Néstor Kirchner pidió colmar la Plaza de Mayo
Y una plaza lista para que reviente
Una sensación de alivio se apoderó ayer de los rostros de los principales líderes del PJ que trataban, con dificultades, de convencer a sus aliados de movilizarse hoy a la Plaza de Mayo en apoyo al gobierno nacional. La conferencia de Néstor Kirchner primero, y sobre todo la de Cristina Fernández, más tarde, con el anuncio del envío del proyecto de retenciones al Congreso, renovó el ánimo de los seguidores del Gobierno, que ahora dicen que van a “reventar” Plaza de Mayo.
Desanimados tras los cacerolazos de protesta del lunes pasado, hasta ayer por la mañana había dudas, no sólo entre algunos gobernadores sino, incluso, en muchos de los intendentes del conurbano, conminados por Néstor Kirchner a mostrar el poder de convocatoria en la plaza, en la que la Presidenta será la única oradora, en un horario formal de las 15.
En la conferencia de prensa en el Hotel Panamericano Kirchner tendió el puente de plata: “No hay un solo dirigente que me haya llamado para suspender el acto y si hay alguno que dice que me llamó, que lo diga públicamente”. Y hasta mimó al díscolo chubutense Mario Das Neves: “Siento mucho cariño por él. Es ‘pingüino’ como yo”, dijo en tono conciliador.
Animado por la movida política, el ex presidente redobló la apuesta y prepara para esta tarde el segundo acto en Plaza de Mayo en los casi 100 días de conflicto con el campo para defender la gestión de su esposa, ante lo que interpreta como una amenaza para desestabilizar al Gobierno.
Como suele suceder desde los tiempos en que Kirchner era el presidente, la logística y organización del acto está en manos del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, junto al secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. El teléfono y las planillas de presencias y ausencias serán contabilizadas, a metros del despacho presidencial, por el operador político todoterreno Juan Carlos “Chueco” Mazzón, que cumplió las mismas funciones en los gobiernos de Carlos Menem y Eduardo Duhalde.
Esta tarde se movilizarán las filas de gobernadores alineados a la gestión oficial, intendentes, gremios de la CGT afines a la conducción del secretario General, Hugo Moyano, movimientos sociales y organizaciones no K, como la CTA, derechos humanos, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, intelectuales y artistas, y el intendente de Morón, Martín Sabbatella. Excepto en el caso del cordobés Juan Schiaretti, el puntano Alberto Rodríguez Saá y Das Neves, se espera la asistencia perfecta del resto de los gobernadores que adhiere al Gobierno. Las ausencias sumarán también a fuertes referentes del justicialismo, críticos con la posición oficial en el conflicto, como el santafesino Carlos Reutemann y el entrerriano Sergio Busti.
Dentro de la nómina estará la cúpula del renovado PJ y la mayoría de sus vocales. Entre ellos, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, el entrerriano Serigo Urribarri y el chaqueño, Jorge Capitanich. Además, Juan Urtubey, de Salta; Gildo Insfrán, de Formosa; Walter Barrionuevo, de Jujuy; Oscar Jorge, de La Pampa; José Alperovich, de Tucumán; José Luis Gioja, de San Juan; y Celso Jaque, de Mendoza.
A las filas que transporten desde sus provincias los gobernadores, se sumará el aporte del poderoso aparato partidario que movilizan los intendentes del conurbano bonaerense que, se descuenta, arrimarán al grueso de los manifestantes que se ubicará frente al palco. La convocatoria, como es de rigor, incluye colectivos, cotillón y viandas ad hoc.
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