Denuncia penal por estrago doloso contra el responsable de la obra y los funcionarios del gobierno de la Ciudad.


















La justicia penal ya investiga las responsabilidades por lo ocurrido en Bartolomé Mitre al 1232, en el barrio porteño de San Nicolás, donde la mitad de un edificio de diez pisos y 30 departamentos (repartido en tres cuerpos), se derrumbó porque los cimientos habrían sido afectados por la excavación y otros trabajos en una obra que se realiza en el terreno vecino.
Mónica Nizzardo, una de las más de 220 damnificados por el hecho, se presentó ayer en la Comisaría 3ª, a instancias de su abogado Mariano Bergés, y acusó por estrago doloso al responsable de la construcción lindera, el arquitecto Ezequiel Mariano Rivarola, y a los funcionarios del gobierno porteño que debieron fiscalizar las tareas. “Es un hecho gravísimo que por un azar o cuestión del destino, no fue más grave”, sintetizó Bergés, un ex juez penal, en diálogo con Tiempo Argentino.
La presentación quedó a cargo del juez Guillermo Rongo, quien deberá determinar, por ejemplo, si el material utilizado para la llamada submuración fue el declarado y el control oficial se hizo en tiempo y forma. “Las inspecciones o no se hicieron o se hicieron mal”, opinó Bergés.
El estudio de Rivarola, quien se presentó como proyectista y director de la obra, emitió ayer un comunicado de prensa para asegurar que cumplían “las reglamentaciones y normas vigentes”, que los peritos determinarán lo sucedido, que “la empresa constructora encargada de la obra es Lemarche SRL de Alberto Vitali cuya representante técnico es la arquitecta Susana Verónica Lauría” y que “los planos de estructura y excavación de la obra situada en Bartolomé Mitre 1222 están registrados y aprobados por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en los lotes de Mitre 1218/20/22/24 y cuenta con la autorización correspondiente para avance de obra por parte de la Agencia Gubernamental de Control (AGC)”.
Sobre los controles, el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, consideró temprano que el gobierno de la Ciudad “no puede poner un inspector en cada obra, así no funciona; es como poner un policía en cada esquina para que no haya accidentes de tránsito”.
También se informó de manera oficial que la Dirección de Fiscalización y control de obras (DGFYCO) inspeccionó el lugar el 26 de septiembre y determinó que poseía todos los planos registrados, estructura, submuración y excavación.
El titular de la AGC, Javier Ibáñez, precisó: “El arquitecto se comunicó con nosotros diciendo que lo que encontró era como una burbuja en el suelo. Cuando va a excavar la segunda parte, se hunde el terreno y pelan los cimientos del edificio de al lado. Tiene que haber una investigación técnica y un peritaje para determinar si realmente eso existió o se trató de una negligencia.”
Más temprano, Ibáñez había declarado: “Hay que empezar a sancionar duramente la falta de idoneidad y el mal uso de los responsables de las obras”, y agregó que “el profesional mostró un grado de desinterés por lo que sucedió. El arquitecto nunca se hizo presente en la obra pese a los numerosos llamados que le realizamos. Afortunadamente, el gobierno de la Ciudad cuenta con la Guardia de Auxilio que actuó de manera profesional evacuando a la totalidad de las personas de los edificios linderos.”
Para el ingeniero Edgardo Castro, de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, “hay un récord de derrumbes en la Ciudad por obras porque en un año hubo 13 hechos. Las medidas de seguridad son para que no suceda nada, no para lamentarse después del derrumbe. En cualquier medida de ingeniería tengo que tener la previsión de que me voy a encontrar con cosas que yo no sé, sobre todo en este tipo de terreno con edificios de 60 años.”
Para Castro, “el nivel de los profesionales que trabaja en las inspecciones es bueno, los funcionarios políticos son todos incompetentes. Yo no puedo tener un abogado ni un contador que determine sobre la seguridad de una obra. Es elemental que si voy a hacer una excavación de dos subsuelos, delante de un edificio de 60 años construido en una estructura de hierro voy a tener seguramente un problema si no tomo muchas precauciones para hacerlo.”
En tanto, las autoridades del gobierno y de bomberos evaluaron ayer y continuarán hoy lo que quedó en pie de la estructura para determinar si realizan una demolición controlada. El subsecretario de Emergencias del gobierno porteño Néstor Nicolás explicó a este diario que seguirán con los monitoreos de la estructura y que lo mejor sería que el derrumbe sea natural y no provocado. Tras aclarar que el espacio para trabajar es complejo, especuló que tal vez el frente del edificio podría salvarse. Por otro lado, el funcionario reveló que un edificio de la vuelta también sufrió daños en una columna pero como está construido con hormigón no tuvo mayores consecuencias.
Los habitantes del edificio dañado no podrán ingresar por el momento a recuperar las pertenencias y los de inmuebles vecinos lo harán por unos minutos, mientras continuaban ayer sin salir del asombro y la tristeza por lo ocurrido.
El responsable de la obra encabeza desde 2002 “Ezequiel Rivarola Arquitectos” (), y en Internet se lo ve con el célebre Clorindo Testa (con quien construyó la Casa Pontoporia en Mar del Sud). Su trayectoria incluye ser profesor en la UBA, haber participado en las construcciones de hoteles y torres tradicionales de la Ciudad, entre otras cuestiones. “El estudio Ezequiel Rivarola Arquitectos lamenta profundamente lo sucedido y espera se esclarezcan las causas que han generado el desprendimiento de la mampostería y posterior desmoronamiento del segundo cuerpo del edificio ubicado en Bartolomé Mitre 1228. Asimismo, se encuentra a total disposición de las autoridades del gobierno de la Ciudad para prestar las colaboraciones que se estimen necesarias”, finalizaba el comunicado. <

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