Algunas palabras sobre el Confederal del Frente Transversal
No es fácil hablar de nosotros, sin los otros, los que están también construyendo este sueño de patria, patria grande y también, los que ponen toda la energía – la energía del poder, del imperio, no es joda- para voltear, bajarnos de este sueño que venimos construyendo juntos.
Pero bueno. Se hizo el Confederal del Frente Transversal. Llegaron compañeros y compañeras de 20 provincias, del Conurbano y Capital. Y fueron voces, voces que en el aire, van armando un mapa, geografías humanas en cada decir, en cada saber
Chubut y Formosa, por ejemplo. Como países que no se tocan y, sobre eso, compañeros hablando de las tomas, del cordón inmenso, inaprensible que llamamos territorio y donde habitan los grandes bolsones de desterrados, de mujeres en lucha, en una cooperativa, un comedor, contra el paco y el punteraje.
Qué país de puta madre tenemos.
Y en todas las exposiciones –o su mayoría- la CTA ocupa un espacio hasta impensado. Sorprende como la Central ha hecho carne, como forma, como contiene o contuvo. Los compañeros quieren saber porque este desastre, esta implosión. No entienden, si éramos todos hermanos, dicen ¿qué paso?
¿Qué pasó? Dicen y lo miran a Edgardo. ¿Qué pasó, Edgardo? Hay angustia, la pérdida de algo que duele o como no perder lo que es nuestro, lo que hicimos entre todos. Nadie nos consultó. Dicen y luego retoman la esencia en cada lugar: está el compañero que lucha por una cooperativa caprina, de pequeños, muy pequeños productores. Están los que hablan de educación, capacitarnos, capacitar. En el interior nos sentimos solos.
-Tendrías que venir, Edgardo. A veces estamos muy solos.
Solos y dando. Son las voces de los compañeros, de cada compañera que se pela las manos por un niño, por no dejar caer una familia, por lo despareja que significa la lucha allá, en el interior de este país. No es lo mismo – dice la compañera de Formosa. Nos ha matado dos hermanos qom en La Primavera. ¿Cómo peleamos? Sólo cuando los hermanos bajaron a Buenos Aires les dieron aire. Pero todo se oculta, cae al olvido. Quitan la tierra, es la patria sojera.
Eso dice. Y tenés que venir, Edgardo.
Esto es un confederal. Algo serio. Algo que duele. Y cuando se suman las voces de los “okupas”, de las tomas, de la represión. De la falta de viviendas. No es que estamos peor, es que queremos más, dicen. Una vida digna, una vivienda con agua. Estuvimos con Néstor y estamos con Cristina porque ellos son pueblo. Pero vamos por más. Alguien menciona que en su provincia, han jubilado a todos los viejitos. Eso no tiene precio. Eso es el país para todos. Vamos por más.
Suena a slogan. A campaña, pero si se mira esos rostros, se comprende. Han viajado en colectivo, tienen rastro del cansancio y la alegría de compartir. Son el yo, y son el otro. Traen esa carga y en sus voces, van armando el tejido de país que somos.
Ya veremos como podemos contar este Confederal del Frente Transversal. Si nos dan las palabras para traducir el aluvión de sentimientos, de pensares, de formas y regiones. Veremos. También contaremos que dijo Edgardo. Sólo adelantaremos que dijo, no puedo ser yo solo, entonces nos estamos equivocando. Hay que formar dirigentes, hay que asumir responsabilidades. El frente tiene que engrandecernos, hacernos mejores, más capaces y capaces de asumir responsabilidades de conducción.
Y miró. Metió pausa como buscando la idea. Y dijo:
Tenemos que ser miles, miles, tenemos que crecer, hemos crecido, pero tenemos que ser muchos más. Si ustedes no crecen como dirigentes yo tampoco. Nos condenamos a ser una orga cerrada. No es la propuesta. Ni siquiera nos proponemos que el Frente Transversal sea conducción de todos los movimientos, nos proponemos crecer en unidad. Y unidad no es comerse al otro, unidad es respectar al otro. Es escuchar al otro.
Ya era bajada de línea.
Sí. Y Edgardo dijo: acá lo importante es aportarle a Cristina para el 2011. Sin 2011 no hay 2014 ni hay futuro. Tenemos un año de anclaje donde el campo popular puede dar la vuelta y caer en el neoliberalismo, con Macri o con quién el poder pueda imponer. Entonces, compañeros, compañeras, hay que crecer como individuos, como dirigentes sociales.
Tenemos que ser cada día mejores personas, más solidarios, más luchadores. Si en una provincia están esperando que yo vaya -una provincia o acá en el conurbano- para solucionar un problema… nos equivocamos. Hay que asumirse como dirigente, por eso están aquí, en este Confederal, para escucharnos pero también para asumirnos, para sentirnos capaces de aceptar el desafío que tenemos por delante.
Crecer. Ser miles.
Después, los militantes se dividieron en comisiones y ahí las voces se hicieron al decir de cada compañera, compañero. Y aparecieron interrogantes: de que lado tenemos que estar en las tomas de tierra, donde en las provincias cordilleranas con los proyectos de minería a cielo abierto, qué de los hermanos originarios, como conducir una cooperativa. Fue el desgajar la palabra, el decir. Y Néstor.
Siempre Néstor Kirchner. Herida que no cierra. Al pensar en Cristina, queda el silencio, su duelo, su valentía, esa mujer que nos lleva y la llevamos. Somos uno, dicen. Con ella todo. Dicen. Cristina, se escucha. Y de nuevo Edgardo repitiendo que las cooperativas tienen que ser de producción y no una pensión para no hacer nada. Si no logramos que cada cooperativa lleve a sus integrantes al mundo del trabajo, perdemos una oportunidad en cada uno, en nosotros mismos.
La tarde se fue, el caer de la tarde y ser noche detrás de los cristales.
Esta fue la primera jornada del Confederal del Frente Transversal. El Confederal y sus voces.
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