A 17 años de su muerte, la palabra de Abdala continúa vigente



A 17 años de su muerte, la palabra de Abdala continúa vigente
Por Juan Pablo O'Dezaille
Subsecretario de Organizacion y Capacitacion Popular
Ministerio de Desarrollo Social de la Nacion
Frente Transversal Nacional y Popular
Ciudad de Buenos Aires


Cuando releemos sus discursos y observamos los videos que los compañeros hicieron para recordarlo, lo que más impresiona es la vigencia que tienen hoy sus palabras. Esa vigencia solamente es explicable por la coherencia que otorga el hacerse carne de una identidad política y expresarla sin hipocresía ni renunciamientos.

De Germán, los sectores populares tenemos innumerables gestos y acciones. En medio de la crisis de los Estados Nacionales y la consolidación de la ola menemista de los años '90, Abdala fue uno de los primeros que planteó que había que terminar con esa mirada liberal que separaba lo político de los socia.
Cada uno de nosotros, cuando realizábamos tareas comunitarias, cuando peleábamos contra la desocupación y la miseria, cuando dábamos apoyo escolar, allí estabamos, como él decía, haciendo política.

Otra idea fuerza en Germán, que a veces parecía una palabera en desuso, era la que destacaba con total convencimiento el anti-imperialismo profundo de los movimientos populares nacionales y latinoamericanos.

Pero además, había una cuestión central en la configuración de su discurso que hoy nos interpela más que nunca, como militantes y como ex compañeros de ruta de Germán en la CTA: y que es la importancia que él le asignaba a la unidad del campo popular, en todo proceso de construcción colectiva y de poder.



Por eso, Germán hoy nos diría -de compañero a compañero- que es totalmente legítimo tener diferencias sobre cómo se construye el Proyecto Nacional, que tipo de CTA queremos y necesitamos en la actual coyuntura, los trabajadores y el conjunto del pueblo argentino, que no se trata de ocultar las diferencias ni minimizarlas. Pero nos recordaría que existe un límite.

Ese debate necesario no puede poner en riesgo la construcción política global común ni el escenario donde deben procesarse estas cuestiones y mucho menos debe permitir que esas movidas ls terminen fogoneando y capitalizando los sectores más conservadores; llámanse los multimedios más concentrados del país o el grupo A que se formó en la Cámara de Diputados. Porque si eso sucede, perdemos todos.

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