JUAN MICELI “Los medios sufren un vaciamiento de credibilidad”





El flamante conductor de Visión Siete Central habla del presente de la puja informativa.
Por Sebastián Feijoo
sfeijoo@miradasalsur.com

La Justicia de Mendoza dispuso que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual –por ahora– no sea, no esté, ni viva ni muerta. Mientras el cumplimiento efectivo de la normativa sancionada por amplia mayoría en el Congreso sigue defendiéndose en las calles y parece tener destino de Corte Suprema, el debate que generó y la atención que despertó en la población parecen marcar un antes y un después. La sociedad no está obligada a conocer los pormenores de los modos de producción de las noticias, ni el mapa de propietarios de medios. Pero intentar entender quién, qué, cómo y porqué se emiten u omiten determinadas noticias, comienza a transformarse en un reflejo natural para cada vez más personas y esto interpreta un saludable signo de madurez.

En un marco de polarización de las agendas, el arribo de Juan Miceli a Canal Siete después de 18 años en TN/Canal Trece no fue un hecho menor. Lo que en otro momento hubiera resultado apenas un profesional que cambió de trabajo, hoy dispara implicancias simbólicas de largo alcance. Pero ante todo ofrece otra oportunidad para conocer la experiencia de un periodista con muchos años de oficio y para seguir reflexionando sobre la mecánica de los medios.

Miceli habla con entusiasmo y cautela sobre su flamante experiencia como conductor de Visión Siete Central (lunes a jueves a las 20). “En el canal me recibieron de la mejor manera. El equipo tiene mucho profesionalismo y experiencia. A Omar Basalo, gerente de noticias, lo conozco desde hace muchos años y es una persona muy capaz. Como Mauricio Baratucci, productor ejecutivo, empecé a trabajar hace 20 años, así que me siento más que cómodo. Y bueno, con Cecilia Laratro (co-conductora), sintonizamos desde que nos conocimos”, detalla.

–Estuviste 18 años en Canal 13 y TN. ¿Por qué te fuiste?

–Cuando Andrés Repetto se fue del Grupo, más o menos en mayo del año pasado, me ofrecieron hacerme cargo del segmento de internacionales. La propuesta me pareció interesante y acepté. Pero empezamos a trabajar y noté que cada vez se me daba menos espacio e incluso muchos informes realizados nunca iban al aire. Lo planteé ante los responsables y me dijeron que se debía a que los temas de internacionales eran postergados por la dinámica de la realidad del país. Pedí volver a otro espacio y la respuesta fue negativa. Concluí que no le querían dar cabida a mi trabajo y decidí irme.

–Habías trabajado durante casi dos décadas en la empresa y te habían dado puestos de gran responsabilidad. ¿Supiste a qué se debió ese cambio tan drástico?

–No me dieron mayores precisiones. En ese sentido, mantengo el mismo interrogante que vos.

–El debate sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual generó posturas más polarizadas en los medios. ¿Eso tuvo algo que ver con tu salida del Grupo?

–No, no, eso no tuvo nada que ver. Fue un tema absolutamente personal y profesional.

–¿Qué expectativas tenés como conductor del noticiero central de Canal Siete?

–Mi principal expectativa es poder trabajar con libertad. Tengo claro que el canal le da prioridad a las actividades oficiales, pero en ese marco quiero manejarme según mi criterio.

–¿Lo estás logrando?

–Creo que sí. Estoy trabajando en Canal Siete desde hace muy poco y la nutrida agenda de Fútbol para Todos hace que el noticiero no salga todos los días.

–Fuiste una de las caras emblemáticas de Canal 13 y TN, y ahora sos una de las figuras de Canal Siete. ¿Cómo viviste ese cambio y qué te dijo tu gente cercana?

–Muchos de mis amigos se sorprendieron. Algunos incluso me recomendaron que no aceptara la propuesta. Argumentaban que en muchos años había construido una buena imagen y que mi credibilidad se iba a perjudicar. En la calle hubo gente que me felicitó, que me dijo: “Bienvenido a Canal Siete”.

–¿Qué hizo que tu decisión fuera a contramano de las opiniones de algunos de tus amigos?

–Que yo tengo claro que no voy a cambiar. Siempre voy a ser el mismo, trabaje donde trabaje. Lo charlé cuando me convocaron para el canal. Por ejemplo, yo nunca creí en los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Lo vengo diciendo desde hace años y no voy a dejar de decirlo ahora. Por eso acordamos que cuando tuviera que presentar los datos oficiales agregaría las posturas de las consultoras privadas. Ya lo hice y no hubo ningún tipo de problemas.

–Algunas personas todavía creen que en los canales estatales hay una agenda de hierro y en los privados rige una libertad inmaculada.

–Las agendas férreas existen en ambos lados. Uno tiene que convivir con eso. Muchas veces no coincidís con la que sale en el noticiero en el que trabajás. Es imposible estar de acuerdo con todo. Creo que pasa en todo el mundo. El tema es poder manejar tu libertad. Por ejemplo, durante la cobertura que hicimos de la marcha a favor de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, Hebe de Bonafini dijo que los jueces de la Corte Suprema son unos viejos decrépitos. Para mi no es así. Bonafini fue muy ofensiva con una Corte que goza de mucho respeto. Como conductor no opiné. Pero cuando le hicimos una entrevista a Gabriel Mariotto aproveché para preguntarle si estaba de acuerdo con esas expresiones.

–¿Te sorprendió que muchos medios importantes no cubrieran la marcha?

–Eso pasa permanentemente. Hay temas a los que Canal Trece no les da cabida y lo mismo sucede con Canal Siete. En Canal Siete, por ejemplo, no se hace mención al juicio que se le está realizando al ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime.

–El debate por la ley de medios polarizó las agendas. En ese sentido, ¿no se hace más visible la necesidad de una pluralidad de emisores de noticias?

–Creo que sí. La gente empezó a entender un poco mejor que todos los medios tienen sus intereses. Creo que después del debate, los medios sufren un vaciamiento de credibilidad. Si la credibilidad fuera un tanque, se fue vaciando y no será fácil que se llene nuevamente. Yo creo que para que esto suceda hay que apostar a los periodistas honestos, más que a los medios supuestamente independientes.

–¿Qué evaluación hacés de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual?

–Bienvenida una ley que reemplace a la de la Dictadura. Pero nació como una normativa para atacar a un grupo. Eso no me parece lo mejor. Aunque tiene cosas muy buenas.

–Más allá de los protagonistas, ¿no es bueno que el mapa de los medios se haga más horizontal y de esa manera surjan mayores alternativas para informarse e incluso trabajar?

–Sí, por supuesto. Me refiero al nacimiento de esta ley. No es una novedad que Clarín o las empresas periodísticas grandes tienen mucho poder. Pero durante la gestión de Néstor Kirchner la relación fue buena y no se avanzó en el sentido de la actual ley. En realidad, acá se discute otra cosa: quién va a ser el próximo presidente. Esta pelea por la ley es crucial para entender quién quedará fortalecido de cara a las elecciones de 2011.

1 comentario:

Mario Mattarucco dijo...

Las opiniones de Juan Miceli son honestas y valientes. Lo felicito.