


POR ARTEMIO LOPEZ - CONSULTORA EQUIS
Ficha Técnica: Ciudad de Buenos Aires, 21 y 26 de Abril, 400 casos, error +/-4,5%, confianza 95%, método de recolección presencial.
Como se ve en primera vuelta los candidatos del FPV miden lo mismo, ( Tomada incluído) y ordena el espacio Cristina que sigue creciendo, tal como lo señala el primer cuadro.
O sea, sucede lo obvio. La ciudadanía porteña que vota FPV en primera vuelta no es Bodouista ni Filmusista, ni Tomadista, es Kirchnerista.
Celebramos en este sentido el cambio de estrategia de comunicación de los compañeros progresistas. Del inicial, ridículo y presuntuoso "Con Filmus ganamos", al más realista actual "Con Cristina ganamos" . Pero este cambio comunicacional progresista es resultado del puro cálculo de márketing, en nosotros los kirchneristas una convicción política.
Y ahora mismo hay que ir por más, necesitamos ya cambiar el candidato "habitual", dejarlo atrás. Es natural que así suceda lo dijo Perón, pero también Vox Dei: todo concluye al fin, nada puede escapar, ni el progresismo de los jóvenes de cincuenta.
En efecto, el viejo progresismo, extensión de la Alianza Frepaso-UCR, daba cuenta de otra realidad social y política porteña, prekirchnerista y concluyó su ciclo de representación en la nueva Ciudad Autónoma reconfigurada socialmente vía empobrecimiento relativo y conurbanización expansiva de sus fronteras ya gelatinosas hacia afuera con el conurbano bonaerense ingresando a la city por el sur porteño y hacia adentro con la expansión acelerada del conurbanizado sur, ya empujando sobre las antes muy nítidas fronteras del centro de la ciudad.
Así las cosas, el paisaje socioambiental porteño fue rediseñado de manera drástica, a partir de la post crisis de 2001 y el posterior ciclo de crecimiento económico sostenido del 7% promedio anual inaugurado por Néstor Kirchner en el año 2003 .
Los efectos electorales de esta enorme transformación de la Ciudad son inexorables, o se toma nota de ellos o se pagan las consecuencias.
No hay salida compañeros y compañeras, se debe abandonar el rol de furgón de cola del viejo progresismo distrital que requería de realidades de segmentos medios homogéneos para desplegarse electoralmente con éxito, e iniciar un ciclo de reperesentación populista kirchnerista en la nueva y socialmente cada día más "conurbanizada" y heterogénea Ciudad Autónoma.