También fue una estupidez. Y en menor proporción —pero para nada desdeñable— posiblemente también un intento exitoso de los sectores más estalinistas de la poderosa "orga" recién conformada por la absorción por parte de los Montoneros originales de los Descamisados y parte de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), con unas Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), originalmente concebidas como columna de retaguardia de la guerrilla boliviana al mando del Che.

Porque el asesinato de Rucci constituyó una especie de golpe interno que clausuró el acalorado debate que estaba teniendo lugar de modo tumultuoso e inorgánico (esto es, sin respetar los alambicados canales de un sistema celular establecido en las épocas de propaganda armada contra la dictadura militar que gobernó el país entre 1966 y 1973) desde las bases hasta la conducción nacional, llamada “Carolina Natalia" en la jerga montonera.

Ese debate giraba en torno a cómo relacionarse con un Viejo (Perón) después de que éste hubiera descargado imprevistamente (en el sentido literal, pues Montoneros no lo había previsto en absoluto, acaso por una imposibilidad emocional de hacerlo) la entera responsabilidad de los gravísimos incidentes de Ezeiza (de los que, aún con matices, todos los que políticamente nos considerábamos montoneros coincidíamos en sentirnos víctimas) en la espalda de la antaño “juventud maravillosa” y, elípticamente, en la de la conducción de la orga. Y es que Ezeiza fue una emboscada preparada por la ultraderecha para impedir de una vez y para siempre cualquier posibilidad de acuerdo entre el anciano líder y las huestes juveniles, socialistas y folclórico-rockeras de su movimiento, a las que un Perón descontrolado había calificado de “infiltrados”.

A consecuencia de aquel ataque artero, y tras una investigación sumaria, Montoneros consiguió identificar a una serie de pistoleros de la CNU (Concentración Nacionalista Universitaria), de la JSP (Juventud Sindical Peronista) y el Comando de Organización (C.de O.). Y seguidamente a sus instigadores y jefes en el terreno. No cabía duda de que el principal instigador había sido el superministro José López Rega, ni que su brazo ejecutor había sido el presidente de la comisión encargada de recibir a Perón en su segundo y definitivo retorno a la Patria, el teniente coronel Jorge Osinde. La ex comunista Norma Kennedy había sido la Juana de Arco de la entente, alentando a los machos de la manada a atacar despiadadamente a los "rojos". Los del C. de O. del camisa parda Alberto Brito Lima habían matado y torturado compañeros en la Escuelita que previamente habían tomado. Y muchos de los de la CNU y la JSP que habían disparado con armas largas contra la multitud eran amigotes públicos de Rucci.

A todo esto, Rucci era una de las cien personalidades que acompañaban a Perón en su regreso al país en un avión despachado en Roma por la Logia Propaganda Dos, por lo que no estaba ni podía estar directamente implicado en la balacera.

En su best-seller Operación Traviata, el autor Ceferino Reato, no encuentra pruebas de que los custodios de Rucci hayan participado en esos tiroteos, participación en la que los Montoneros creían a rajatabla. Y es que aunque Rucci no era "el enano fascista" que una década más tarde habría de patentar Raúl Alfonsín, no cabían dudas de que el secretario general de la CGT, apodado por sus allegados "el Petiso”, era fascistoide sino fascista, y vino a confirmarlo su velorio, con escuadristas que saludaban el féretro con el brazo derecho en alto.

Lo cierto es que fuera por carecer de suficiente poder propio dentro del movimiento obrero (e incluso dentro de su gremio, el metalúrgico), por una concepción casi canina de la lealtad, o por ambas cosas, Rucci le era fiel a Perón. Por lo que, junto al ministro de Economía, José Ber Gelbard, se había convertido en una de las tres patas del Pacto Social propuesto por el líder para capear la ofensiva imperialista que acababa de clausurar a sangre y fuego el ensayo de socialismo democrático del presidente Salvador Allende y la Unidad Popular chilena.

No era sólo que Rucci era una pieza insustituible de la estrategia elaborada por Perón, sino que también que era absurdo ponerse a matar a los pequeños, medianos o grandes déspotas fascistoides que había y hay en la Argentina. Como bien describió Andrés Calamaro en su “El vigilante medio argentino” y parafraseando al vate Francesc Pi de la Serra (Si els fills de puta volassin no veuriem mai el sol), si los autoritarios vocacionales de la Argentina se pusieran a volar al unísono, nos dejarían en penumbras. Y, por cierto, tampoco cabía proclamar inocencia: hasta un niño de teta podía darse cuenta de que en Rucci era mucho más importante su calidad de instrumento de Perón que su apolillada ideología de camisa nera sudaca.

En fin, que aunque Carolina Natalia había emitido una especie de "fatúa" contra quienes consideraba habían sido los cabecillas de la encerrona de Ezeiza, y se intentaron ataques contra otros condenados de la lista, el único que fue rápidamente ubicado fue Rucci, lejos, el más importante de los cinco desde el punto de vista de Perón y su pacto Social, piedra angular de su política. Justo, justo, el único que no había tenido una participación directa en los hechos de Ezeiza. Y es que parece haber sido ubicado antes de lo de Ezeiza por un grupo proveniente de las FAR que solía parar en una Unidad Básica del barrio de Flores ubicada a unas cuadras de la casa en la que desde poco antes vivía Rucci con su familia.

Luego de Ezeiza, los Montoneros se habían reunido con Lorenzo Miguel, el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) a la que pertenecía Rucci, buscando aquietar las aguas. En el último tramo de la reunión —organizada por el secretario general del Movimiento Peronista, Juan Manuel Abal Medina— participó el nº 2 de Montoneros, Roberto Cirilo Perdía. En aquella reunión, Miguel aseguró que, tal como los Montoneros juraban haber hecho, los de la UOM había llevado a Ezeiza alguna gente con palos y cadenas y algunas armas cortas "como para ir a un asado entre compañeros", en prevención a que se armara una de las frecuentes grescas que solían armarse desde la victoriosa campaña electoral que había aupado a Héctor Cámpora a la presidencia, una campaña en la que los sindicatos habían tenido una participación muy menor respecto a las entusiastas huestes de la Juventud Peronista ligada a Montoneros.

