Edgardo Depetri. Unidad popular es construir más CTA



Más de cien días que lleva el conflicto con el campo, donde se ha producido una conjunción de elementos, una alianza imposible de pensar hace diez años; ahora están unidos férreamente y sobre todo la Federación Agraria queda como tropa. ¿Cómo lo ve usted?
Creo que el cambio económico en el país, a partir del golpe militar del ’76 es lo que va a definir el nuevo escenario político y, también, de esa crisis dramática que tuvimos y, que no sólo aniquiló treinta mil compañeros, sino que vino a cambiar el modelo político, económico, social, sindical, productivo, cultural. Es ahí donde está la raíz, donde se plantó el germen de este país actual, con su estructura agrícola ganadero exportador de materias primas; ahí se empezó a armar definitivamente y ahí empezaron a imponer el modelo de una Argentina que no debía ser industrial.
Con el Golpe se empezó a cambiar el modelo y por eso, quienes hoy protestan contra este cambia de matriz, de modelo que a partir del 2003 comienza a instalar Néstor Kirchner -que es tratar de fortalecer un país que agregue valor a su producción, o sea un país camino hacia lo industrial. Un país que busca recuperar la presencia del Estado en el mercado. Y de alguna manera, las retenciones sojeras operan claramente como un Estado interviniendo en capturar rentas extraordinarias, producto de la tierra fértil, los climas, la riqueza natural de nuestro país y que tiene esa posibilidad que no tienen otros suelos del mundo y, un Estado que recupera intervención en el mercado. Eso está pasando.



Y al mismo tiempo, el país define una estrategia económica donde Argentina somos todos, no sólo un sector. Hay que comprender que hay que reparar el deterioro que produjo la dictadura militar y el menemismo que transformaron el país y que a la vez se construyó ese proyecto con un Estado garante de esa acumulación económica, primero agrícola financiero, después de servicios, con las empresas trasnacionales y que siempre postergó el trabajo, la industria, el mercado interno, el salario de nuestro pueblo y el consumo popular.
Entonces instalar lo nuevo y desarmar ese nefasto modelo para poder construir este desarrollo nacional de distribución del ingreso; de un Estado presente en la economía que se hace cargo de gravar a los sectores económicos más concentrados para distribuir a los que menos tienen, y de hacerse cargo de la educación salud, de la previsión, del desarrollo integrado de la Nación incorporando las economías regionales, es lo que está en discusión.
“…un cuestionamiento no sólo al Estado en la intervención económica; sino a un gobierno popular que ha recuperado legítimamente, por mandato del pueblo…”
Creo que hoy, con toda furia, con toda la fuerza decisión de los poderes económicos concentrados del país, se han abroquelado y están tratando de volver a escenarios de modelos acumulación en donde impere la lógica del mercado; la ganancia en función de la propiedad privada y un cuestionamiento no sólo al Estado en la intervención económica; sino a un gobierno popular que ha recuperado legítimamente, por mandato del pueblo esa voluntad de no representar a un grupo, sea del campo o financiero, o industrial; sino representar el conjunto de la población.
Creo que es eso lo que está más en discusión y por eso presionan estos sectores con el debate de la renta económica. No sólo instalan en el debate económico sino fundamentalmente hacen una impugnación política al proceso. Por eso tienen que decir que somos los imberbes que echaron de la Plaza, dicen que con la Dictadura estaban mejor, o bien, que hay que dejar que el mercado resuelva el precio sin intervención estatal y por eso lo caratulan como confiscatorio.



Dicen además que el gasto público es excesivo y que debiéramos dejar de gastar la plata que se quita al campo. Esto es lo mismo que decir que no hay que hacer más casas con cooperativas de viviendas o, con los Programas Federales, que no hay que financiar la educación, no construir hospitales, rutas y que no hay que aumentar los salarios, bajar la discusión salarial por que genera inflación.

