El triunfo de la patria mestiza

Eduardo Rinesi, María Pía López, Ezequiel Adamovsky y Analía Del Franco analizan el contenido latinoamericanista de la fiesta por los 200 años de la revolución de mayo




La carroza con la que empezó el desfile del Bicentenario donde estaban representados los pueblos originarios; la migración de los países limítrofes ilustrada con las cholas que bailaban; la inauguración en la Casa Rosada del Salón de los Patriotas Latinoamericanos con retratos de José de San Martín, Lázaro Cárdenas, Juan Perón y Francisco Morazán, entre otros; un grupo de actores que desfilaron con pancartas anarquistas, peronistas, radicales y comunistas; la presencia de seis presidentes sudamericanos en los eventos oficiales. Estos fueron los rasgos más importantes de los festejos del Bicentenario según los intelectuales que hablaron con Miradas al Sur. Se trató, según ellos, de la coronación de una lectura distinta sobre lo que constituye lo argentino que contrastó con el relato de un país blanco y europeo.

El politólogo Eduardo Rinesi, director del Instituto de Desarrollo Humano, sostuvo que la celebración instaló que los 200 años de la Revolución de Mayo no pueden pensarse por fuera de la historia de la región. “Esto fue trascendente. Antes era una mirada que sólo tenía un sector del progresismo y una parte de la academia. La recuperación de la identidad latinoamericana de la Argentina es una victoria cultural”, destacó Rinesi. Los contenidos latinoamericanistas de la celebración no fueron cuestionados por ningún dirigente de la oposición política, lo que confirma la idea de Rinesi sobre el nivel de consenso que tuvieron. En cuanto al modo en que lo recibió la población, el politólogo señaló: “No sabíamos que figuras como Slavador Allende o Augusto Sandino podían conmover a millones de argentinos. No digo que la identificación del público fue inmediata. Algunos se sintieron siempre más cerca de estas figuras que otros. Pero la tranquilidad de los festejos fue una muestra de la aceptación al relato que se planteó sobre la historia argentina”. Según Rinesi, el Gobierno logró plasmar la idea de que estos personajes son parte de un drama histórico que está viviendo uno de sus capítulos en el presente. “El discurso kirchnerista tiene elementos del peronismo clásico, de la JP de los ’70, del democratismo alfonsinista, de reivindicación de los pueblos originarios”, dijo. “Todo eso encontró un espacio de en el relato del festejo y una aceptación de la ciudadanía”, remató el politólogo.

En el desfile se representaron los movimientos sociales y políticos que tuvieron peso en la historia argentina. Pasaron actores sosteniendo pancartas con consignas anarquistas, peronistas, radicales y comunistas. La socióloga María Pía López señaló que esta parte de la celebración fue un reconocimiento a las expresiones políticas que protagonizaron las luchas emancipatorias en otras etapas de la historia. Ezequiel Adamovsky, autor del libro Una historia de la clase media, dijo que los relatos de lo argentino no habían incluido al movimiento feminista que sí estuvo representado en la fiesta del Bicentenario. Por otra parte, el escritor planteó que le parece discutible que el Gobierno forme parte de la misma corriente histórica a la que pertenecieron estos movimientos. “No sé si siempre el kirchnerismo está a la altura del relato que propone”, dijo Adamovsky. Pía López no coincidió con esta afirmación: “Procesos como los que encabezaron Yrigoyen o Perón fueron de una gran democratización de la vida social en comparación con el momento en el que habían llegado al gobierno. Durante el proceso actual pasaron cosas parecidas. Se ampliaron derechos, como la creación de la Asignación Universal por Hijo, las jubilaciones que se dieron a las amas de casa, aumentos salariales o del presupuesto educativo. Se agrega, con este Gobierno, un modo no represivo de abordar la protesta social”, dijo. La socióloga añadió que otro de los motivos que permiten comparar la etapa actual con otros movimientos emancipadores es que se puso en el centro del debate político la cuestión de la igualdad.

