A horas de las elecciones en la República Bolivariana de Venezuela surge, inevitablemente, la pregunta: ¿Por qué el interés de ese proceso electoral en nuestro país, considerando que no tenemos límites comunes, ni la colonia de venezolanos en Argentina es una de las más numerosas? Y otras dos cuestiones: ¿Qué pasa si Chávez gana? ¿Y si pierde?
por Oscar Laborde
Si el presidente gana la elección está claro que el proceso de integración regional se profundizaría, en especial, luego del ingreso de Venezuela al Mercosur, con un mercado potencial de más de 30 millones de personas, y con su incalculable capital energético. Si a esto le sumamos alimentos, industria, tecnología y recursos naturales del resto de las naciones de la Unasur; la región tendrá más autonomía y capacidad para tomar decisiones soberanas.
Si Chávez pierde, la derecha apostará a detener las transformaciones que se están llevando adelante en América Latina y se volverá a las viejas divisiones que sólo beneficiaron a los imperialismos de turno. El retroceso será evidente.
Sin embargo, debe evaluarse un tercer escenario, el cual muchos medios de comunicación, analistas políticos vía Miami y dirigentes opositores están planteando y es el dejar abierta la posibilidad de denunciar un fraude, intentando crear un clima de inestabilidad, de inseguridad y victimizarse frente a la que ellos llaman “la dictadura chavista”.
Adquiere, entonces, vital importancia el aporte que, desde distintos países, están haciendo las organizaciones sociales y partidos políticos populares, enviando contingentes para acompañar el proceso electoral y dar cuenta de la transparencia de los resultados finales. La presencia de la Unasur con una comitiva encabezada por Carlos “Chacho” Álvarez, da cuenta de la seriedad con que la región ha tomado nota de la importancia de esta elección.
También la derecha argentina esta muy interesada en esta elección y enviara su respaldo con la presencia de los diputados Pinedo y Michetti del PRO.
Sin dudas las declaraciones de Cristina Kirchner en Estados Unidos haciendo referencia a su amistad con el presidente venezolano y las de Pepe Mujica, deseando su triunfo, no hacen otra cosa que dejar en claro cuál es el espíritu que anida en el Mercosur y gran parte de Sudamérica sobre lo que está en juego.
Si a esto le sumamos la posibilidad concreta que en el año 2013 ya estén incorporados a la realidad mercosureana tanto Ecuador como Bolivia, se potencia, aun más, lo estratégico del resultado de las elecciones del 7 de octubre.
América del Sur ha elegido el camino de la democracia para enfrentar no sólo sus desafíos frente a un mundo en crisis y un capitalismo que no logra dar respuesta a las expectativas de sus propios ciudadanos. Además ha decidido fortalecerlo con la plena vigencia de los Derechos Humanos, mucho más cerca de las necesidades históricas de los pueblos que de las políticas neoliberales que la sumieron en la miseria y el hambre para millones de sus habitantes.
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