Tomando como un hecho que la patota de Rucci estaba involucrada en el ataque a balazos contra las columnas filomontoneras, Lorenzo Miguel dijo entonces que Rucci le resultaba “incontrolable”. Perdía incluso dijo recordar que “El Tordo” habría dicho que “Alguién se volvió loco. Este petiso se cree Napoleón. Yo creo que está loco”. Abal Medina cree posible incluso que los montoneros hayan interpretado expresiones de este tenor como una tácita luz verde al “ajusticiamiento” de Rucci. O, en cualquier caso, que sus protestas serían módicas y asordinadas.

En cualquier caso, a los contemporáneos no se nos escapa que el asesinato de Rucci fue un crímen de matriz mafiosa, claramente inspirado en la escena de El Padrino en la que los Corleone decapitan a un crack pura sangre, Jartum, y ponen su cabeza sangrante dentro de la inmensa cama de su dueño, Jack Woltz, un magnate de Hollywood al que querían obligar a negociar. La gran película de inicio de la saga hecha por Francis Ford Cóppola sobre la novela-río de Mario Puzo se había estrenado poco antes y había fascinado a los Montoneros, que buscaban cómo volver a ser tenidos en cuenta por un Perón que había tomado partido por quienes hacía apenas tres meses los habían baleado en Ezeiza.

A diferencia del pequeño partido de la Izquierda Nacional de Jorge Abelardo Ramos (que con gran sentido de oportunidad cosechó cerca de un millón de votos por llevar en sus boletas la misma fórmula Perón-Perón que llevaban las del PJ, pero haciendo explícitos sus reclamos de que El Pocho gobernara prescindiendo de López Rega y "burócratas sindicales" como Rucci), los Montoneros fueron incapaces de darse una política diferenciada pero no automáticamente confrontativa con la de un Perón que transitaba las primeras horas de su tercer gobierno, tras haber sido plesbicitado con casi un 62 por ciento de los votos emitidos.

A pesar de que su consumación implicó vulnerar la lógica más elemental, estudiándolo desde la actualidad, el asesinato de Rucci llama profundamente la atención por su pesada apariencia de tragedia ineluctable. Vale recordar que en aquella época no había faxes, ni teléfonos celulares, ni correo electrónico, y que los Montoneros no sesionaban en teatros ni en estadios, por lo que sus comunicaciones internas eran lentas y laboriosas. Pero aun así, y a pesar de que miembros de la conducción nacional argumentarían mucho después que quienes mataron a Rucci no se comunicaron previamente con ellos para ratificar la orden genérica dada inmediatamente después de los hechos de Ezeiza, es difícil creer que los sobrevivientes Firmenich, Perdía y Vaca Narvaja hayan sido sorprendidos por la balacera desatada en la calle Avellaneda.

Recuerdo aquel aciago día. Estaba con Ricardo Stockdale, El Mamut, y ambos palidecimos. Éramos las caras visibles de la Jotapé en ese barrio céntrico, correspondiente a la circunscripción electoral nº 13, y al mismo tiempo integrábamos la misma Unidad Básica Revolucionaria (UBR) de Montoneros.

Lo más parecido a una sede de la orga era el local de la Regional I de la JP, en la calle Chile al 1400, a una cuadra de nuestra Unidad Básica "La Patria Grande", de México y San José. Fui para allí de inmediato. Grande fue mi sorpresa al ver que no había nadie más allá de los caseros, Benghi (o Benyi, hoy el decano de los movileros porteños) y Manzanita, ambos amigos de (Juan Carlos Dante) El Canca Gullo, quien había reemplazado a Rodolfo Galimberti como jefe de la JP porteña y bonaerense. Enseguida llegó un equipo de la TV holandesa, que estaba filmando en Buenos Aires no sé qué otra cosa. Merodeaban con las cámaras-cajones de entonces si que nadie atinara a decirles nada. Me encontré con Isaac Drykas, un pibe del Nacional Buenos Aires con quién éramos antiguos compañeros del Movimiento de Acción Secundario (MAS), tan viejo como los propios Montoneros. Fuimos al bar de la esquina, donde nos sirvió un café un mozo castellano cuyo nombre olvidé pero cuyo mayor orgullo, recuerdo, era haber combatido a Franco en las filas del ejército republicano. Ahí mismo, Isaac –al que llamábamos “El Pato Fellini”, el mismo a quien Martín Caparrós le dedicó su No velas a los muertos) garrapateamos un comunicado en el que le atribuimos el asesinato en forma directa o indirecta a la misma CIA que dos semanas atrás había protagonizado el golpe de Estado en Chile.

Regresamos al local y se lo dimos a los periodistas holandeses. Un rato después apareció Gullo. Que nos sorprendió al preguntarnos si no habíamos considerado la posibilidad de que Rucci hubiera sido muerto por "fuerzas propias". Nos le fuimos al humo. Le preguntamos ¿Por qué? Nos dijo que no tenía la menor idea, pero que le habían informado que habíamos sido “nosotros”.

Recordé la anécdota ante centenares de ex montoneros (o, cuando menos, miembros de “la gloriosa jotapé” de los ’70) hace una década, al presentarse en un galpón de la vieja Feria del Libro simultáneamente Los del 73, de Jorge Lewinger y Gonzalo Chávez, la segunda edición, corregida y ampliada de Montoneros, final de cuentas, de Juan Gasparini, y un libro de Eduardo Blaustein (¿Cruz diablo?).

El libro de Gasparini revelaba quiénes y por qué habían matado a Rucci. Luis Vásquez se preguntó en voz alta si no había sido la CIA. Y entonces yo narré cómo me había enterado de que lo habían (¿habíamos?) matado los montoneros ese mismo día.

Varios compañeros (entre ellos, un metalúrgico que cada año asiste al acto de homenaje a Rucci) me dijeron que no les constaba que fuera así. Gullo, alarmado, me hizo repetir que él no había estado de acuerdo con el amasijo. A los primeros, les dije que había pasado un cuarto de siglo y que me parecía increíble que nadie se hiciera cargo del asesinato de Rucci. “Muchachos, se les está borrando el disco rígido”, bromeé.

Ahora, una década después, luego de la publicación de una bastante exhaustiva biografía de Rucci por parte de Luis Beraza, aparece el libro de Ceferino Reato y se convierte en un boom, en parte por méritos propios, en parte por aquél estentóreo silencio, y en parte también porque el peronismo antikirchnerista y la derecha en general (y ahí está la promoción del libro de Reato por parte de Joaquín Morales Solá, quien también parece haberle abierto las puertas de la Embajada de los Estados Unidos y sus documentos clasificados) buscan con ahínco cómo atacar la política de Derechos Humanos del gobierno nacional. Acaso lo más emblemático e internacionalmente llamativo de su gestión. Acaso su misma piedra basal.