¿Hay crispación? A partir del conflicto por la Resolución 125, la palabra crispación se volvió la más usada por la oposición mediática, intelectual y política, que pregona el fundamentalismo anti K. El buen clima de convivencia que transitaron los 6 millones de personas que participaron de los festejos puso en duda hasta qué punto esa palabra describe el clima social. “Es cierto que durante la pelea por las retenciones hubo un ambiente convulsionado. Pero hoy cambió mucho. Sin embargo los medios describen la situación como si todo siguiera igual”, dijo Pía López. Rinesi sostuvo que el discurso mediático se chocó con la realidad en los festejos porque suele atribuirle al oficialismo la crispación y el Gobierno se manejó con una enorme prudencia durante el Bicentenario. “Se mantuvo inteligentemente a un costado. No intentó atribuirse el nivel de convocatoria. La Presidenta fue cuidadosa en sus discursos, con una clara posición de no subrayar diferencias políticas y generar un ambiente de conmemoración universal”, señaló Rinesi. Pía López compartió la visión sobre la mesura con que se manejó el Ejecutivo y agregó que durante los festejos los dirigentes opositores quedaron en una situación muy opaca.
Hubo otro hecho que Rinesi subrayó. Fue el miércoles pasado cuando los diputados Ricardo Alfonsín, Agustín Rossi, Elisa Carrió, Silvia Vázquez y Felipe Solá cruzaron la avenida Callao y se pararon frente al busto que recuerda a Mariano Moreno en la Plaza de los Dos Congresos. Le rendireron homenaje dejando una ofrenda floral. “Hasta Clarín tuvo que remarcar el buen clima entre los dirigentes durante esa conmemoración”, destacó Rinesi.
El ánimo que se vio en la calle, según la socióloga Analía Del Franco, directora de Analogías, tuvo que ver con las expectativas de la población sobre al futuro. “A mí, como a todo el mundo, me sorprendió el nivel de masividad de la convocatoria. Sin embargo me parecería difícil que tanta gente salga a festejar en una situación social de pesimismo o de bronca”, dijo Del Franco. Luego agregó que en las últimas encuestas que realizó con la pregunta: cómo imagina su futuro personal, el 75 por ciento de la consultados contestó que igual de bien o mejor. “Esa es una señal de optimismo”, resaltó la analista.
La necesidad de celebrar la pertenencia nacional, según Adamovsky, tuvo mucho que ver con la masividad del Bicentenario. “A partir de la crisis de 2001 reapareció un fuerte deseo de comunidad nacional ante el trauma de la crisis”, señaló. El escritor sostuvo que esa necesidad fue una reacción a la violencia con que la Argentina vivió su supuesto ingreso al mundo de la globalización.

El arte y las masas. Los intelectuales que hablaron con este medio consideraron que la calidad artística del espectáculo de Fuerza Bruta fue otro de los elementos que pusieron en discusión una idea instalada. Dijeron que se demostró que no es tan cierto que la única oferta cultural que puede ser masiva es un concurso de televisión. “Cabe preguntarse si la población consume esos shows porque es lo que más le gusta o porque es lo único que le ofrecen”, señaló Rinesi. Después agregó que el espectáculo del Bicentenario tuvo un lenguaje de arte audiovisual muy sofisticado. “Millones de personas lo disfrutaron. No me refiero sólo a las que estuvieron en la calle sino también a las que lo vieron por televisión. Indica que lo masivo no necesariamente tiene que ser Tinelli, es muy alentador”. El politólogo señaló que este dato es en sí mismo un hecho político.
Adamovsky acordó con la posibilidad de que propuestas de mejor calidad artística pueden ser multitudinarias. Sobre el discurso que sostiene que lo único masivo puede ser una oferta como Bailando por un sueño dijo: “El argumento de los que hacen televisión y defienden programas basura diciendo que es lo que la gente quiere ver es simplemente una autojustificación”.
Ahora, sobre el final de la nota, el cronista dejará de lado los análisis sobre el Bicentenario y se permitirá un pequeño desliz emotivo: Feliz cumpleaños, patria mía.

No hay comentarios: