¿"idiotes" o "polites" ?











"En la historia se han dado dos modelos de ciudadanía, hablando grosso modo: el griego y el romano o si se prefiere el activo y el pasivo. La ciudadanía griega implicaba y exigía la actividad política, la colaboración en la toma de decisiones.
Quien no participaba en política era considerado un «idiota», es decir, alguien reducido simplemente a su particularidad y por tanto incapaz de comprender su condición necesariamente social y vivirla como una forma de libertad."
Fernando Savater- Diccionario del ciudadano sin miedo a saber, ed Ariel págs. 12-13

" Siguiendo la línea del pensamiento griego, la idiotes puede entenderse como lo opuesto a polites, pues, hombre y ciudadano significaban exactamente lo mismo, lo que no quiere decir que aquél no gozara de libertad individual en lo tocante a un espacio privado, pero esta noción, entendida como tal, no adquiere sentido sino hasta el romano y su privatus. En latín, privatus, significa “privado” (del verbo privare, privar de algo), y el término se empleaba para designar una existencia incompleta e imperfecta en relación con la comunidad. Es por ello, que para los griegos, tal concepción sólo podía entenderse con el vocablo idion (privado o carente), en contraste con koinon (el elemento común) o comunidad, lo cual denota con mayor intensidad el sentido de “privación”.

A partir de estas concepciones, podemos afirmar que idiotes era un término peyorativo que designaba al que no era polites, es decir, al no-ciudadano, un hombre vulgar, ignorante, carente de valor, y que solo se interesaba por sí mismo. Se puede definir, por lo tanto, al idiota como aquella persona que no se ocupa de los asuntos públicos, sino sólo de sus intereses privados”.

la idiotes era el término por el cual los antiguos griegos llamaban a los ciudadanos que, en esa calidad, poseían derechos, pero no se ocupaban de la actividad política de la polis.

En otras palabras, se trataba de personas aisladas que ignoraban los asuntos públicos, sin nada que ofrecer a los demás y obsesionados por las pequeñeces de su casa y sus intereses privados.


Hay cada vez más evidencias de que lo que distingue hoy la vida pública es la supremacía de lo idiota —y aquí sí— considerando los significados que tiene la palabra: el idion clásico de Aristóteles, el de aquel que ha

dado la espalda a la vida pública; el opuesto o contrario al ciudadano."

(Rodrigo González Sandoval "La idiotez del hombre moderno")

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