Es bueno que se lean libros que, como Operación Traviata revisitan un pasado oscuro y negado, buscando explícitamente diferenciarse de obras que ya son parte del canon, como el Ezeiza de Horacio Verbitsky. Es bueno que, por fin, haya una nueva polémica sobre aquellos años cruciales, los ’70, sobre todo los primeros ’70, sobre la legitimidad y/o corrección de la lucha armada después de 15 años de negación de la posibilidad de elegir autoridades democráticamente por la sola razón de que era obvio que las mayorías querían el regreso de Perón a la patria y al poder.

Es bueno que haya miradas críticas sobre una época que desde el Estado estaban organizándose la(s) Triple(s) A(es), y donde el humor imperante era tan vitriólico como para bautizar posfacto la muerte de Rucci como Operación Traviata por la publicidad televisiva de la galletita homónima que inquiría “¿Contó los 23 agujeritos?”. O para recibir a quien reemplazó a Rucci al frente de la CGT, el textil Adelino Romero, con el festivo cántico de Tomese una copa/ una copa de vino/ Rucci la tomó/ Rucci la tomó/ y ahora le toca a Adelino (que, por cierto, burló el pronóstico al fallecer poco después de un infarto, si mal no recuerdo el mismo día que Perón).

En tal sentido, no sólo son recomendables las lecturas de los libros de Beraza y Reato sino también de la polémica desatada en el blog Ramble tamble del publicista y encuestador Artemio López. Lo que no es bueno es que la derecha más cerril pretenda aprovechar la ocasión para tratar de equilibrar con Rucci y otras decenas de muertos por la guerrilla, a los casi mil muertos y desaparecidos del Terrorismo de Estado durante los gobiernos constitucionales y peronistas previos al 24 de marzo de 1976, y los muchos miles de después.

No se trata de un aspecto cuantitativo, ni de destacar que, se hagan como se hagan los cálculos, los muertos de uno y otro bando se encuentran en una proporción mucho mayor al 10 a 1. Es un asunto cualitativo y no debería ser difícil explicar e incluso entender hasta a cabezaduras como Hugo Moyano que no es posible equiparar chanchos con limones y que los crímenes de lesa humanidad son únicamente aquellos perpetrados por agentes estatales (o, a lo sumo, por los de un proto-estado, como una guerrilla que ejerce el control de un trozo del territorio de una nación) y nunca jamás los cometidos por un grupo de particulares, lo que fue explicado minuciosamente en Miradas al Sur por Rodolfo Mattarollo, ex subsecretario de Derechos Humanos de la Nación.

La derecha necesita criminalizar algo, de manera de juzgar simbólicamente a alguien, y no teniendo nada mejor en vista arremete en su absurdo intento de juzgar a quienes dispararon contra Rucci, quienes, que se sepa, fueron secuestrados, torturados y asesinados por la dictadura militar, con la excepción de su jefe, el cordobés Juan Julio Roque, un pedagogo, director de escuela y ex sindicalista de CTERA que se suicidó con una granada el 29 de mayo de 1977 después de resistir a balazos parapetado en un pequeño departamento de Haedo, por espacio de siete horas y hasta que se quedó sin municiones, a la patota de la ESMA que pretendía “chuparlo”. A quien le interese la vida y el misterio de Roqué, apodado “Lino” y también “Iván”, se les puede recomendar que vean el documental de 55 minutos que le dedicó su hija María Inés, Papá Iván (2000), que pueden bajar de Internet cliqueando acá.

La próxima semana nos referiremos a la conjura de pretendidos defensores de los derechos humanos que buscan equiparar los crímenes de Estado con los cometidos por lo que denominan elípticamente como “ONG’s”.

Por suerte, tras alguna vacilación, el autor de Operación Traviata fue muy claro al rechazar la Teoría de los dos demonios y la equiparación del asesinato de Rucci con los crímenes cometidos desde el Estado. “Son dos violencias totalmente distintas. La violencia de Estado, el Terrorismo de Estado de la dictadura es atroz. No hay dos demonios para mi. Aquel es un demonio muy grande (…) Después de los juicios a los militares, de los de Alfonsín y de los actuales, todos sabemos que eso no tiene parangón”, le explicó a su entrevistador, Gerardo Rozín.

Pero, a pesar de ello, y de la buena doctrina de la Corte Suprema de la Nación, habrá que permanecer muy atentos a las maniobras que insisten en proclamar la necesidad de una supuesta “memoria completa” con métodos más afables que las represalias y degüellos prometidos (y en el caso de Julio López, posiblemente ejecutados) por el comisario Etchecolatz y Cecilia Pando.

Quien crea que exageramos, que lea esta reciente editorial de La Nación que expone la posición de la derecha más rancia: equiparar la violencia de la dictadura con la de la guerrilla. En eso mismo les gustaría poder estar abiertamente el antiguo bussista Morales Solá y acaso le gustaría andar en eso también a monseñor Jorge Bergoglio, pero saben que no se puede ser tan frontal sino utilizar la estrategia de la aproximación indirecta.

Ceferino Reato se llama así en honor al adolescente Namuncurá, reciente beato. Hijo de un cacique mapuche vencido por las tropas de Roca y nieto de Juan Cafulcurá, que venció a Bartolomé Mitre en Sierra Chica y San Jacinto y peleó junto a Rosas en la batalla de Caseros, Ceferino (nombre que le pusieron los salesianos, que buscaron protegerlo de los militares) fue, a decir de su biógrafo católico, Manuel Gálvez, “un oscuro indiecito que pasó ignorado por este mundo y que nada hizo de importante” hasta el punto de haber muerto virgen. Gálvez reivindicó así la invención del mito.

Lo recordó el mismo Horacio Verbistky de quien Reato gusta imaginarse challenger, berretín con el que aquel abordaje parece tener no poco que ver, y que en principio parece tan insensato como el de de Cleto por empardar a Néstor.

“La Iglesia argentina no suscribiría hoy las despectivas palabras de Gálvez”, señaló Verbitsky. “Por el contrario, intenta reescribir la historia de Ceferino en los términos de una pastoral popular políticamente correcta”, razón por la cual al ser (Namuncurá) beatificado hace casi dos años, los obispos activos y jubilados de la región Patagonia y del Comahue destacaron “su carácter de ícono de una raza sojuzgada y símbolo ‘del amor y del perdón’”. Y el Episcopado agregó que “Ceferino transmitía un mensaje de reconciliación, palabra en código por impunidad”.

¿Es Reato, como muchos sospechan, un luchador por la impunidad apenas camuflado? De lo que no cabe duda es de que tiene buen olfato y capacidad para aprovechar los vientos deslegitimadores, así como los estruendosos baches de silencio del peronismo respecto a su pasado. Luego de integrar las filas de la llamada renovación peronista en general, y las huestes de los seguidores de Carlos Grosso en particular, cuando éste fue eyectado por Carlos Menem y Franco Macri de la intendencia porteña, Reato se puso a escribir su primer libro, El gran botín, subtitulado “El negocio de gobernar la capital”. Más sardónicos que socarrones sus antiguos compañeros, cultores de la omertá, lo rebautizaron El gran botón.

Lo cierto es que, a pesar de sus muchas negativas a darle pábulo a un enésimo intento de reflotar una teoria de los dos demonios tan muerta como Rucci, a Reato algunas veces se le escapa la tortuga. Como cuando dice con cara de inocencia que los reclamos de la derecha son “bastante adecuados” porque “la gente hace bien en tratar de pedir que haya una revisión un poco más completa”, como si “memoria completa” fuese una consigna de Bombita Rodríguez o de Chiche Gelblung y no el reclamo de impunidad de los horrendos forofos de la dictadura exterminadora.

Edgardo Depetri - Comunicado

Reunión con Macri
Cobos es uno de los operadores de la derecha política -
"Julio Cleto Cobos ha decidido convertirse en operador político de la derecha junto a Eduardo Duhalde", dijo Edgardo Depetri al referirse a las actitudes de Cobos, a las que calificó de "oportunistas, porque piensa más en salidas personales para posicionarse electoralmente que en el mandato que le dio el pueblo en las urnas".

El diputado nacional y dirigente de la CTA dijo que el espacio que Cobos pretende articular "tiene como candidato a Mauricio Macri" y aseguró que "el cargo de vicepresidente de la Nación pasó a ser puramente formal. Dejó de representar el proyecto del Frente para la Victoria y decidió ser él quien sirva el café para el ansiado encuentro de la derecha política y económica
".

Con Macri, Cobos tuvo la foto que le faltaba





Con la Presidenta de viaje, Cobos concedió en tiempo record ayer una audiencia a Macri. El jefe de Gobierno le llevó los reclamos que tiene contra la Casa Rosada. En el kirchnerismo acusaron a Cobos de “conspirar”.

La reunión duró apenas 15 minutos, aunque les alcanzó para sacarse la foto que buscaban y enfurecer al kirchnerismo. El vicepresidente en ejercicio de la presidencia, Julio César Cleto Cobos, recibió en su despacho del Senado a Mauricio Macri y su vice Gabriela Michetti para prestarles oídos a los reclamos del jefe de Gobierno porteño a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La reacción no se hizo esperar. “La conducta de Cobos es conspirativa y provocativa”, soltó el jefe de los senadores K, Miguel Pichetto, no bien supo del promovido encuentro. Pero Cobos redobló la apuesta: hizo propios los reclamos de Macri en una carta pública al jefe de Gabinete y le respondió a Pichetto dedicándole el último párrafo del texto: “conspirativo es pedir, día a día, la renuncia de quien goza la legalidad y legitimidad en su mandato popular”.

Esta vez Cobos tuvo como socio a Macri para volver a posicionarse en la vereda de enfrente del Gobierno. El porteño tuvo la iniciativa. Aprovechó la ausencia de CFK y le pidió al vicepresidente en ejercicio de la presidencia una audiencia para llevarle los reclamos que tiene para hacerle al Gobierno. El mendocino aceptó el convite: con una celeridad digna de mejores causas, concedió un encuentro para esa misma tarde en el Senado.

Conscientes de la repercusión política del encuentro, Cobos y Macri posaron para los fotógrafos pero esquivaron a los periodistas y nombraron a Michetti como vocera de la reunión. “Vinimos a plantear las trabas que nos pone la Secretaría de Hacienda del gobierno nacional para acceder a un financiamiento externo para obras en la ciudad”, dijo Michetti en el Salón Arturo Illia del Senado. Sin embargo, la vicejefa porteña no pudo arriesgar pronóstico sobre el éxito de la gestión que le pidieron al vicepresidente y que el macrismo se negó a llevarle a Sergio Massa.

Michetti justificó el encuentro con Cobos en “el malhumor” que todo el gabinete porteño expresó contra el Ejecutivo nacional en la reunión que realizan todos los lunes. Luego cargó contra las críticas de la Presidenta a la gestión de Macri, a pesar de que “el 85 por ciento de los vecinos piden que gestionemos juntos”, de acuerdo con la encuesta que el gobierno porteño realiza todos los meses para saber cómo posicionarse frente al kirchnerismo. Michetti se mostró algo incómoda frente a la insistencia de los periodistas sobre los motivos del encuentro con Cobos y repitió una y otra vez que no existía “ninguna especulación política”.

Cobos hizo lo suyo. Reclamó a Massa que la Secretaría de Hacienda rubrique la colocación de 500 millones de dólares en bonos de la ciudad para “financiar obras públicas”. Cerca del vicepresidente reconocieron lo “arriesgado” de la jugada, aunque aseguraron que a Cobos “ya le interesa poco” lo que opinen de él en el Gobierno. “Hay gente del propio peronismo, como (Mario) Das Neves, que dicen cosas peores y nadie le dice nada. Pero si lo dice Cobos es un conspirador”, se justificaron.

La referencia era para las frases que le dedicó Pichetto en el Senado. “La conducta del vicepresidente Julio Cobos es grave, conspirativa, y el acto de recibir a Mauricio Macri en ausencia de la presidenta Cristina Fernández es claramente una provocación y una verdadera deslealtad”, señaló Pichetto. “¿Cómo se mantiene esta situación tres años y medio más?”, se preguntó el senador rionegrino y exigió una definición de Cobos: “O está con el Gobierno o disputa el liderazgo de la oposición”. Y soltó su opinión: “Si no acompaña al Gobierno indudablemente tiene que irse”.

“El vicepresidente, con su actitud contraria a las definiciones políticas del gobierno nacional, afecta negativamente a la institucionalidad”, insistió Pichetto, que también cargó contra Macri: “Acusar al gobierno nacional de haber cortado el diálogo con el gobierno porteño es de un oportunismo absoluto y miserable”.

No fue el único oficialista que desde el Congreso le apuntó al vice. El diputado kirchnerista Edgardo Depetri sostuvo que “Cobos ha decidido convertirse en operador político de la derecha junto a Eduardo Duhalde”.

Desde el propio cobismo admitieron que no conocían de antemano el dato del encuentro con Macri y hasta discreparon con la decisión que había tomado el vicepresidente. Cobos decidió que para una sola jornada era suficiente y desechó otra aparición pública más distendida: la entrega de los premios Podestá que la Asociación Argentina de Actores realizó en el Senado y en cuyo programa estaba prevista “la palabra del vicepresidente de la Nación”.

Por Miguel Jorquera

Alicia Kirchner



Reportaje - Por Martín Piqué
“La política social no es sólo asistencia”

Después de varios años sin dar entrevistas relacionadas con su gestión, la funcionaria habló con PáginaI12. Destacó la importancia de promover la economía social. Ante el reclamo de aumento de los montos de los planes, dice que lo están estudiando.

La ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, tiene la voz finita y no levanta la voz para hacerse oír. Entonces hay que hacer un esfuerzo para seguir sus argumentaciones sobre los resultados alcanzados, sobre lo que falta, sobre la dinámica –y no por eso menos inquietante– realidad social del país. En su discurso hay espacio para la valoración de los aspectos centrales de su gestión (“territorialidad y política de derechos”, los define), también hay lugar para el debate con quienes impulsan la inmediata universalización de los planes sociales.

Aclara que “no está en contra” del proyecto, pero que primero hay que realizar otras políticas que lo hagan factible. Su planteo es que la asistencia es imprescindible pero que lo central, una vez que lo inmediato está cubierto, debe ser la organización comunitaria.

“Yo no niego la asistencia, porque sería dar un salto en el vacío como decía (Norberto) Alayón. Pero cuando se perpetúa la asistencia aparece el asistencialismo y el clientelismo”, argumenta en la entrevista con PáginaI12.

La mención a la voz finita de la cuñada de la Presidenta y hermana de Néstor Kirchner no es un dato irrelevante. Desde 2003 a esta fecha son pocos los periodistas que la escucharon responder preguntas, que pudieron hacerle una entrevista y conversar sobre la política social. La ministra reconoce esa poca disposición a aparecer en los medios. Defiende su decisión de vedar a las cámaras el registro de la ayuda directa (“La pobreza ya es discriminatoria. Y cuando alguien tiene que recurrir a una cama y un colchón, que encima le saquen una foto... Me parece bastante poco grato”) pero al mismo tiempo no descarta equivocaciones en la comunicación. “Hay muchos que no saben lo que estamos haciendo ni cómo estamos trabajando.” Ese aspecto, particularmente, le ha valido algunas críticas a su ministerio desde espacios afines, como Carta Abierta. “Por ahí tenemos cosas que corregir. Pero siento que la gente ha tomado el proyecto y ha incorporado las políticas sociales de esta manera.”

Durante la entrevista aparecen inevitablemente dos temas delicados. Si debe aumentarse el monto de los planes sociales (la política de Alicia Kirchner está basada en tres programas: el Familias, el Manos a la Obra y la Seguridad Alimentaria) por efecto de la suba de precios, y el debate sobre la asignación universal por hijo. Sobre el primer punto, la ministra dice que se “ha incrementado” el monto destinado al Plan de Seguridad Alimentaria y desliza que se está evaluando otros cambios. “Estamos estudiando algunas cosas pero cuando buscan resolver el tema de la pobreza sólo por el ingreso, yo digo que tengo mis reservas”, dice. A la polémica sobre la universalización de los planes sociales la afronta con más tiempo, se explaya en sus argumentos citando cifras. Dice que entre el Plan Familias (cuyo monto es 300 pesos) y las pensiones a las madres de más de siete hijos (que rondan entre 590 y 690 pesos), el Estado está cubriendo el ingreso de 1.400.000 familias con un promedio de cuatro hijos.

–Usted dice que el empleo es el mejor organizador social. Esa confianza en la generación de empleo desde el sector privado, ¿no es una nueva versión de la teoría del derrame?

Nada que ver. El derrame era algo que querían hacerlo visualizar como mágico pero acá está comprometida la persona, las organizaciones, los gobiernos, buscando entre todos una puesta en común de organización del empleo. Con la economía social hemos creado el monotributo social. Eso le permite a la persona inscribirse como monotributista y le permite acceder a la obra social con su familia, que es la mejor manera para empezar a estar incluido. La economía social no mueve la aguja de la economía, pero crea toda una organización social, una organización comunitaria, una organización de la familia. Eso no tiene nada que ver con el derrame. Porque crea vínculos en el tejido social.

–A la economía social se la asocia generalmente con los emprendimientos de pocos recursos. ¿No es un prejuicio pensar que es una economía para pobres?

No, no. En estas tres décadas quedó mucha gente a la vera del camino. Sin haceres y sin saberes. La economía social lo que busca es instalar capacidades y después incluye. La economía debe ser social. En realidad toda la economía debe ser social. Pero no hablamos de una economía para pobres porque lo que pretendemos precisamente es que la gente se incluya. Le damos el monotributo social como le decía recién. ¿Cuál es el plan para estos tipos de proyectos? Primero tenemos que ver la sustentabilidad. La sustentabilidad está en la capacidad o en la capacitación de cada uno. Pero a la vez en la sustentabilidad del proyecto en la región. Si es una región que tiene que ver con el trigo, los proyectos de la economía social hay que asociarlos al trigo y algunos de servicios siempre va a haber. Recién a partir de ahora se empiezan a ver los resultados después del trabajo que estuvimos haciendo. Ahora la gente ha comprendido, ha internalizado nuestra manera de entender la política social, intendentes, también algunos gobernadores, que entienden que la política social no pasa sólo por la asistencia.

–¿Esa es una autocrítica sobre la falta de comunicación de las políticas del ministerio?

Por ahí tenemos cosas que corregir. No digo que esto sea lo mejor, pero realmente siento que la gente ha tomado el proyecto y ha incorporado las políticas sociales de esta manera. No sé contestar si nosotros hemos logrado visibilizar lo que hacemos. Aparte hay un cuidado y un respeto ético que debemos tener, un respeto al trabajo del otro. Tal vez preferí mantenerme al margen, pero los cambios no se producen de un día para otro, es un trabajo de mucho tiempo. A veces en la Capital se mira la realidad de Capital y no se mira la realidad del interior.

–¿Qué rol les cabe a las organizaciones sociales en la política del ministerio?

Con las organizaciones sociales trabajo permanentemente. Es más, discutimos de política social. Y en función de eso vamos trabajando, articulando y corrigiendo en cada lugar. Todas las semanas me reúno con distintas organizaciones sociales. Nos ponemos de acuerdo dónde están las debilidades, dónde están las fortalezas. Y además acordamos qué nos pueden dar ellos también. Porque ¿quiénes salieron más a trabajar sobre la crisis que las organizaciones que surgieron entre 2001 y 2002?

–Usted tiene incorporados a representantes de esas organizaciones en su ministerio. ¿Qué aportaron?

Me encantan. Aportaron su realidad, su territorialidad. Y trabajar en lo que estoy diciendo: que la política esté dirigida al tejido social, que tenga sentido en el desarrollo humano y que tenga sentido de una comunidad organizándose.

–El presupuesto del Ministerio para 2008 fue 7200 millones de pesos, ¿a esta altura del año qué porcentaje se ejecutó?

Estamos con una ejecución muy buena, el año pasado ejecutamos el 98 por ciento. Cuando me hice cargo del ministerio se ejecutaba el 80, 81 por ciento. Ejecutar el presupuesto es muy fácil pero hay que seguirlo y controlar que realmente vaya a dónde tiene que ir. Nosotros hacemos seguimiento de los distintos proyectos. Si hablan con organizaciones, les consta que hay todo un seguimiento. Cada proyecto es un expediente que tiene que mostrar lo que está pasando en el territorio.

–Con la crisis internacional pueden bajar los ingresos fiscales. Se habla de que quizá haya un recorte de presupuesto, ¿qué va a pasar con el monto destinado a las políticas sociales?

Mire, el gobierno tanto de Néstor Kirchner como de Cristina Kirchner es un proyecto nacional, popular. Está absolutamente comprometido con el pueblo y sabe bien poner las prioridades donde tiene que ponerlas.

–La Mesa de Enlace agropecuaria está pidiendo que se paguen precios plenos para la leche, carne y harinas. Que los precios locales se equiparen con los precios internacionales y el Estado pague subsidios a los pobres para que los puedan consumir.

La Mesa de Enlace dijo muchas cosas. No voy a contestar. Discúlpeme.

–Desde la política social, ¿cómo ve la posibilidad de que se apliquen esas medidas que ellos están pidiendo?

Mire, la seguridad alimentaria de un país pasa por ser solidarios todos. El Estado en este momento está presente con un Plan de Seguridad Alimentaria. Hay sectores que deberían tener mayor responsabilidad social y mayor compromiso con la gente.

–Cuando fracasó la votación sobre la Resolución 125, ¿se perdió la posibilidad de construir hospitales y viviendas populares?

Se perdieron esas posibilidades.

–¿Y no se podrán realizar?

Vamos a poner todo para que se hagan porque acá hay un Estado presente y ya vamos a encontrar los caminos para hacerlo. Cuando uno está convencido, lo intenta. Nuestra mirada es de ir buscando soluciones. Y ojalá muchos se sensibilicen y entiendan que el Estado somos todos.

–En los últimos años mejoraron los indicadores sociales. ¿Ahora están empeorando?

Hubo un problema determinado cuando el campo prácticamente nos paralizó con las rutas. Y eso generó, aunque algunos no lo quieren ver, una sacudida. Con toda la fe en este país, que tiene mucho para crecer, vamos a lograr salir.

–Usted no está a favor de la universalización de las políticas sociales. ¿Cuál es su argumento?

Yo no tengo un argumento en contra pero lo que digo es que si tenés 9 mil millones para darle, por ejemplo, cien pesos por niño por qué no emplearlos en desarrollar más trabajo, más escuelas, que le dan otro tipo de calidad de vida a la gente. Hoy tenemos más de 1.400.000 familias que reciben todos los meses ingresos a través del Plan Familias y de las pensiones para madres. Las pensiones son 590 o 690 pesos. Y el plan familias, 300 pesos el promedio. Entonces, hay 1.400.000 familias protegidas de todo el país que reciben un ingreso social. A esa cifra habría que multiplicarla por una media de niños por familia. Hay miradas que son simpáticas pero son reduccionistas. No es que yo estoy en contra de la universalización.

–Así como los sindicatos están pidiendo el reinicio de la negociación salarial, también se reclama un aumento de los montos de los planes sociales. ¿Usted cree que tienen que aumentar?

Estamos estudiando algunas cosas, pero no es tan así. Cuando buscan resolver el tema de la pobreza sólo por el lado del ingreso, verá que tengo mis reservas. Pero obviamente tenemos planes complementarios y hay mucha gente que, además del plan de ingresos, recibe otros planes. El Plan de Seguridad Alimentaria llega a 1.350.000 con la tarjeta en todo el país. Obviamente es un complemento que lo hemos incrementado después de lo que pasó, que todos conocemos, para ayudarle más a la gente.

SILVIA LA RUFFA. La nueva policía porteña

Hay veces que los vigilantes y los sicarios son intercambiables. Para evitar estos trueques, el FPV pide la exclusión de policías acusados de violar los derechos humanos. Las discusiones sobre cómo será la nueva policía de la Ciudad.

Por Horacio Ríos

La presidenta de la Comisión de Seguridad de la Legislatura porteña, Silvia La Ruffa, analizó para Noticias Urbanas el proyecto de ley para la creación de la policía Metropolitana que el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, envió al Parlamento de la Ciudad.

"La futura ley tiene aciertos y traspiés. Por lo pronto, el Gobierno envió un proyecto que se proponía la creación de la fuerza policial, sin una ley marco de seguridad que la excediera", cuestionó la diputada del bloque del Frente para la Victoria.

