Unas 4,5 millones de personas visitaron la muestra que reabrirá el próximo año
Con la casi totalidad del Gabinete nacional presente, el vicepresidente electo encabezó el acto de cierre de Tecnópolis, la megamuestra de Ciencia, Arte y Tecnología
Tecnópolis es un sueño colectivo para 40 millones de argentinos. En el país del ‘no se puede’ hemos recuperado el orgullo de ser argentinos. Remplazamos el yo por el nosotros”, aseguró anoche el ministro de Economía y vicepresidente electo Amado Boudou en el acto de cierre de Tecnópolis, la feria de ciencia, arte y tecnología que visitaron 4,5 millones de personas y que volverá a abrir el año que viene.
“¡Muy buenas noches, Tecnópolis! ¿Cómo están?” , sorprendió Boudou a los miles de visitantes que recorrían el predio y que se acercaron al escenario para ser testigos del evento de cierre. Vestido con una informal remera con el símbolo de la paz y jeans, el vicepresidente electo ensayó un breve discurso alegre y de gestión, pero con contenido político, en una clara señal de que su presencia en el escenario era un deseo de la presidenta Cristina Fernández, a quien recordó en varios tramos.
“Este es un cierre que tiene que ver con una historia. La última carroza de los festejos del Bicentenario representaba el futuro pero en aquel momento no podíamos imaginar que esa carroza iba a significar Tecnópolis”, recordó Boudou desde el micrófono y acompañado por el secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina; los ministros de Agricultura, Julián Domínguez, y de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao; el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; la diputada Diana Conti y la secretaria de Integracion Nacional María del Carmen Alarcón.
“Tecnópolis es un puente entre el pasado, el presente y el futuro –definió después–. Aquí funcionó un centro clandestino durante la dictadura y hoy es un lugar de vida que nos recuerda todo lo que somos capaces de hacer y de ser.” Después, destacó la decisión de la presidenta de crear el Ministerio de Ciencia y Tecnología y revalorizó el rol del Estado: “Este país crece, sus habitantes consiguen trabajo y los que todavía no pudieron hacerlo tienen la mano del Estado tendida para ayudarlos.”
Fiel a su estilo, al finalizar su discurso, arengó al público: “Tengo orgullo de ser argentino y de tener la presidenta que tengo. ¡Fuerza Argentina, fuerza Cristina, fuerza a todos!”, dijo y una nube de papelitos celestes y blancos cubrió el cielo del predio mientras el público aplaudía. Después, Fuerza Bruta, protagonista de diversos espectáculos a lo largo de los cuatro meses y medio que duró la muestra, ofreció un show acrobático y el público volvió a disfrutar de la bailarina que, con su personificación de la Argentina, se convirtió en un símbolo de los festejos del Bicentenario. Luego, un espectáculo de fuegos artificiales iluminó la noche mientas el público bailaba con globos celestes y blancos en un auténtico clima festivo.
Durante 90 días, Tecnópolis reunió a los todos los ministerios nacionales que exhibieron sus programas relacionados con el desarrollo científico, innumerables charlas y shows. Los más chicos experimentaron cómo es viajar por el espacio con el cohete Tronador II, pudieron hacer un viaje imaginario a la Antártida con la recreación del “continente blanco”, o adentrarse en un túnel y experimentar el recorrido que hace el agua desde las entrañas de la Tierra hasta llegar a la canilla.
Minutos antes del cierre, los funcionarios –distendidos y vestidos de sport en un lunes feriado– participaron de un encuentro con la prensa. A pedido de Javier Grossman, a cargo de la Unidad Bicentenario, los creadores de Fuerza Bruta, accedieron a sacarse una foto com si integraran un equipo de fútbol. La escena terminó con un aplauso. “Se termina una etapa, sentimos mucho orgullo y estamos contentos”, explicó Boudou y aseguró que se prepara para la asunción del 10 de diciembre “trabajando mucho como ministro”.
Barañao, notablemente contento, definió ese momento como “un fin y un nuevo principio”: “Este lugar era la nada, como la isla de Lost. Es una metáfora de lo que pudimos hacer en la Argentina de 2003 a la fecha. No fue fácil, pero ganamos mucha madurez. El desafío para el futuro será mantener y mejorar el nivel.”
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