Vienen apareciendo debates que condensan más treinta años de resistencia. Diría que desde el Golpe del ’55, pero con más claridad aparecen estas cuestiones con el golpe del ’76. Son estos debates los que nos han marcado pero sobre todo en el modelo de producción que hemos tenido; que ha combinando el Golpe, más el menemismo, el gobierno de la Alianza y la devaluación del duhaldismo que hicieron este país de ricos, cada vez más ricos: los dueños de la tierra y pobres cada vez más pobres: la amplia mayoría de nosotros. Siento que es ahí donde se condensan las raíces del escenario actual; creo que hay bucear ahí para acercarse a la médula de esta cuestión. El país de la nueva y vieja oligarquía.
Otro mundo. Otro país.
Creo que está bien lo que hace la Federación Agraria, en este momento, porque ellos con la devaluación de la moneda, pasaron de ser chacareros pobres, fundidos a sector clase media alta; que antes estaban fundidos y ahora están ganando mucha plata. Entonces defienden el chacarero del núcleo sojero, donde la hectárea de campo valía 2 mil dólares en el ’90 y ahora vale 20 mil. Aún en la actualidad, con estas retenciones, una hectárea de campo rinde 3 ½ toneladas de soja y con estas retenciones la tonelada de soja está a 340 dólares. Entonces, 3 ½ toneladas son mil dólares; por 100 Ha. 100 mil dólares y bueno por esto es que están asociados con la CRA y con la Sociedad Rural Argentina, también con los pool’s por que en realidad, fruto de la pérdida de la cultura del trabajo, del individualismo y el consumismo, el núcleo sojero, ahí donde hacen paro: Gualeguaychú, Junín, Venado Tuerto, Pergamino, Río Cuarto, Bell Ville, San Pedro, o sea el núcleo de las mejores suelos de la pampa húmeda.
También la pérdida de la cultura del trabajo ha hecho que las familias hayan emigrado a los centros, por que la Internet, el shoping,, la presión de los hijos para no tener que levantarse de noche para venir a la escuela del pueblo. Antes venían con el sulky pero ahora ya están en el pueblo y sus tierras son alquiladas. La alquilan a los pool’s y viven de rentas y no se preguntan en cuánto incide el alquiler de la tierra en el costo del alimento que vamos a consumir los argentinos; no, lo que interesa es cuánto llega a fin de mes para vivir mejor.



Entonces, también esa crisis de al cultura del trabajo, ha hecho que la Federación Agraria haya optado seriamente por defender los intereses de los pequeños productores, pero sobre todo los del núcleo sojero. Los que se han beneficiado con la devaluación de la moneda nacional, con los precios internacionales de la soja, que está cotizando a 500 dólares la TN. y que le sigue a la zaga el precio del barril de petróleo.
El Ojo en a rentabilidad agraria
Resulta evidente, entonces, que hay un corrimiento de las inversiones de los capitales, financieros que antes operaban en el mercado hipotecario de los EEUU, o en el sistema financiero de ese país y la crisis de ellos ha corrido inversiones fuertes y van a buscar la rentabilidad agraria que les da el 30% de utilidades en los núcleos más fértiles y de mayor productividad, articulados con los negocios de agro alimentarios y fundamentalmente, la industria de los fertilizantes. Además el negocio de los bio combustibles en el país y en el mundo está corriendo la inversión fuerte.
Esta tierra tiene toda una potencialidad para disputar los bio combustibles en el mundo y de la producción de combustibles alternativos. Ante este panorama lo que está haciendo la FAA es defender los intereses de un sector que más se ha beneficiado. Es una corrida a la derecha y donde ya no se discute la Reforma Agraria, ni cómo blanquear el millón trescientos mil de trabajadores rurales, de los cuales el 70% está en negro. Menos aún discute una política alimentaria donde planteemos la producción de carne o el problema de los tambos o cómo producir más trigo para harina, o arroz, legumbres y frutas.
Todo es soja y caja.
En la actualidad los encuentras parados sobre esta cuestión de las retenciones: una lucha a la baja o la muerte. Esto, creo refleja una crisis de representación y una opción de poder muy clara, que no sólo es económica. Sobre todo es política y por eso defiende tanto su alianza con Luciano Miguens, que tiene una mano manchada con sangre y que sí esa Sociedad Rural Argentina fueron quienes junto a Martínez de Hoz definieron el modelo nefasto impuesto a sangre y fuego y que cambió cincuenta años de historia nacional, y más de cien años de pelea del pueblo argentino por lograr sus derechos.
Se puede ver que es la economía la que condiciona los modos de pensar, pero parece en estos momentos, una simplificación: se ha visto un fenómeno complejo y donde uno se encuentra con la izquierda más recalcitrante, la derecha ídem y una clase media cacerolera que, paradójicamente, se ha beneficiado con el gobierno y que históricamente ha participado de movidas desestabilizadoras: estuvo en el golpe del ’55, se calló la boca en el76.