"Tampoco existe planificación para la convivencia y para la etapa de transición con la Policía Federal, con cuya conducción ni siquiera hay contactos ni negociaciones para iniciar este proceso. Esta carencia puede hacer fracasar todo el procedimiento de la nueva policía", completó.

"Con el diputado del bloque del FPV Pablo Failde presentamos un proyecto para la creación de una Comisión de Diseño y Coordinación de la Transición", se esperanzó La Ruffa.

"De todos modos, el oficialismo aceptó, en la negociación con los demás bloques legislativos, una serie de modificaciones al proyecto original, que parecían casi imposibles, dadas las posiciones extremas que adoptaron en principio los funcionarios cercanos a Macri. Este hecho enriqueció sensiblemente el proyecto", concedió la legisladora.

"Por de pronto, aceptaron que la creación de la policía debía estar subsumida en una Ley de Seguridad Pública, de la cual aquella debía ser sólo un capítulo. Además aceptaron algunas cuestiones de género como la posibilidad de que una mujer pueda llegar a ser la jefa de la fuerza. También se consensuó que los ex militares no serán tenidos en cuenta en el reclutamiento futuro", enumeró la legisladora.

Pero el punto que considera fundamental es la exclusión taxativa "de los violadores de los Derechos Humanos que figuren en las listas de los organismos o de las instituciones del Estado, aunque no hayan sido condenados anteriormente".

De todos modos, este punto sería cuestionado, en una entrevista posterior de Noticias Urbanas, por el diputado Martín Borrelli, que aseguró que no está dispuesto a convalidar esa PRO…hibición.

UNA POLICÍA DE PRO... XIMIDAD

La Ruffa plantea que la nueva fuerza "va a ser una Policía de Proximidad, orientada a la resolución de conflictos. Por eso a sus agentes se les va a asignar un lugar de trabajo específico, en el cual van a estar para siempre, mientras no haya problemas. De esta manera se pueden prever los conflictos, por el conocimiento que tienen de su zona de acción".

"La ley no va a tener límite en cuanto a las funciones que desarrollarán los agentes de la nueva policía. Su labor incluirá la prevención y la represión de los delitos y las contravenciones, en especial en los espacios públicos y actuará además como auxiliar de la justicia", explicó la diputada.

"Para que los agentes de la nueva policía sean capaces de aplicar y proceder sin errores será necesaria una fuerte capacitación en los ámbitos Penal y Contravencional, porque ya existe el Cuerpo de Agentes de Control de Tránsito y Transporte, que antes era la Guardia Urbana, que se ocupan de esa competencia", expresó la diputada.

Existe una medida que propuso la diputada que al oficialismo le pone "la piel de gallina" (con perdón del jefe de Gobierno, reconocido xeneize). Es la propuesta de que los agentes se desarmen al abandonar de su ámbito de trabajo.

"En nuestro país, los agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que es la fuerza de seguridad más moderna, sólo van armados a su lugar de trabajo. Esta fuerza debe ser una institución civil y no militarizada, como las demás", propone La Ruffa.

Otro punto en el que la diputada puso la lupa fue el tema del organismo que se va a encargar de controlar la legalidad de los procedimientos de los agentes.

"El control de la institución policial debe ser externo, no debe estar en manos de una oficina de Asuntos Internos. En el proyecto original de Macri, ellos planteaban una policía autárquica, en tanto que nosotros pensamos que debe depender del ministro de Justicia y Seguridad, que debe ser el responsable político", opinó.

"En una palabra, nosotros decimos que debe haber un proceso que incluye auditoría, defensor del policía y un tribunal de disciplina y entre todos los integrantes de estas instancias no debe haber un solo policía", manifestó, tajante, la legisladora.


(PUBLICADO ORIGINALMENTE EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 154, DEL 18/09/08).

La Ciudad no es una empresa

Docentes, estatales y movimientos sociales marcharon a la sede del gobierno porteño



Docentes, estatales y movimientos sociales protestaron frente a la Jefatura de Gobierno porteño y le advirtieron a su titular, Mauricio Macri, que "la ciudad no es una empresa" y que la manifestación de hoy en reclamo de "políticas populares" es "el puntapié de una gran lucha".

Durante el acto hubo numerosos oradores, entre los que se destacó Francisco Nenna, dirigente de UTE-Ctera, quien aseguró que "la jornada comenzó con una respuesta contundente con más del 95% de trabajadores públicos y privados que se adhirieron al paro".

"Esta movilización es para rechazar las políticas de soberbia de la Ciudad, que no sólo ataca a la educación, la salud, los barrios. Va más allá, lo vemos en las aulas, donde tenemos que trabajar en condiciones indignas", agregó el docente.



Asimismo, Nenna señaló que "Macri se endeudó para renegociar deudas con empresas recolectoras de residuos y constructoras que son amigos de su padre. Macri está haciendo política para sectores concentrados, pero la Ciudad no es una empresa".

Finalmente, el dirigente de UTE-Ctera denunció que el ministro de Educación porteño, Mariano Narodowski, pidió datos de estudiantes y dirigentes que participaron en tomas de escuelas y paros y le advirtió que "eso se hacía en la dictadura militar".



Por su parte, el dirigente de ATE Capital, Rodolfo Arrechea, recordó: "Escuché decir a Macri que se acabó la joda cuando denunció el robo de cemento, pero no decía que eso estaba permitido porque Macri había sacado controles satelitales de los camiones para ahorrar dinero y control".

"Nos vienen a plantear el cierre de hospitales porque dicen que las cuentas no cierran, pero el presupuesto es altísimo", agregó.

En representación de los movimientos sociales se destacó el discurso de Juan Pablo O`Dezaille, dirigente porteño del Frente Transversal (FT), quien manifestó su alegría por realizar la marcha junto a los docentes de la Ciudad.



"Esta no es la nueva derecha, es la vieja derecha con nuevos discursos. Basta de este gobierno neoliberal que encarna Macri, esto (ciudad) no es una empresa de tu papá", enfatizó.

También expresó que "la ciudad es un espacio público y los que estamos acá somos argentinos y trabajadores. Esta ciudad tiene que ser autónoma y cumplir con la ley de comunas".



"Este es el puntapié inicial de una gran lucha, las encuestas le pueden dar bien al señor Macri, pero esta es la ciudad más rica a la que le va muy mal", concluyó el referente del FT.

Por último, el dirigente del Comedor Los Pibes de la Boca, Lito Borello, sostuvo que "esta marcha tiene interés político, es reafirmar que Macri es la expresión de la derecha que sembró la muerte en la Argentina".



"Esta movilización junto a docentes y movimientos le enseña a los chicos que no sólo se aprende en las aulas, sino siendo dignos en la lucha", agregó Borello, que aprovechó para reiterarle a Macri que "esta gente le dice basta a estas políticas".

Entre los principales dirigentes que acompañaron la marcha estuvieron Hugo Yasky, de la CTA y Pablo Michelli, de la CTA-Capital, la dirigente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida, y partidos políticos de izquierda de la Ciudad.



Los manifestantes habían partido de 9 de Julio y Avenida de Mayo a las 15.20 y tras recorrer las calles céntricas durante una hora arribaron a las cercanías de la Plaza de Mayo y a la sede del gobierno porteño.

Hugo Yasky pone límites al armado electoral





“Buzzi no puede ser un aliado político” -->
El secretario general de la CTA advierte que “crujiría” la Central si se suma el titular de la Federación Agraria a la Constituyente Social del espacio. Víctor De Gennaro y Claudio Lozano quieren sumar al ruralista.
Diferencias. La posición de Yasky frente al gobierno nacional marca un punto de quiebre con el sector que lidera De Gennaro en la discusión hacia 2009.
Habla Hugo Yasky, el jefe de la CTA: define conceptos y coyuntura; regala una ironía suelta y hasta se ríe. Habla y, sin falta, vuelve a la base ideológica que lo define, lo recorta y lo ubica en el turbulento collage de la política nacional: “Hay vida más allá de los K, pero tampoco le asfaltaremos el camino a la derecha”, anuncia. Ése es el lugar en el que está parado Yasky y los que piensan como él, algunos desde adentro de la CTA, otros no. Sucede que en la Central “aunque no hay fractura, conviven diferencias profundas y el conflicto del campo las acentuó”, admite.
El 24 y 25 de octubre la CTA tendrá su Constituyente Social en Jujuy, donde puede surgir un armado político y social amplio que devenga electoral en 2009. A Yasky lo entusiasma reproducir un “PT, como el brasileño”, a la argentina. Pero la posible presencia del presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, es un punto de discordia. “Si él va, muchos compañeros no iremos”, anticipa Yasky.
–¿La CTA debe impulsar un movimiento político que participe electoralmente?
–Es el momento de trascender los límites sindicales y construir una red de organizaciones populares, barriales, sindicales, indígenas, juveniles. Dentro de esa construcción, algunos apuntan a una etapa electoralista y otros no.
–¿Y usted qué piensa, a menos de un año de las parlamentarias?
–Creo que los trabajadores necesitamos construir una herramienta electoral que nos permita profundizar la redistribución de la riqueza.
–¿Puede surgir esa herramienta del encuentro en Jujuy?
–Sí, ojalá.
–¿Lo incomoda la posible participación de Eduardo Buzzi?
–Para eso, que también vaya Luciano Miguens (sonríe con ironía). No creo que Buzzi vaya. Él mismo sabe que no debe. Si en vez de Jujuy fuera en la Rural, con una custodia pesada, podría ser. Pero no lo veo.
–¿Y si va?
–Crujiría la CTA en la Constituyente, cosa que no le convendría a nadie. Sería un juego de suma cero. Si va, muchos compañeros, que tenemos muchas ganas de estar, no iríamos.
–¿Qué cosas lo separan de Buzzi y la Federación Agraria?
–Hay diferencias estructurales. No es que me cae bien o mal, es una incompatibilidad física que no se salva con voluntarismo.
–¿En qué sentido?
–Después del boom sojero, Federación Agraria dejó de representar a la pequeña y castigada pequeña burguesía del campo. Tomó otra dimensión en términos económicos y su alianza con la CTA ya no le resulta conveniente. Es más funcional a sus intereses juntarse con la Mesa de Enlace.
–¿Entonces, perdieron a la Federación como posible aliado político?
–A Buzzi y la Federación, sí. Articular con ellos implicaría un brutal choque de clases. Pero aún hay sectores del agro no representados por la Rural o la Federación, aliados naturales del movimiento obrero.
–Pero hay dirigentes de la CTA, como Víctor De Gennaro, que siguen reivindicando su alianza con Buzzi.
–Sí, a veces percibo una obstinación intelectual en Víctor. Similar a la de esas mujeres que se casan con un jugador compulsivo pensando que, con puro amor, lo redimirán. Pero no se puede. El viejo amor del FreNaPo (Frente Nacional contra Pobreza) ya pasó, es una anécdota. Es una actitud que tiene mucho de omnipotencia.
–¿Las protestas rurales de los pueblos no fueron parte del movimiento popular?
–En absoluto. Eso es algo que dijo Víctor, y que me parece una locura. Con esa lógica, las marchas de Blumberg o las opositoras a Evo Morales, también serían movilizaciones populares. Ridículo.
–¿Y cómo caracteriza a la izquierda que acompañó el reclamo agrario, como el PCR o el MST de Vilma Ripoll?
–Es la izquierda que no entiende el proceso que vive Latinoamérica. Son sectores dogmáticos que perdieron el rumbo. Algo así pasa en Bolivia, donde la izquierda critica a Evo con banderas de la derecha.
–¿Con qué actores políticos apunta a construir un frente electoral? Se mencionó al intendente de Morón, Martín Sabbatella.
–Sabbatella es el referente que innegablemente tiene que estar en el armado de la CTA. En 2009 la batalla clave se dará en la provincia de Buenos Aires y él debe ser la principal figura del espacio que tenga a la central como elemento articulador.
–¿Y a De Gennaro lo ve como candidato?
–Claro, es un histórico, innegable y transparente referente del movimiento obrero. Su candidatura debería interpretar el momento que atraviesa Latinoamérica.
–¿Qué consignas tendría ese armado político?
–Sostener las banderas de la autonomía, del antiimperialismo, de mayor democracia y de profundizar la redistribución de la riqueza.
–¿Y cómo se pararía respecto al kirchnerismo?
–No aceptamos el techo que nos impone el oficialismo. Valoramos nuestra autonomía. Pero hay puntos alcanzados a los que no queremos renunciar. Porque, ojo, la derecha cuestiona las cosas buenas de este Gobierno, no las malas.
Fuente: Crítica Digital