Cuántas cosas puede encerrar un mismo día, un mismo mes? ¿Cuántas cosas tenemos que recordar, reivindicar, amar, no olvidar, un mismo día? ¿Y si empezáramos a romper con los días y que los días fueran todos y las horas fueran todas?
Yo creo que lo que hizo Néstor va mucho más allá de un 25 de Mayo, va mucho más allá de una hora, de un día o de un momento de un año. Nos dejó algo que parece un centenario. Nos mostró un camino único. Nos los dio sin que lo sintiéramos. Nos los puso en nuestras manos sin que nos diéramos cuenta. Se fue sin que nos diéramos cuenta. Nos dejó sin que nos diéramos cuenta.
Y ahí es donde frenamos, ahí es donde paramos, ahí es donde empezamos a pensar qué nos pasó, qué fue esto, qué tsunami nos atravesó de la mañana a la noche, por la cabeza, por el corazón y por el cuerpo. Y ahí pegamos como una frenada y salimos todos como locos a la calle, a luchar y a pelear. Y a sentir con más fuerza el legado de él. Y brotaron pibes por todos los lugares, y jóvenes y no tan jóvenes que quieren seguir.
Pero, ojo, pibes, no quieran un puesto. Hagan como él, que llegó por su propio esfuerzo, que llegó porque lo eligieron. No quieran llegar sin que los elijan, chicos. Luchemos y peleamos por esta patria, luchemos y dejemos lo mejor que tenemos por ella, porque hacer la patria es hacer la patria para otros, para los que menos tienen, para nuestros hijos, para nuestros nietos, para el futuro. Para eso que vendrá.
Es demasiada suerte la que tuvimos: que este hombre en tan poco tiempo nos diera tanto. Es demasiada fortuna. No la despilfarremos, no la derrochemos. Las fortunas hay que atesorarlas para que nos sirvan a todos. Atesoremos lo que Néstor nos dejó: sus discursos, su forma de ser, su pensamiento, su alegría, su inquietud, su fortaleza, su sinceridad, su sonrisa, su mano abierta. Parece que pasó tan poco tiempo y es tanto tiempo sin él. Cuánto nos duele estar sin él. Cuánto, cuánto. Es un vacío demasiado grande. Por eso somos tantos lo que salimos para llenar lo de un solo cuerpo.
¿Ustedes se pusieron a pensar cuántos tuvimos que salir para sentir que estábamos llenado ese vacío? Millones. Y todavía no sé si alcanza. Ojalá que el proyecto maravilloso e increíble que él tenía en su cabeza y en su corazón, y le estalló en el corazón, seamos capaces de llevarlo adelante, de ponerlo en práctica y de defenderlo
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