Entonces estamos frente a una situación que no sólo es económica sino que estamos frente a un fenómeno de una complejidad mucho mayor…
Acá hay una decisión del poder económico y en eso todos tenemos conciencia: es haber dicho basta a la posibilidad de que el país crezca sino que no distribuya el ingreso. La decisión es: hay que crecer, pero sin distribuir el ingreso. Cuando nos dicen: tenemos una excelente oportunidad en el mundo. Pero, ¿para quiénes es esa oportunidad? ¿Para los sojeros, los acopiadores y exportadores? ¿O es para que el pueblo no pase privaciones? Hay que preguntarnos para quiénes son esas oportunidades y es también lo que está en discusión. Lo que se cuestiona de manera histérica es la intervención del Estado en el mercado, que el Estado capture rentas extraordinarias y distribuya en la construcción de hospitales, caminos.
O bien discutamos hacia dónde deben ir dichas rentas, pero en realidad lo que se está cuestionando es otra cosa, es la intervención del Estado, y al mismo tiempo articulan intereses económicos que han puesto otra decisión, que es: cualquiera, menos Kirchner, Néstor o Cristina. Dicen: pongan, elijan a cualquiera, pongan a Carrió, Lavagna, Macri…cualquiera, pero no éstos. El pueblo en un proceso de acumulación y construcción, no. La decisión de disputar la unidad de América Latina es: no.
“…Otros, son idiotas útiles o son portadores de análisis políticos que creen que mientras peor, mejor…” Poner al Estado cada vez más como garante del pueblo y no de los negocios del sector privado, es, no. La discusión sobre el significado del golpe del ’76 y cómo operó en la transformación económica y social, no. La memoria y castigo a los culpables, no. La discusión a cerca de recuperar para el país la industria nacional, la capacidad de generar trabajo, y que el salario debe acompañar el desarrollo de ese mercado interno para crear riqueza y más valor agregado, no. O un Estado que se haga cargo de la educación, no. De verdad, son estas las cuestiones que están en discusión, por eso los grupos económicos están agrupados y tienen mucha solidaridad.



La CIA ha sido muy clara, está preocupada por la crisis del país y otra de sus preocupaciones es que no ve una oposición que pueda suceder al gobierno de Cristina Kirchner y esto se articula con otra preocupación, el autoritarismo en Venezuela o por la crisis del gobierno de Evo Morales y la medialuna separatista que pide autonomía. Está muy claro que están articulados en una estrategia que no es sólo para nuestro país, sino que es también para los demás países de América Latina. Algunos son conscientes de esta embestida con el gobierno y trabajan claramente, cumpliendo con el objetivo de conducir el proceso. Otros, son idiotas útiles o son portadores de análisis políticos que creen que mientras peor, mejor…
O creen que si se cae Cristina ellos pueden llegar al gobierno y pueden gobernar ellos y articular otro escenario político de construcción de poder popular. Creo que son escenarios políticos donde debate el campo popular y nosotros tenemos una definición, desde el Frente Transversal, desde los Movimientos Populares, tenemos muy asumida, no habrá ninguna posibilidad de avanzar en la refundación del país y de crear escenarios de debates políticos que hagan crecer, una fuerza política, sindical, social, cultural que discuta la distribución del ingreso nacional y que convoque al pueblo argentino a construir su propia felicidad si se interrumpe el marco institucional que hemos logrado realizar en estos cinco años.
Y creo que estuvo y está latente y estará durante toda la gestión de nuestra presidenta Cristina Kirchner; el debate a fondo de parar la distribución del ingreso sino que también hay que debilitar al gobierno, arrinconarlo y de ser posible, hacer que se caiga. Lo que más quieren estos sectores concentrados en términos económicos, en términos mediáticos, militares que han sido dados de baja en el Ejército, en la Marina, en la Aeronáutica, en la policía de gatillo fácil, es sacarnos a patadas del gobierno.
Eso está ahí, en disputa, por eso caceroleros, por un lado, los que descalifican por el otro, los que subestiman o aquellos que hacen política con poderes de otro. Esto está en disputa, este es el escenario desde ellos y del lado nuestro está la decisión de sostener fuertemente al gobierno en un debate democrático, movilizándonos permanentemente y asumiendo que el gobierno debe avanzar.
-A Bachelet en Chile, los camioneros le dieron un golpazo; a Evo; a Correa ya lo están queriendo acorralar, a los sandinistas lo petardean todo lo que pueden. Ni hablemos de Hugo Chávez que es una especie de innombrable. O sea lo que Stella Calloni llama guerras de baja intensidad del Imperio. Frente a este panorama cuál es nuestra respuesta
Estamos en un nuevo momento, político, tanto para el gobierno como para los movimientos sociales. Nosotros debemos afianzar nuestra estrategia de poder y en eso tenemos que tener la capacidad de discutir un escenario, que es la unidad, la unidad popular no se puede plantear no unirse en estos momentos de crisis profunda y rebelión de las patronales. Hoy son las patronales sojeras agrícola ganaderas, exportadoras de materias primas; mañana pueden ser los industriales, los sectores financieros, pueden ser las rebeliones de los generales multimediáticos.
Creo que hay que plantear unidad popular, también para el Gobierno es un desafío la unidad popular, no solamente hacer un diseño de discurso, sino trabajarlo en la práctica. Así como sostenemos las retenciones como mecanismo redistributivo, hay que ampliar la democracia, la participación popular y en ese camino, me parece central que reafirmemos, la necesidad de consolidar nuestra organización y nuestra organización en el país para detener esta rebelión, es tener claro dónde hay que estar.
“…Por eso decimos CTA, es más CTA que nunca, la unidad popular es convocar más CTA…”
Por eso fuimos a la Plaza, no nos confundimos ante una convocatoria del gobierno, que no sólo la hizo para sus partidarios, sino que amplió y dijo que vengan las Centrales Sindicales, que vengan los Organismos de Derechos Humanos, los partidos políticos, los sectores industriales, los jóvenes, el pueblo sin ninguna orgánica. Y eso ameritaba el debate de la sociedad argentina, de estar en esa Plaza y repito, no nos confundimos, estuvimos allí.



Estuvimos reivindicando nuestra mirada del proceso productivo, no sólo fuimos a sostener al gobierno; también fuimos a decir que estamos de acuerdo con la distribución del ingreso nacional y para nosotros no es tan sólo un discurso o una medida de Estado, también fuimos con la CTA. Y decimos que para garantizar ese proceso hay que avanzar en más democracia y construir herramientas que garanticen que ese objetivo de política pueda ejecutarse y llevarse a la práctica.
Por eso decimos que la Central de los Trabajadores de la Argentina, nuestra CTA, es más CTA que nunca, la unidad popular es convocar más CTA. Construir una herramienta que permita que en las fábricas se discuta la rentabilidad de la empresa y los trabajadores acompañen la discusión del modelo de país, de sociedad que intenta llevar adelante la Presidenta. Que es un intento, desde un lugar, el Estado, pero que no es garantía tener el gobierno y consolidar el objetivo de la redistribución del ingreso, eso se da en todas las áreas, eso se gana, se conquista, como decía el General.
La unidad es eso, seguir reafirmándonos en muestra pertenencia y en nuestra construcción en una central de trabajadores, que necesita no sólo el reconocimiento sino protagonizar hechos trascendentes. Creo, lo de la Plaza ha sido un aporte enorme para la Central, por que la mayoría del movimiento popular estuvimos en la Plaza, fue una plaza colmada y no sólo por las “orgas” que llevamos muchos compañeros; fue una plaza colmada de mística, de diversidad.
Entonces decimos más unidad de los sectores populares, tenemos que seguir consolidando lo que fue el Congreso de los Movimientos Sociales y estamos discutiendo el programa con el gobierno, o sea más viviendas populares a través de cooperativas; más programas de cloacas, agua potable, más pelea contra el “Paco”, más educación popular; más hospitales públicos, más formación de cuadros, más debate ideológico, político y la necesidad de ubicar un mecanismo de distribución del ingreso nacional, cosa de no discutir únicamente la renta agraria sino el modelo económico en general; empezar a convertirnos más en unidad popular, pero también sujetos de decisión política, colectiva.
Para poder entender este fenómeno que pasa en el país, tenemos que ampliar la visión y verlo como parte de una confrontación que está ocurriendo en toda América Latina. Lo del No al ALCA no es gratis y lo van a venir a cobrar y los norteamericanos, a pesar que están atorados de los problemas con Oriente, la imposibilidad de avanzar sobre Irán, en esa redefinición del mapa mundial y además una complicación fuerte que tienen en Irak, digo, los EEUU, han vuelto a mirar a nuestro continente y creen ver condiciones para avanzar y por ello están ejerciendo su ofensiva, que recién comienza a esbozarse. O por lo menos a hacerse visible.
Ofensiva que todavía no está explicitada definitivamente pero que van a tratar de conducir nuevamente el continente, ya sea por imposición o por medio de lacayos, gobiernos o candidatos que le garanticen los acuerdos de libre mercado y la subordinación de toda la economía y de toda la riqueza petrolera, reservas de agua potable, producción de alimentos, a sus necesidades imperiales, a sus necesidades de reconversión de su aparato monumental basado en la capacidad de ser gendarmes del mundo y seguir alimentado una lógica militarista y guerrerista que tiene el país del norte.




En esto la unidad es el único camino posible, además la construcción de fuerza popular; esto significa un ejercicio más democrático, más horizontal, escuchar más, reflexionar a fondo y saber que el compañero que tengo al lado es mi compañero, lo necesito y no me compite. Hay que terminar con estas ideas, tratar enterrar esto del individualismo y de la conducción unipersonal
-Hay cierto caudillismo en las Organizaciones Populares, que dicen esto es mío, aquello también…y este costo se está pagando ahora, ¿no?
Creo que está el caudillismo y también el tema de la “orga”. Cada vez que uno quiere construir una organización con fuerte capacidad de movilización, y también de intervención cotidiana en lo que le pasa a la sociedad argentina en los sectores populares, sobre todo de trabajadores, tiene que tener una mirada amplia, democrática y horizontal. Son los tres atributos que sitúo; por que las “orgas” generalmente tienen una estructura muy vertical, cerrada a la defensa de intereses muy sectoriales, esto lleva a ser muy corporativos, ya sean de derecha y a veces también de izquierda. El planteo de la secta o la conducción que sólo ve lo que le pasa a sí misma, mientras ignora lo que ocurre al conjunto de la sociedad.
Para avanzar en esta construcción tiene que definir su identidad, a quién quiere representar y nosotros tenemos que seguir trabajando con nuestro sujeto de transformación social: los trabajadores, la clase más nacional, más popular latinoamericana y que más va a dar en este camino de disputa con las clases dominantes, con los sectores económicos, en el modelo de acumulación y distribución del ingreso nacional. Afianzar una identidad en la clase trabajadores y en los movimientos sociales, que nos llevan cada vez más a las barriadas populares y también en el marco de aquella definición que formuló la CTA cuando decía que la nueva fábrica es el barrio y que en él están la gran mayoría de los trabajadores, por que los desocupados o los precarizados, para nosotros son trabajadores.
Creo que al identificar esta identidad también define la discusión que tenemos hoy con los ruralistas o los sojeros, la identidad que nosotros discutimos en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que deben estar claramente sentados y direccionados los intereses de estos sectores que hoy están soportando esta agresión de las patronales agrarias. Pero, al mismo tiempo esperanzado en que el país continúe en este escenario crecimiento de la economía, pero con distribución del ingreso nacional. Eso se ve en los puestos de trabajos creados, en el mejoramiento del salario o en las intervenciones estatales en cada área estratégica, ya sea educación, agua potable, el agua o la vivienda.



Pero bueno, esto está en disputa, actualmente se ve hasta qué grado es la pelea por que no sólo defienden su rentabilidad, también defienden su rentabilidad trasladando sus ganancias a los costos de nuestro salario, que cada vez más tienen dificultades y se ven deteriorados por el aumento de precios de los sectores económicos concentrados que vía aumento de precios o inflación transforman en ganancia para ellos, lo que debiera ser salario para nosotros o más puestos de trabajos.
Entonces, la pelea no es sólo con ellos por que defienden a rajatabla su rentabilidad, sino también para que no nos trasladen y hagan pagar al resto de los sectores esa ganancia extraordinaria.
-¿Cuál es su mirada con respecto a la salida de este proceso?
Ha ingresado al Parlamento y nosotros, como dijo la Presidenta, el mejor aporte que pueden hacer los Ministros es no opinar más sobre el Poder Legislativo. Es reconocer que nosotros somos poder.
El Parlamento tiene una muy buena oportunidad para avanzar en el debate sobre la crisis que tenemos y contemplar los intereses del Poder Ejecutivo como primera definición y sostener las retenciones como mecanismo redistributivo, por que captura renta de los sectores más concentrados y darle legalidad al fondo que va a pasar de ser programa a ser Fondo de Redistribución Social. Al mismo tiempo debemos darnos espacio para escuchar no sólo a las patronales agrarias del lockout sino también a otros productores pequeños y medianos que producen alimentos de subsistencia o frutas u hortalizas, carne y pollo a menor escala.
Tenemos que escuchar a los movimientos sociales, a las centrales sindicales, a los Organismos de Derechos Humanos, sectores de la industria. Creo que el Parlamento debe darse a los gobernadores, a los intendentes, los senadores como representantes de las provincias, deben ver los intereses de las provincias.
Y los diputados deben ver los intereses del pueblo argentino y dar un gran debate nacional sobre el modelo productivo e incluso poder corregir algunas deficiencias de nuestra propia política, no vinculado a los núcleos sojeros y las retenciones, sí más bien orientados a consolidar una producción de alimentos, un plan ganadero nacional, un plan lechero que integre el debate de los tambos, cómo fortalecemos obras de infraestructuras en sectores del interior del país, sobre todo el nordeste y el NOA, que son los más postergados, a pesar del crecimiento de la economía.
Y en imperio tiene como tuvo siempre, sus socios internos.
Estimo que es una oportunidad que tiene este Parlamento, no obstante creo que podremos salir de la coyuntura pero, el nuestro va a ser un gobierno permanentemente hostigado, hoy es el sector sojero, mañana puede ser el sector industrial, o el minero, o el finaciero, el tren bala; pero siempre articulados por la decisión de un poder económico que ya le dijo basta a Néstor Kirchner o a Cristina Fernández y también a cualquier intento de que haya gobiernos populares de transformación social en el país.



Por ello nos preparamos para el debate parlamentario pero sobre todo para seguir construyendo fuerza social organizada y movilización popular que es la única posibilidad que tenemos para seguir avanzando. No podemos olvidar que somos parte de esa América jaqueada por el imperio y que estamos ante una de las tantas llamadas “guerras de baja intensidad”.
Y en imperio tiene como tuvo siempre, sus socios internos. Y los medios masivos de comunicación hacen la “veña” y responden por esos intereses. A eso lo ya dicho, poder popular.

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