SE OFRECIO A QUEDARSE DURANTE LA NOCHE Y DE PRONTO TODOS SE FUERON
Se acercó a la carpa blanca opositora para firmar el petitorio contra la reforma judicial. Tal vez la entusiasmó el movimiento, o la propuesta de hacer del lugar “un lugar de encuentro”; como sea, Ailén Navarro, estudiante de locución de 19 años, no solamente firmó sino que se ofreció a quedarse durante la noche para ayudar a juntar firmas. Lo que no imaginó es que la iban a dejar sola, a cargo de las planillas, sin comida ni abrigo. Ni siquiera un teléfono por si pasaba algo. Primero vio que se iban los diputados, después los asesores empezaron a esfumarse. “Cuando vi que se habían ido todos y que me había quedado sola me pregunté: ¿Y estas planillas, ahora, a quién se las doy? Fue un poco desilusionante”, resumió sobre la experiencia.
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