Edgardo Depetri - Ante un compromiso histórico
Los Trabajadores Argentinos, por nuestras lucha y de la mano de Néstor y Cristina, hemos recuperado la dignidad; cinco millones de puestos de trabajo, recuperación del salario, plena vigencia de los convenios colectivo de trabajo, estatización del sistema previsional, incorporación de más de tres millones de compatriotas que no tuvieron aportes y gozar de jubilarción, derogación de la legislación laboral flexible del menemismo, asignación universal por hijo, estos son algunos de los ejes que ratifican el avance de los trabajadores en la histórica lucha por la distribución de la riqueza nacional, lo que quiere decir, salud, educación, futuro.
Esto fue posible por la acción del Estado conducido por un gobierno garante de los derechos del pueblo, y no funcional a los intereses de los grupos económicos y de las clases dominantes. Néstor y Cristina Fernández de Kirchner, se hicieron cargo de las históricas reivindicaciones del Movimiento Obrero, aquel que se forjó en luchas y y resistencia a la dictadura y al neoliberalismo después. Gestas como los de La Falda, Huerta Grande, el Cordobazo, los 26 puntos de la CGT, los trece paros generales al alfonsinismo, la Marcha Federal, los piquetes nacionales.
En ese camino estamos avanzando por mas democracia, mas distribución de la riqueza y soberanía Nacional.
Enfrentados a los trabajadores están los mismos enemigos de siempre, los núcleos duros del capital, empresas transnacionales, bancos, sojeras exportadoras, los políticos y dirigentes sindicales que fueron cómplices del neoliberalismo.
Ellos son los abanderados del ajuste y la represión, los adoradores de las ganancias fáciles y extraordinarias, los partidarios de la concentración de las riquezas en pocas manos, los que no reconocen patria ni fronteras, los que privilegian sus negocios aún a costa del interés de la comunidad. Ellos están ahí. Vienen intentando encontrar fisuras en el gobierno para imponer su visión naturalmente destituyente con quién no se incline ante su poder.
Ellos están ahí. El imperio está ahí. No podemos desligarnos de la obligación y de la responsabilidad, como clase y como trabajadores, de estar en estado de deliberación junto a los compañeros del campo popular. Tenemos experiencia. La historia nos muestra que cada vez que hemos entrado en sendas confrontativas entre nosotros, ellos dan el golpe, recuperan entonces lo que más desean: la riendas del Estado.
Esto está claro: no es que ellos, los poderosos, el imperio esté contra el Estado, contra lo que están, es que el Estado no sean ellos.
Compromiso
Lo que viene, la lucha por mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y del pueblo en genreal, es inseparable de la discusión del país y de la sociedad que queremos y necesitamos.
Nuestro rol, debe superar el estrecho espacio de la reivindicación salarial y asumir activamente el afianzamiento y la profundización del modelo Nacional, Popular y Latinoamericano que iniciamos en el 2003.
No estamos ante una cuyuntura, estamos ante una oportunidad histórica. La lucha de clases, es por la liberación economica y social y para eso tenemos que unificar con el gobierno nacional y el campo popular acciones y decisiones que convoquen al pueblo argentino a defender lo logrado y a profundizar el cambio. Y profundizar el cambio es, además de salario digno, de educación, de ser dueños de nuestro destino. Es una construcción que venimos empujando desde el inicio de la patria.
Pienso que estos elementos tienen que estar en toda propuesta del campo popular.
El gobierno de Cristina representa el interés de los trabajadores y no podemos estar ajenos a la disputa con las corporaciones económicas, y sus voceros políticos, sindicales y multimediáticos.
Debemos convocarnos, los trabajadores, a profundizar la presencia del Estado en áreas claves y estratégicas de la economía nacional: petróleo, gas, sistema financiero, sustituir importaciones, desarrollar nuestra industria naval y ferroviaria, garantizar un desarrollo minero sustentable, social, económica y ambientalmente. Y por ese camino, unir esfuerzos para terminar con la pobreza, la indigencia, asumir la gesta anticipatoria de cambiar los modos de producción y distribución de bienes con pleno empleo y acceso universal de todos ellos.
El capitalismo se encuentra en otra de sus convulsiones globales y el camino elegido por las élites económicas y políticas para sostenerlo, es el ajuste, ajuste que poda salarios, despide empleados, desprotege a niños y ancianos, reprime, y concentra la riqueza en pocas manos. Y no duda en ir a la guerra, y aniquilar pueblos con el objetivo de controlar recursos naturales, el petróleo, el agua y la tierra fértil productora de alimentos.
Por eso es importante que el movimiento obrero reivindique y se involucre en la construcción de la unidad del movimiento sindical de América Latina, acompañando la decisión de nuestros gobiernos, que intentan protegerse de la crisis mundial y ejercen políticas de crecimiento y de justicia social.
Entonces, este es el compromiso histórico ante el cual nos encontramos los trabajadores y el campo popular. De nosotros, de nuestra capacidad de unidad, de estar por encima de los personalismo sectoriales, dependerá que el futuro lo vayamos forjando entre todos y para todos los argentinos, y diría, para toda Latinoámerica, ya que nos une la historia y nos une el objetivo de ser un continente hermanado y, por fin, conformando la Patria Grande.
Fuente: Revista de las Madres de Plaza de Mayo: Ni un paso atrás!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario